|
Senegal sorprendió a Francia en el debut
De arranque nomás, bajaron al campeón del mundo. Los africanos lo vencieron 1-0 en el comienzo del Mundial. El gol lo anotó Bouba Diup a los 30 minutos de la primera etapa. Aunque Francia jugó mal, mereció el empate pero chocó con el arquero Sylva. El equipo galo extrañó demasiado a Zidane.
Francia cayó derrotada por 1-0 ante Senegal en el partido inaugural del Mundial 2002, en el que los actuales campeones del mundo echaron de menos a su estrella, Zinedine Zidane, ausente por lesión, y se vieron sorprendidos por el conjunto africano.
Los franceses fueron víctimas del síndrome de los partidos inaugurales, el mismo que afectó a Argentina en 1990 contra Camerún. Una derrota que agranda el mito de la dependencia de los "bleus" de Zidane y pone un bache en el camino de los galos para renovar el título.
Enfrente, una selección de atletas, de hombres con un gran poderío físico que presionaron en todo el campo, que estuvieron encima de los franceses y que confiaron su ataque a la habilidad de dos hombres, El Hadj Diouf y Jalilou Fadiga, dos futbolistas de gran potencia y refinada técnica.
A ellos dos solitos, porque Senegal no tiene mucho más, les valió para sacarle las vergüenzas a una defensa que se precia de ser una de las mejores del mundo. A una zaga que asombró al mundo por una solidez a prueba de bombas y que saltó por los aires con dos jugadas plenas de talento, de fuerza y de calidad, con dos golpes que explosionaron el fortín galo.
En el minuto 30, en una buena jugada de Diouf por la banda izquierda, Lebouf se tiró demasiado rápido al suelo y fue superado por el delantero africano, que dio un pase de la muerte que Petit estrelló en el cuerpo del arquero Barthez y Bouba Diop aprovechó el rebote para marcar. Sorpresa general. Incredulidad.
Tuvo que irse al vestuario para que a Francia se le cambiara la cara. Y lo hizo profundamente. Toda la parsimonia del primer tiempo se transformó en dinamismo. Henry estuvo rápido y habilidoso, participó más en el juego, lo mismo que el resto del equipo, que en tres minutos creó más ocasiones que en 45.
Pero el balón no quiso entrar. Un tiro de Henry se estrelló en el travesaño y después el arquero Sylva se encargó de tapar todo lo que le tiraron. Los minutos finales sirvieron para que Francia siguiera atacando y Senegal celebrara una victoria en su primer partido en un Mundial. Y para que los "bleus" se acordaran de Zidane, claro.
|
|
LEYENDAS DE LOS MUNDIALES
|
|