Economía y Empresas | Plan polémico
En busca de una reactivación económica urgente, el oficialismo lanza un plan polémico que alienta a los ciudadanos a usar sus dólares guardados. Flexibilizan normas fiscales y cambian reglas para facilitar el consumo con ahorros en moneda extranjera.
Con la economía mostrando signos de fatiga y una caída de la actividad en marzo, el Gobierno apuesta a una estrategia poco ortodoxa: convencer a los argentinos de sacar sus dólares guardados y volcarlos al consumo. Desde autos hasta viajes, la meta es movilizar el capital atesorado en cajas de seguridad y colchones.
Luis Caputo, ministro de Economía, aseguró que si se logra liberar una parte del ahorro en dólares, el crecimiento económico podría acelerarse hasta un 6% anual. Para lograrlo, el equipo económico prepara una batería de medidas que incluye flexibilizaciones impositivas, bancarias y cambiarias.
Entre los anuncios más importantes se encuentran:
Aumento del umbral para depositar dólares sin justificación, pasando a US$ 100.000.
Modificación en Ganancias para simplificar declaraciones juradas de empleados en relación de dependencia.
Eliminación del cruzamiento de datos CITI, que obligaba a reportar transacciones significativas.
Menores exigencias para escribanos, contadores y registros automotores.
Cambios en la Ley Penal Cambiaria y de Procedimiento Tributario para facilitar trámites y reducir investigaciones fiscales.
La idea central es alentar el gasto sin miedo al control fiscal, bajo la premisa de que “la plata debajo del colchón no reactiva nada”. En paralelo, ARCA, el Banco Central y la UIF trabajan en resoluciones para suavizar los requerimientos sobre operaciones con dólares, relajando el cerco normativo.
Sin embargo, el plan despierta polémica en sectores sociales y económicos, que ven con preocupación la idea de premiar el no cumplimiento previo con beneficios actuales. El mensaje parece ser: quien guardó y no declaró, ahora puede gastar sin consecuencias.
En medio de un contexto de incertidumbre y con la necesidad de dar señales de recuperación, el Gobierno busca una salida pragmática, aunque riesgosa: reactivar la economía liberando los dólares escondidos.