En entrevista con diario español Alberto Fernández niega acusaciones de violencia de género

En un giro dramático que sacude la política argentina, el expresidente Alberto Fernández se encuentra en el ojo del huracán tras las acusaciones de violencia de género hechas por su expareja y exprimera dama, Fabiola Yáñez. En una entrevista exclusiva con diario EL PAÍS, Fernández abordó la polémica, negando categóricamente haber ejercido violencia física, aunque admitiendo la existencia de frecuentes y acaloradas discusiones durante su convivencia en la Quinta de Olivos.

El caso, que ha captado la atención nacional e internacional, pone de relieve la compleja intersección entre la vida privada de los líderes políticos y su imagen pública. Fernández, quien durante su mandato se posicionó como defensor de políticas de género progresistas, ahora se encuentra en la difícil posición de defender su reputación frente a acusaciones que, de ser probadas, podrían tener serias consecuencias legales y políticas.

"Estoy siendo acusado de algo que no he hecho", declaró Fernández, argumentando que nunca ha golpeado a una mujer en su vida. El expresidente sugirió que Yáñez podría haber sido presionada para presentar la denuncia, añadiendo una capa adicional de complejidad al caso. "A Fabiola la obligaron a denunciar", afirmó, sin proporcionar detalles sobre quiénes podrían estar detrás de dicha presión.

La entrevista también arrojó luz sobre la naturaleza tumultuosa de la relación entre Fernández y Yáñez durante los cuatro años de su presidencia. Aunque el expresidente admitió la existencia de "muchas peleas y discusiones", insistió en que estas nunca escalaron a violencia física. Sin embargo, la mención de posible "violencia verbal mutua" plantea interrogantes sobre la dinámica de poder dentro de la pareja presidencial.

El caso ha generado un intenso debate en Argentina sobre la violencia de género en las altas esferas del poder y la responsabilidad de los líderes políticos. Fernández, consciente de las implicaciones de estas acusaciones, manifestó su intención de defender su inocencia ante los tribunales, destacando la inversión de la carga de la prueba en casos de violencia de género: "El hombre es presumido culpable y tiene que probar su inocencia. Yo la voy a probar".

Este escándalo no solo pone en tela de juicio la integridad personal de Fernández, sino que también podría tener repercusiones significativas en el panorama político argentino. La forma en que se desarrolle este caso podría influir en la percepción pública sobre la seriedad con la que se abordan las denuncias de violencia de género en el país, especialmente cuando involucran a figuras de alto perfil.

Mientras la nación espera el desarrollo de los acontecimientos judiciales, este episodio sirve como un recordatorio poderoso de los desafíos que enfrentan las sociedades en la lucha contra la violencia de género, incluso en los más altos niveles del gobierno. La resolución de este caso podría marcar un precedente importante en cómo se manejan tales acusaciones en el futuro, tanto en Argentina como en la región.

Foto: iProfesional