26/07/2007 - Madrid - Al término de su visita a España, Fernández de Kirchner se refirió a las encuestas que le conceden un margen de más de 30 puntos en la intención de voto de los argentinos y aseguró que no las contempla como "un certificado de aprobado con anterioridad".
"Eso nunca se da así en la política y aparte no me gusta que se dé así", dijo la política argentina en una entrevista con Efe minutos antes de poner fin a su agenda en Madrid con una reunión con el secretario general iberoamericano, el uruguayo Enrique Iglesias.
La senadora rechazó valorar su estado de ánimo a poco más de tres meses de la cita electoral, en la que se puede convertir en la primera presidenta argentina elegida en las urnas, y se comprometió a seguir trabajando para que esa ventaja se refleje en las urnas.
Su única "certeza", indicó, es que esos sondeos "son los mismos que sostenían que yo ganaba en la provincia de Buenos Aires en el año 2005, cuando obtuve la senaduría con el 47% de los votos".
A su no declarado optimismo añadió el hecho de que siempre ha ganado las elecciones que le ha tocado encabezar, pero pidió paciencia porque el resultado de unas elecciones "se sabe el día que se abren las urnas y se empiezan a contar los votos de a uno".
"Siempre he sostenido, aún cuando ganaba las elecciones, que hay que esperar. Sólo es una cuestión de humildad y de respeto a la voluntad popular y ciudadana", explicó la candidata.
En sus tres días de estancia en España, la senadora ha sido recibida, entre otros, por el rey Juan Carlos, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el líder de la oposición conservadora, Mariano Rajoy, y los más importantes representantes del empresariado español con intereses en Argentina.
Una agenda -"fantástica, pero agotadora", dijo- que pareció más la de un jefe de Gobierno o de Estado que la de un candidato más, ante el convencimiento generalizado en España de que sólo una hecatombe apartaría a la senadora de la jefatura del Estado.
Ella rehuyó mostrarse triunfalista, aunque concedió que "lo mejor está por venir", cuando se refirió a la relación bilateral y subrayó que los contactos entre ambos Gobiernos desde que Néstor Kirchner llegó al poder en mayo de 2003 "han sido muy fructíferos".
La candidata presidencial, que viaja esta misma noche de regreso a Buenos Aires, agradeció el recibimiento y manifestó llevarse "lo que siempre me llevo cada vez que he venido a España: la identidad de una sociedad muy hermanada con los argentinos".
A ella le toca especialmente de cerca porque, como recordó, cuatro de sus abuelos eran españoles -"dos asturianos y una abuela materna madrileña"- y siente España como "algo genético".
"Uno se lleva la experiencia de un país que hace 30 años era la contracara de esto, y hoy tienen un país realmente impresionante. Han hecho un giro de 180 grados", constató la senadora, que espera "algo parecido para mi país de lo que viven los españoles".
Para lograrlo, consideró decisivo el papel de los empresarios españoles con inversiones en el país sudamericano, a quien hoy mismo les pidió que "hagan allá lo mismo que hicieron acá" y "se aborte esa idea, que alguna vez alguien dijo, de que parece ser que siempre van a conquistarnos y nunca a vivir junto a nosotros".
La primera dama se reunió con el presidente de la patronal española (CEOE), Gerardo Díaz Ferrán, y otros empresarios para analizar las relaciones comerciales y las posibilidades de inversión, en un almuerzo que se prolongó más de lo previsto.
A la reunión asistieron, entre otros, el secretario de Estado de Turismo y Comercio, Pedro Mejía, el presidente de Telefónica, César Alierta, y el presidente de Viajes Marsans, Gonzalo Pascual.
La CEOE difundió un comunicado, en el que expresó su confianza en el ritmo de recuperación de la economía argentina y manifestó su deseo de que empresas españolas puedan seguir aumentando el volumen de sus inversiones y de que Argentina mejore su competitividad.
Los empresarios españoles están especialmente interesados en sectores como el del turismo, el transporte ferroviario, la biotecnología o las telecomunicaciones, donde consideran que pueden encontrar "nuevas oportunidades" de negocio.
La visita de Fernández llegó en un buen momento para las relaciones comerciales, ya que España, con unas exportaciones a Argentina de 544,6 millones de euros (unos 752 millones de dólares) en 2006, fue uno de sus principales proveedores, según datos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio español. EFE