18/09/2006 - Singapur - Modificar el nivel de influencia de los países en cualquier organización internacional es muy difícil por los intereses creados, pero el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, logró el respaldo necesario para cambiar una organización cuya estructura de poder responde al mundo de 1944, cuando se fundó.
La resolución requería el 85 por ciento del voto y recibió el apoyo decidido de Estados Unidos y el más renuente de algunos países pequeños europeos, como Bélgica y Holanda, que podrían salir perdiendo.
El objetivo de la reforma es reconocer el aumento del peso de las economías emergentes en la economía mundial con un incremento de su representación en el Fondo, según dirá Rato mañana a sus miembros en la Asamblea Anual, de acuerdo con fragmentos del discurso ya distribuidos por la institución.
El reparto del poder en el FMI se ha quedado congelado en el pasado y mantiene anomalías como que Bélgica tenga más voto que India, a pesar de que su Producto Interno Bruto (PIB) es la mitad, y que Holanda cuente más que Brasil y Suráfrica juntos, pese a que su economía también es menor.
Pero paradójicamente, India y Brasil son algunos de los países que se han opuesto al proyecto, pues consideran que los términos de la reforma les perjudican.
Además, han votado en contra Egipto y Venezuela, según han dicho sus representantes públicamente. El Fondo no divulga el voto de cada país pero fuentes gubernamentales revelaron a EFE que la mayoría de los países del Cono Sur de América y un grupo de naciones pequeñas de Oriente Medio y el Sur de Asia también lo rechazaron.
La resolución significó hoy una subida inmediata pero pequeña del voto de México, Corea del Sur, China y Turquía, que son los países más infra-representados en relación al peso de sus economías en el mundo, y que se ha compensado con una pequeña caída del voto del resto de los miembros.
Más importante es la segunda fase, que prevé la revisión de la compleja fórmula que reparte el voto, en un plazo máximo de un año.
La ecuación se usará para hacer un nuevo reajuste del voto para una lista mayor de naciones, en la que se prevé que estén de nuevo esos cuatro países y otros como Irlanda y España.
Para que la representación de los países pobres no disminuya aún más con los cambios, se duplicarán "por lo menos" los votos básicos, que reciben todas las naciones por igual, independientemente del tamaño de su economía, según explica la resolución.
El sí de los 184 miembros del organismo estaba previsto, ya que los países que se oponen al proyecto habían reconocido que carecían del apoyo necesario para derrotarla.
Su aprobación es un triunfo para Rato, que ha impulsado la reforma desde que asumió la jefatura del FMI, a mediados de 2004 y que llamó por teléfono en los últimos días a los países indecisos u opuestos para pedirles su voto, según dijeron a EFE fuentes oficiales.
No obstante, quienes rechazan la propuesta hablan de una "victoria pírrica" y destacan la paradoja de que una reforma que presuntamente se hace para dar más voz a los países en desarrollo no cuente con el apoyo de gran parte del mundo en desarrollo.
"El reajuste de la distribución de cuotas (que determinan el voto) podría terminar por aumentar aún más la ya amplia mayoría de que disfrutan las economías avanzadas", alertó ayer el ministro de Hacienda de Brasil, Guido Mantega, ante el Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI, según se plasma en las notas que usó en la reunión y que fueron facilitadas por su delegación.
Brasil y Argentina creen que los parámetros mencionados para integrar la nueva ecuación perjudican a los países en desarrollo de tamaño medio.
Esos factores son el Producto Interno Bruto (PIB), el grado de apertura -que mide el volumen del sector exterior- y la variabilidad -que estima la vulnerabilidad a crisis monetarias.
Ahora se abre la disputa entre los países miembros sobre la elección de las variables y cómo combinarlas. EFE