30/07/2009 - En declaraciones que reproduce hoy la prensa local, la fiscal del caso, Julia María Sebastián, dijo que Soraya Soledad Solano podría sufrir un trastorno psicológico que conduce a provocar enfermedades a personas cercanas para llamar la atención del entorno.
La mujer, que reside en un pueblo situado 360 kilómetros al sur de la capital de Argentina, llevó recientemente a un hospital de Buenos Aires a su hijo de tres años con un cuadro de diarrea y vómitos.
Con el correr de los días, los médicos notaron que en los momentos en que el niño estaba a la guarda de su madre enfermaba cada vez más y mejoraba notablemente cuando ella no lo cuidaba, por lo que sometieron al pequeño a diferentes estudios.
De ese modo descubrieron que la causa del mal era la digoxina, una droga para tratar insuficiencias cardíacas que su madre le habría suministrado en reiteradas oportunidades sin que le haya sido recetada.
Los médicos decidieron iniciar una investigación cuando se enteraron de que entre 2004 y el año pasado habían fallecido otros dos hijos de Solano, un niño de cuatro años y una niña de apenas tres meses.
El último viernes se llevaron a cabo las autopsias de los restos de los dos pequeños para establecer si murieron por causas naturales o si sus decesos fueron provocados y, en tal caso, si se utilizó alguna droga para ello.
"Era ella la encargada de suministrarles los medicamentos y también se encargaba de hacer conocer la situación para que se compadecieran de ella. Incluso, organizó colectas y rifas", dijo la fiscal Sebastián.
"No tengo nada que ver con la sustancia que le encontraron a mi hijo y con la denuncia que me hicieron. Lo que me duele en el alma es que tengo que estar separada de mi hijo", manifestó a su vez Solano.
Si bien aún no se ordenó su detención ni se ha probado que tenga problemas mentales, la sospechosa tiene prohibido acercarse al niño y al parecer nunca medicó a su otra hija, que tiene 14 años.
El psiquiatra Hugo Marietan aseguró al diario Crítica que el síndrome de Munchausen fue descubierto en 1951 y es "un trastorno psicológico totalmente antinatural, porque una mamá debe proteger a su hijo".
"Cuando son entrevistadas por los psiquiatras, las madres se muestran solícitas y protectoras. Lo más común es que boicoteen los tratamientos médicos y cuando son descubiertas suelen buscar otra institución para volver a comenzar con la fábula. Por ello es importante tratar de aislar al niño de su mamá y evitar que continúe intoxicándolo", explicó. EFE