12/06/2009 - Según Molina, esta mañana las autoridades migratorias cubanas le avisaron que ya podía recoger su pasaporte y el permiso de salida, lo que le causó una "alegría" que está matizada por la gravedad de su madre, de 90 años.
"Me duele en el alma que me voy y me lo han permitido por la gravedad de mi mamá. En medio de la alegría que tengo por volver a ver mi hijo y conocer a mis nietos, tengo la preocupación de no llegar a tiempo", indicó.
La médica de 66 años explicó que no tuvo conocimiento de la decisión del Gobierno cubano de darle el permiso hasta hoy en la mañana, cuando recibió el aviso de una oficina de migración para recoger su pasaporte.
"Hace un año que lo había presentado y no me lo daban. Llegué y me dieron el pasaporte, y pensé que sería solo eso, pero me entregaron también inmediatamente el permiso de salida", apuntó.
Después Molina fue a la embajada de Argentina en La Habana, donde le entregaron el visado, y de allí salió a buscar un pasaje con la fecha "más próxima".
"Voy a oler a mis nietos y a tocarlos -dijo Molina-, pero todo está matizado por la enfermedad de mi mamá. Es una alegría, pero una alegría llorosa".
La neurocirujana agradeció "las oraciones" de numerosos católicos por la salud de su madre y el reencuentro de su familia, y resaltó que "hay cadenas de oración en el mundo entero y muchas peticiones" al respecto.
"Lo más que yo agradezco son la oraciones, y que sigan rezando para que cuando llegue allá mi mamá me vea y pueda estar al lado de ella con lucidez", añadió.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, fue la primera en anunciar este viernes que Molina ya podía viajar y expresó su "reconocimiento" y "agradecimiento" por el "importante gesto" que ha tenido el Gobierno que preside desde hace 16 meses el general Raúl Castro.
La neurocirujana buscaba desde 1994 el permiso para viajar a Buenos Aires, donde residen su hijo Roberto Quiñones, nacionalizado argentino en 1996, y sus nietos de 13 y 7 años, a los que no conoce.
También vive allí su madre, que fue autorizada a abandonar la isla en 2008.
Hilda Molina dirigió en Cuba el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN), pero rompió con el régimen 1994.
El ex presidente cubano Fidel Castro escribió recientemente que no aceptaría el "chantaje" para permitir su salida y la acusó de haber intentado apoderarse del CIREN.
"Se le niega a ella la solicitud de viajar al exterior. No debe cederse ante el chantaje", escribió el líder cubano en el prólogo del libro "Fidel, Bolivia y algo más...", que salió a la venta en La Habana en junio de 2008.
En los últimos cinco años los mandatarios argentinos Néstor Kirchner y su esposa y sucesora, Cristina Fernández, han realizado intensas gestiones para conseguir la salida de la médica. EFE