26/07/2009 - "Ahora estamos de novios de vuelta", ironizó Moyano en declaraciones radiales, al ser consultado sobre sus diferencias con otros sectores de la CGT, que esta semana quedó al borde de la fractura.
El líder de la central obrera aseguró que "la CGT siempre estuvo sólida", pero "cuando ocurre algún tipo de desencuentro, empiezan algunas especulaciones en los medios sobre que se rompe o se debilita", sostuvo a radio Mitre, de Buenos Aires.
Sin embargo, Oscar Lescano, titular de Luz y Fuerza, uno de los gremios que componen la central sindical, admitió que "si el Gobierno no intervenía (en la disputa), la CGT se quebraba" y advirtió que "esto no terminó acá".
En una entrevista publicada hoy por el periódico Perfil, Lescano reconoció incluso que la central sindical quedó virtualmente rota, ya que los sectores disidentes no asistirán a las reuniones de la confederación hasta que Moyano no conceda mayores espacios de decisión.
Lescano es uno de los denominados "gordos" de la CGT, los principales rivales internos de Moyano conocidos por ese apodo en irónica alusión a la opulencia que tuvieron por su respaldo al Gobierno del peronista Carlos Menem (1989-1999).
Los principales dirigentes de la CGT pactaron el pasado jueves una tregua para evitar la fractura de la central, después de que Moyano ofreciera disculpas por sus errores y llamara a la unidad.
"Esto se ha superado. En principio cada uno dijo lo que tenía que decir", insistió Moyano, que el próximo martes se encontrará con sus rivales internos durante el encuentro que convocó el Gobierno en el marco del Consejo Nacional del Salario, que buscará establecer un nuevo piso salarial en el país.
El diario Clarín aseguró hoy que el ministro argentino de Planificación, Julio de Vido, comenzó a preparar una reunión para la semana próxima en la que pretende reunir a Moyano, a los "gordos" y al sector de los "independientes" de la CGT para dejar atrás la crisis interna.
Las disputas en el mayor sindicato del país, latentes durante años, quedaron en evidencia el pasado lunes, cuando se puso en marcha la ronda de consultas con sectores empresariales y sociales en el marco del diálogo convocado por Cristina Fernández luego de la derrota oficialista en las legislativas del 28 de junio.
Según versiones de medios locales, que no han sido confirmadas oficialmente, altos funcionarios del Gobierno realizaron urgentes gestiones para poner paños fríos en la crisis de la CGT y evitar la fractura de la central sindical, que ha sufrido innumerables divisiones internas desde su fundación en 1930. EFE
