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Enigmas develados

Apuntes sobre la mente humana XVI14/10/2011

APUNTES SOBRE LA MENTE HUMANA XVI

BASADOS EN LOS DESCUBRIMIENTOS DE L. RONALD HUBBARD

LA TERAPIA DIANÉTICA

por Horacio Velmont

 

Hay muchos formas de meterse en problemas con la curación mental, y pueden clasificarse de la siguiente forma: 1)  choques eléctricos; 2) cirugía cerebral; 3) drogas fuertes; y 4) hipnosis desconociendo Dianética. Se puede agregar también la mezcla de Dianética con otras formas más antiguas de terapia.

La mente es un mecanismo que se autoprotege. El auditor dianético *, al no usar drogas, como en el narcoanálisis, choques eléctricos, etc., no puede cometer ningún error que él mismo u otro auditor no pueda remediar.

La mente no peremitirá que se la sobrecargue seriamente mientras pueda conservar consciencia parcial de sí misma; solamente se la puede sobrecargar cuando su conciencia se reduce hasta un punto en el que no puede evaluar nada: entonces puede trastornarse completamente.

La evocación dianética ** deja a un paciente plenamente consciente de todo lo que está teniendo lugar y con recuerdo pleno de todo lo que ha sucedido. Son posibles y útiles los tipos de terapia que no hacen esto, pero deben abordarse con el pleno conocimiento de que no son a toda prueba.

Dianética, por lo tanto, usa la evocación para la mayor parte de su trabajo y usando la evocación no es positble que un auditor dianético se meta en dificultades de las que no puedan salir él mismo y el paciente. Él está trabajando con un mecanismo casi a toda prueba en tanto la mente retenga cierta consciencia; una radio o un motor eléctrico son mucho más suscetibles al daño en manos de un trabajador que la mente humana.

 La mente fue construida para ser lo más dura posible. Se encontrará que es difícil meterla en situaciones que la hagan estar incómida, y es imposible con la evocación embrollarla lo suficiente como para causar neurosis o demencia.

En el manual de infantería de los EE.UU. hay una cita sobre la decisión: "Cualquier plan, no importa lo mal que esté concebido, si se ejecuta con valor es mejor que la inacción".

En Dianética, cualquier caso ***, no importa lo grave que sea, no importa la poca habilidad del auditor, es mejor abrirlo que dejarlo cerrado. Es mejor comenzar la terapia, aunque haya de interrumpirse después de dos horas de trabajo, que no comenzar la terapia en absoluto.

Es mejor contactar con un engrama que dejar un engrama sin contactar, aun cuando el resultado sea incomodidad física para el paciente, pues a partir de entonces ese engrama no tendrá tanto poder, y la incomodidad remitirá gradualmente.

Esto es un hecho científico. El mecanismo que usa Dianética es una capacidad de la mente que el hombre en general no sabía que tenía. Es un método de pensamiento que cada uno posee de forma inherente y que evidentemente estaba para ser usado en el proceso general de pensar, pero que por algún extraño descuido el hombre nunca ha descubierto antes.

Una vez que una persona ha aprendido que posee esta nueva facultad concreta es más capaz de pensar que antes; y esta facultad la puede descubrtir en diez minutos. Además, cuando uno aborda un engrama con esta facultad (que una vez intensificiada es la evocación), algunas de las conexiones de nivel inferior de ese engrama se rompen y los factores aberrativos ya no tienen tanta fuerza, tanto en las esferas físicas como en las mentales. Además, el conocimiento de que hay una solución para los males mentales es un factor estabilizador.

Abordar un engrama con la evocación dista mucho de ser lo mismo que restimular exteriormente al engrama como se hace en la vida. El engrama es un tipo poderoso y maligno mientra no se toque. En su sitio y activo puede ser restimulado para causar innumerables males mentales y físicos. Pero abordarlo con la evocación es hacerlo por un camino nuevo, uno que lo desarma. El poder del engrama es, en parte, el miedo a lo desconocido; el saber da estabilidad por sí mismo.

La terapia dianética no es totalmente inocua, ya que en cierta manera provocará alguna incomodidad al paciente. El trabajo del auditor, cuando toca los engramas que no pueden eliminarse, puede causarle al paciente dolores de cabeza, diversas molestias y dolores e incluso enfermedades físicas leves, aun cuando el trabajo se haga cuidadosamente.

Pero lo cierto es que la vida le ha estado haciendo esto a una escala muchísimo mayor durante años, y no importa lo cruelmente que se haya maltratado el caso, no importa cuántas aberraciones salten a la vista para atormentar al paciente durante un día o dos, ninguno de estos tratornos es tan grave como los que puede ocasionar el medio ambiente actuando sobre el engrama que no se ha tocado.

El auditor dianético puede hacerlo todo al revés, en completo desorden y totalmente mal, y de todos modos el paciente estará mejor, siempre y cuando no trate de emplear drogas antes de haber trabajado con unos pocos casos, que no emplee el hipnotismo como tal y que no trate de mezclar a Dianética con alguna terapia más antigua.

Puede usar drogas en Dianética si conoce Dianética y si tiene colaboración médica. Puede usar todas las técnicas del hipnotismo siempre y cuando tenga una gran experiencia con Dianética. Y una vez que haya usado Dianética no volverá a caer en esfuerzos místicos para sanar mentes.

En síntesis, lo que se expone aquí es que, en tanto el auditor tome un caso relativamente sencillo al principio para ver cómo funcionan los mecanismos de la mente y utilice solo la evocación, no puede meterse en dificultades.

Seguramente que habrá quienes crean que tienen tanta experiencia en golpear el tam-tam o en agitar calabazas que no le darán a Dianética una oportunidad de funcionar como Dianética, sino que entrarán majestuosamente y empezarán a atormentar al paciente con las tonterías del complejo de Edipo, de la "envidia del pene" o haciéndole arrepentirse de sus pecados.

Pero el paciente que empiece a recibir esto será inteligente si cambia su posición del sofá a la silla del auditor y aclara algunas aberraciones del auditor antes de que continúe el trabajo.

Cualquiera que haya leído el libro de L. Ronald Hubbard "Dianética, la ciencia moderna de la salud mental" y conseguido un paciente con recuerdo sónico pra hacer un intento de prueba, sabrá más sobre la mente, a partir de esas acciones, de lo que haya sabido jamás, y será más hábil y capaz para tratar la mente que cualquiera que intentara hacerlo hace muy poco tiempo, independientemente de su reputación.

Esto no significa que aquellos que hayan tenido experiencia con pacientes mentales, conociendo Dianética (conociendo Dianética), no tendrán ventaja sobre aquellos que no se dan cuenta de algunas de las manías de que es capaz el hombre en un estado aberrado.

Por otra parte, tampoco significa que algún ingeniero, abogado o cocinero con algunos casos de Dianética en su haber no será más experto que todos los demás practicantes de cualquier clase o educación. En este caso el cielo no es el límite.

No podríamos decir a la ligera que un hipnotizador capaz o un psicólogo capaz, preparado y dispuesto a desechar y olvidar los errores de ayer, no esté mejor preparado para practicar Dianética. En el campo de la medicina mental, el doctor en medicina, con una gran cantidad de experiencia en la curación, podría muy estar muy por encima de otros auditores en el trabajo de Dianética.

Pero éste no es necesariamente el caso, pues en la investigación se ha probado que los hombres y las mujeres con los pasados profesionales más dispares se han convertido de repente en auditores superiores en destreza a aquellos de campos que podrías sospechar que están más estrechamente relacionados.

Los ingenieros especialmente son un excelente material y constituyen magníficos auditores. Una vez más Dianética no se publica para una profesión, pues ninguna profesión podría abarcarla. Es insuficientemente complicada como para justificar años de estudio en alguna universidad. Pertenece al hombre, y es dudoso que alguien pudiera monopolizarla, pues no entra en ninguna clase de legislación en ninguna parte, y si Dianética fuera legislada como una profesión con título, entonces es de temer que el escuchar historias y bromas y experiencia personal también tendría que ser legislado como una profesión.

Tales leyes pondrían entre alambre de púas a todos los hombres de buena voluntad que prestan un oído compasivo a los problemas de un amigo. Dianética no es psiquiatría. No es psicoanálisis. No es psicología. No es relaciones personales. No es hipnotismo. Es una ciencia de la mente, y necesita tanta autorización y regulacióln como la aplicación de la ciencia de la física.

Esas cosas para las que se establece una legislación son un asunto legal porque de algún modo pueden perjudicar a los individuos o a la sociedad. Existe legislación para el psicoanálisis en varios estados de los EE.UU; la legislación contra o acerca de la psiquiatría existe en todas partes. Si un auditor desea convertirse en psiquiatra con el poder de cortar en vivo cerebros humanos, si desea convertirse en médico y administrar drogas y medicinas, si quiere practicar hipnotismo y sugestiones pobres en un paciente, entonces debe encuadrarse en la psiquiatría, la medicina y las leyes locales sobre el hipnotismo, pues se ha introducido en otros campos que no son Dianética.

En Dianética el hipnotismo no se usa, no se operan cerebros y no se dan drogas a menos que el médico local sea parte del personal. Dianética no está en modo alguno cubierta por la legislación en ninguna parte, pues ninguna ley puede impedir que un hombre se siente y le cuente a otro sus problemas; y si alguien quiere un monopolio sobre Dianética, es seguro que lo quiere por razones que no tienen que ver con Dianética sino con el beneficio.

Dianética no es enemiga de nadie y cae completamente fuera de las legislaciones existentes, ninguna de las cuales dispuso nada para una ciencia de la mente.

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OBJETO DE LA TERAPIA DIANÉTICA

El objeto de la terapia dianética es producir un liberado, es decir, alguien al cual se ha eliminado la tensión o angustia más importante, o un claro ("clear"), o sea un individuo que no tiene enfermedades mentales o aberraciones postenciales.

Aclarar es liberar a una persona o a una sociedad, como en el caso de Dianética política, de todo el dolor físico y la emoción dolorosa que hay en su vida. El resultado de esto producirá persistencia en las cuatro dinámicas, una capacidad analítica óptima para el individuo y, junto con ello, un completo recuerdo. El claro tiene a su disposición la experiencia de toda su vida y tiene toda su capacidad mental inherente, para usarla con libre imaginación.

Su vitalidad física y su salud han mejorado notablemente, y todas las enfermedades mentales han desaparecido y no volverán. Tiene mayor resistencia a la enfermedad real. Y es adaptable a su medio ambiente y capaz de cambiarlo. No está "ajustado"; es dinámico. Y sus estándares de ética y moral son elevadas; su habilidad para buscar y experimentar placer es grande. Su personalidad está reforzada y es creativo y constructivo.

Un liberado es un individuo al cual se le ha liberado de las dificultades mentales y físicas y emoción dolorosa crónicas o en curso. Un liberado generalmente excede en estabilidad mental a la norma contemporánea.

Un claro tiene recuerdo completo de todo lo que le ha sucedido o de cualquier cosa que haya estudiado. Hace computaciones mentales como las del ajedrez, por ejemplo, que un normal haría en media hora, en diez o quice segundos.

No piensa "vocalmente" sino espontáneamete. No hay circuitos demonios en su mente excepto aquellos que le divirtiera instalar --y destruir de nuevo-- para ocuparse de aspectos del vivir. Es absolutamente autodeterminado. Y su imaginación creativa es alta. Su vigor, persistencia y tenacidad ante la vida son mucho mayores de lo que nadie haya creído posible.

El claro es racional. Los actos que perjuican a una sociedad son irracionales. Cuantos más claros tuviera una sociedad, más prosperaría ésta.

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* Auditor: el término se utiliza en Dianética para designar a cualquiera que esté adiestrado en la práctica de la terapia dianética. Auditar es escuchar y computar.

** Evocación: la palabra se utiliza para denotar el estado de concentración en el cual entra el paciente al cerrar los ojos durante la terapia dianética. En este estado la memoria es muy buena y puede hacer algo que normalmente no podía hacer antes. En rigor lo puede hacer en cualquier momento ya que no es un estado extraño. La persona está completamente despierta pero con los ojos cerrados.

*** Caso: todo el contenido de la mente reactiva.

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