Sociedad | 200 años de la Independencia
Luis Alberto Romero: La declaración de la Independencia fue un hecho audaz
Las diferentes posturas que los diputados de la provincia de Buenos Aires llevaron al Congreso de Tucumán dieron cuenta del grado de indefinición polÃtica que existió en el proceso que culminó con la Independencia de la Argentina, explicó a Télam el profesor e historiador Marcelo Rimoldi.
29-06-2016
“Anchorena era el que tenÃa condiciones más republicanas. Gascón y Sáenz eran monárquicos. Pero el gobierno de Buenos Aires les dio la instrucción de apoyar una Constitución con un Ejecutivo unipersonal, director supremo o lo que fuese, pero no dio indicaciones si debÃa ser un sistema republicano o monárquico”, afirmó.
Subrayó que “la propia Buenos Aires no tenÃa definida esta situación. Ello marca el grado de indefinición que habÃa por el contexto europeo sobre qué era lo más conveniente”.
Al referirse al contexto histórico en el que se llevó a cabo la Declaración de la Independencia, el historiador manifestó que “habÃa una situación polÃtica muy inestable e incierta, era un paÃs a medio formalizar ya que no habÃa una declaración de la independencia tras 6 años de la emancipación”, en mayo de 1810.
Para Rimoldi, “el 25 de mayo de 1810 fue el inicio de un proceso que se logró formalizar en 1816 porque ya habÃa caÃdo Napoleón Bonaparte. Si no, no hubiésemos apurado la declaración de la independencia”, expresó.
“Aún asÃ, dijo, el Congreso no lo hizo inmediatamente. En los documentos se ve que hubo una gran controversia en torno a la forma de gobierno, y la propia Constitución de 1819 se frustró por su perfil monárquico”.
Luego aseguró que la denominada “Máscara de Fernando” fue una estrategia mediante la cual los impulsores de la Revolución de Mayo juraron que gobernarÃan en nombre del rey cautivo Fernando VII, y dijo que “la única manera de darnos inserción en el contexto occidental era lograr el reconocimiento de Inglaterra”.
“Pero ésta trató de frenar el proceso liberal. Si nosotros declarábamos la independencia, entrábamos en una rebeldÃa tal que los hubiese obligado, a ellos, a reprimirnos por ser aliados de España”, apuntó.
Rimoldi sostuvo que “en 1815 una revolución depuso a Carlos MarÃa de Alvear, produjo la disolución de la Asamblea del Año XIII y designó director supremo a Ignacio Alvarez Thomas, quien convocó al Congreso en Tucumán”.
El profesor manifestó que el Congreso “heredaba las misiones de la Asamblea del XIII, que eran declarar la independencia cuanto antes, dictar una Constitución y ver qué forma de gobierno darle al nuevo Estado: una monarquÃa o una república”.
Otro reflejo de la compleja situación polÃtica de aquel momento fueron las dilaciones que hubo entre los congresales que comenzaron a sesionar, el 24 de marzo, hasta que finalmente declararon la independencia, el 9 de julio, “de lo que se deduce que no habÃa mucha ansiedad por la declaración”, agregó el experto.
Subrayó que “tampoco fue que solamente se juntó a los representantes para que levantasen la mano y ahà se terminara todo. Hubo una situación de controversia previa, sectores dentro del Congreso que querÃan la independencia y otros que no”.
Recordó que “la mayor influencia venÃa de afuera”, y opinó que “la mayorÃa de los comentaristas no ven que la situación internacional era muy fuerte: Napoleón cayó en junio de 1815 en Waterloo y sobrevino en Europa el orden neoabsolutista por el cual todo lo que tuviese que ver con rebeliones liberales a la francesa o con la palabra república estaba mal visto”.
“A fines de 1813, vuelto Fernando VII a España tras haber permanecido preso en Francia por Napoleón, empezó a perseguir a los liberales y restauró la monarquÃa absolutista en España”, dijo, y contó que “inició un neocolonialismo y recuperó las colonias, menos nosotros y Paraguay”.
Rimdoldi evocó que “Inglaterra, que era el árbitro de todo, firmó en 1816 un tratado con España por el cual obtenÃa ventajas comerciales a cambio de que no ayudasen a los rebeldes americanos”, de lo que concluyó que “el contexto internacional era adverso”.
El referente del Archivo Histórico precisó que “comenzaron las discusiones, lo de la independencia se postergaba hasta que se dio, más que nada por presión externa” y aclaró que “la idea era formalizar una situación que se habÃa dado de hecho: el 9 de julio vino a aclarar el 25 de mayo de 1810”.
Como dato poco conocido, el historiador explicó que “el 6 de julio de 1816, tres dÃas antes de que el Congreso reunido en Tucumán declarara la Independencia, los diputados convocaron a Manuel Belgrano para celebrar una sesión secreta en la que el general planteó la conveniencia de instaurar una monarquÃa constitucional conducida por un rey inca”.
“Belgrano querÃa una monarquÃa polÃtica y patriótica, no extranjerizante. QuerÃa designar a Juan Bautista Túpac Amaru, el hermano de Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru II -en 1781- después de encabezar la mayor rebelión en contra de los españoles desde la llegada de Colón a América”, afirmó y agregó que “finalmente, el Congreso nombró como director supremo a Pueyrredón, que tenÃa descendencia francesa”.
Rimoldi repasó que “Estados Unidos arrancó declarando la independencia y luego llegó la guerra con Inglaterra. Nosotros hicimos al revés, nos emancipamos, dijimos que gobernábamos en nombre de Fernando VII y recién en 1816 decidimos tÃmidamente declarar la independencia”.
Rimoldi agregó que, sin embargo, “hubo un problema: la declaración de la independencia fue unilateral. Nos declaramos independientes, pero no lo fuimos hasta que de quienes dependÃamos no nos reconocieran. Ese reconocimiento recién llegó después de haber ganado la guerra con España en 1824 tras la Batalla de Ayacucho. En 1825 España nos reconoció como independientes, porque previamente nos habÃa reconocido Gran Bretaña”, concluyó.