27/08/2006 - Toronto - A principios de agosto, Ford tuvo que llamar a revisión a 1,2 millones de vehículos en Norteamérica por un defecto en el sistema de desactivación del control de velocidad de varios modelos de camionetas de la compañía.
El año pasado, General Motors llamó a revisión 2,1 millones y Ford otros 4 millones.
Ahora le toca el turno a los fabricantes de ordenadores. Dell ha tenido que llamar a revisión más de 4 millones de portátiles y Apple casi 2 millones y todo porque las baterías con que operan están que arden. Literalmente.
Lo que empezó como un anecdótico vídeo en internet en el que se puede ver un portátil en llamas durante una conferencia en Osaka (Japón) -y que muchos creyeron que era una broma-, se ha convertido en la mayor llamada a revisión en la historia de los ordenadores.
Desde luego no es broma. En Sony, el fabricante de las baterías que utilizan Dell y Apple, las cosas están al rojo vivo.
Las acciones de Sony en los mercados bursátiles japoneses cayeron un 2 por ciento después de que Apple confirmase que también tiene problemas con las baterías suministradas por el fabricante japonés.
Pérdidas que se suman a los alrededor 200 millones de dólares que le costará a Sony retirar y sustituir las baterías de litio-ion por otras menos propensas al calentamiento y la combustión.
Apple va a tener que reemplazar las baterías de todos sus portátiles iBook G4 y PowerBook G4 construidos entre octubre del 2003 hasta hace unos días.
Según el fabricante estadounidense, la llamada a revisión es fruto de las quejas presentadas por nueve usuarios sobre el recalentamiento de las baterías.
E, indudablemente, la imagen de Sony -asociada con productos electrónicos avanzados y de alta calidad- puede sufrir en un momento en que su estrategia empresarial está bajo presión ante la acumulación de pérdidas económicas.
De momento, la aerolínea australiana Qantas está considerando la posibilidad de restringir el uso de los portátiles de Apple si hay un problema real de que los ordenadores estallen en llamas repentinamente.
Y en una era de extremadas medidas de seguridad en el sector aeronáutico sin duda otras compañías aéreas seguirán los pasos de Qantas.
Aunque Sony asegura que el problema que afecta a los productos distribuidos por Dell y Apple no se repetirá en otros aparatos, algunos expertos se muestran más cautos y recuerdan que Apple ya tuvo que llamar a revisión en mayo algunos modelos del iBook y PowerBook por problemas similares con baterías de la surcoreana LG.
El problema con las baterías de litio-ion -cada vez más populares en una variedad de productos electrónicos por su potencia- es que cuando ciertos componentes de la batería entran en contacto con otros productos de la misma batería se produce un cortocircuito.
Y aunque en caso de cortocircuito la batería debería dejar de funcionar, en algunas ocasiones esto no ocurre y la batería se recalienta hasta el punto de generar llamas.
Si este defecto se reproduce en otras baterías de litio-ion, las llamadas a revisión de los fabricantes de automóviles serán una broma comparado con lo que se puede avecinar.
Hoy en día una amplia variedad de aparatos, desde los reproductores de MP3 hasta los teléfonos móviles, utilizan estas baterías así que la industria electrónica va a tener que estudiar con atención si el problema se circunscribe sólo a los portátiles.
La solución puede pasar por seguir los pasos del sector que es, de momento, el rey de las llamadas a revisión, la industria del automóvil.
Toyota señaló hoy que podría retrasar el lanzamiento de nuevos productos para asegurarse que sus vehículos han pasado los controles de calidad adecuados que reduzcan al máximo las llamadas a revisión que plagan a los fabricantes de automóviles. EFE