Sociedad | Esta madrugada
La menor que sufrió graves lesiones durante la Feria de Ciencias en Rancagua fue trasladada en la madrugada hacia el Hospital Garraham de Buenos Aires, en un operativo sanitario coordinado por las autoridades provinciales.
La madrugada de este jueves estuvo marcada por la preocupación y el alivio a medias en Pergamino y Rancagua: la niña que resultó gravemente herida tras la explosión de un experimento en la Feria de Ciencias de la Escuela de Rancagua fue trasladada a un centro médico de alta complejidad mediante un helicóptero de la policía provincial.
Según informó Mario Pelliccioni, Jefe del Aeródromo de Pergamino: "Hoy a las 4:20 am aterrizó un helicóptero en el aeródromo para llevar a la nena directamente al Hospital Garraham. Su estado era crítico y requería atención especializada inmediata."
La explosión ocurrió en plena demostración científica que simulaba la erupción de un volcán. Lo que debía ser un momento educativo y recreativo se convirtió en una escena de pánico, con más de una decena de personas heridas, en su mayoría menores de edad. Los restos del material explotado se dispersaron a gran velocidad, causando cortes, quemaduras y contusiones.
La situación más crítica afectó a una alumna que estaba en la primera fila. El impacto directo le provocó lesiones faciales graves, poniendo en riesgo incluso uno de sus ojos. Durante la madrugada, los médicos del Hospital San José evaluaron su traslado a un centro con mayores recursos médicos, decisión que finalmente se concretó con el vuelo sanitario hacia Buenos Aires.
Testigos relataron la magnitud del estruendo y la desesperación que se apoderó de padres y estudiantes: "Fue un estruendo tremendo, todos empezaron a gritar, había chicos con la cara ensangrentada y padres que no sabían qué hacer."
Además del traslado de la menor más afectada, varias ambulancias y personal de emergencia asistieron a los heridos, la mayoría estudiantes, aunque también se registraron adultos con lesiones de diversa consideración.
Este accidente reaviva la necesidad de extremar controles y protocolos en actividades escolares que impliquen reacciones químicas o experimentos peligrosos. La investigación sobre las causas y responsabilidades del episodio continúa, con el objetivo de evitar tragedias similares en el futuro.