Población civil israelí afronta la peor de las guerras desde 1948


Alrededor de dos millones de israelíes residentes en el norte del país, casi un tercio de la población general, sigue hoy, al entrar en su vigésimo-séptimo día la guerra con Hizbulá, bajo el ataque de los milicianos chiíes libaneses.


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07/08/2006 - Haifa (EFE).- "Esta es la guerra más difícil en la historia del país, desde la guerra de la independencia", que estalló al proclamarse el Estado judío en 1948 y concluyó en 1949 con un armisticio militar, afirmó hoy a la radio pública el general en reserva Yom Tov Samia.

Por tanto, indicó al agravarse los ataques de la milicia chií libanesa, "hay que ganar esta guerra por Knock Out (K.O.)", dijo el militar en defensa de una operación masiva contra Hizbulá en Líbano.

"Bajo los ataques de los cohetes de Irak contra Tel Aviv y Haifa durante la guerra del Golfo Pérsico de 1991 -en la que Israel no participaba- fue la primera vez que la población estuvo amenazada directamente por los misiles de Bagdad, pero nunca fue tan grande el pánico como ahora", dijo a Efe en Haifa el profesor Isaac Peled.

En enero y febrero de 1991, Irak disparó 41 misiles del tipo "Scud" o "Al Huseini" contra Israel desde una distancia de 500 kilómetros. Causaron un muerto por impacto directo, centenares de heridos, y cuantiosas pérdidas materiales.

Peled, cirujano plástico de Uruguay en el hospital Rambam de Haifa, comentó que los cohetes Katiusha "producen, principalmente, heridas multi-orgánicas pues cuentan con una metralla que perfora los tejidos blandos, cavidades, y también produce fracturas".

"La población está sobrellevando la situación heroicamente", dijo su colega argentino José Guilburd, neurocirujano del Rambam."El grueso de los israelíes apoya al Gobierno y al Ejército", indicó.

"Uno sale con el coche y no sabe en qué momento le puede caer uno de esos misiles...hay gente que va de su casa al refugio y del refugio a su casa, y por miedo se priva hasta de comprar alimentos".

La tradicional doctrina militar de Israel desde la guerra de 1948 -en la que un tercio de los muertos fueron civiles-, antes de esta "era de los misiles" tierra-tierra, consistía en "llevar la batalla a territorio del enemigo", como en la de 1967, cuando conquistó territorios de Egipto, Siria, y Cisjordania y Gaza.

Los milicianos libaneses -que para los israelíes son "punta de flecha de Siria e Irán", cuyo presidente Mahmud Ahmedinejad, llama cada tanto a "borrar a Israel del mapa"- dispararon desde el pasado 12 de julio más 2.700 de sus cohetes. Fuentes militares y policiales calculan que otros 2.000 cayeron en zonas despobladas.

"Mis tíos perdieron su casa por el impacto de un katiusha en la azotea pero salvaron su vida gracias a que estaban en un refugio", dijo en Haifa Dror Elazar, experto en planificación del transporte público en varios países de Latinoamérica.

Un alto porcentaje de la población en Haifa y decenas de localidades de Galilea, "donde paradójicamente reside la mayoría de los ciudadanos árabes del país, entre los más afectados por los katiusha, lleva un mes sin trabajar, sin cobrar sus salarios, hay gente que no tiene qué comer bajo esta tremenda agresión", agregó.

Según el doctor Guilburg, que lleva más de treinta años en Israel y en el hospital Rambam, "este país -creo- está llevando la bandera contra el terrorismo mundial, del que Hizbulá es, en mi opinión, la organización más importante después de Al Qaeda".

Con todo, la población parece por momentos "mareada" bajo los efectos de la guerra psicológica entre los bandos, y los mensajes, a veces contradictorios, de parte del Gobierno y las Fuerzas Armadas, impotentes ante Hizbulá y su "lluvia" de hasta 200 cohetes por día.

El portavoz militar informó hoy a Efe de que desde que comenzó la contienda, murieron 54 soldados y 36 civiles, una proporción mucho mayor que en guerras anteriores. Los soldados heridos en combate suman 184, y el número de los civiles llega a 522. EFE

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