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Enigmas develados

Apuntes sobre la mente humana VIII3/10/2011

APUNTES SOBRE LA MENTE HUMANA VIII

BASADOS EN LOS DESCUBRIMIENTOS DE L. RONALD HUBBARD

por Horacio Velmont 

Las investigaciones que dieron como resultado el descubrimiento de Dianética también pasaron por los "demonios", descubriéndose que cada persona tenía uno de algún tipo. No nos estamos refiriendo a los demonios reales, que sí existen, sino a los otros, que no existen y que tienen su origen en la mente reactiva.

Se descubrió que estos "demonios" podían catalogarse. Había "demonios mandones", "demonios criticones", "demonios normales" que-te-dicen-lo que tienes-que-decir, "demonios" que se quedaban cruzados de brazos, vociferando, "demonios" que simplemente ocultaban las cosas y las mantenían fuera de la vista. Desde ya que éstos son algunos de los "demonios" encontrados, pues la lista es interminable.  

Unos pocos experimentos con individuos drogados demostraron que era posible instalar estos "demonios" a voluntad. Era posible, incluso, hacer ver que la mente analitica completa pareciera un "demonio". 

En Dianética un demonio es simplemente un circuito parásito. Tiene una acción en la mente que hace dar la impresión de otra entidad diferente de uno mismo; y procede completamente de palabras contenidas en engramas.

Quien quiera encontrar demonios reales, por lo tanto, no debe ir a ninguna organización de Dianética o Cienciología, sino a esos lugares donde se encuentra gente "poseída" y por supuesto exorcistas que supuestamente los desalojan. Si alguien piensa que esto no es más un circo, bueno, tiene razón. ¿Pero acaso el circo no es un entretenimiento? Lo importante es no tomárselo en serio.

La forma cómo entran los "demonios" en la mente no es muy difícil de comprender, una vez que se ha inspeccionado uno de cerca. 

Supongamos que una mujer embarazada tropieza y cae apretando al bebé. Éste cae en la inconsciencia. Ella está descansando tranquilamente en la cama esperando que pase el dolor del golpe y de pronto entra el esposo y le grita que tiene que tener más cuidado, que siempre se lo está diciendo, que tiene que escucharlo a él y a nadie más, ¡por Dios! El bebé recibe un engrama. En algún momento, entre la infancia y la muerte, éste se activa; y ahí está el circuito demonio en funcionamiento.

Ese bebé, ya adulto, cada vez que el engrama se restimule oirá una voz que le dice que tiene que escucharlo a él y a nadie más. Los datos llegan a él hablados, como una voz en el interior de su cabeza. Pero un "clear" (libre de engramas)no tiene "voces mentales". No piensa vocalmente. Piensa sin articulación de términos, y sus pensamientos no son en términos vocales. Esto será para muchos una sopresa. El demonio de "escúchame" es muy frecuente en la sociedad, lo que significa que este engrama circula ampliamente.

Demostrar la existencia de estos "demonios" fue realmente fácil. En cada caso que se logró eliminarle a alguien los engramas y transformalo en "clear" se descubrió uno u otro. Algunos casos tenían tres o cuatro. Algunos tenían diez. Algunos tenían uno. Es apostar sobre seguro suponer que casi todo aberrado tiene un circuito demonio.

El tipo de engrama que crea un demonio criticón es: "Siempre estás criticando". Hay docenas de tales afirmaciones contenidas en engramas, cada una de  las cuales creará un demonio criticón, al igual que cualquier combinación de palabras que dan como resultado una exigencia de escuchar y obedecer órdenes crearán un demonio mandón.

Todos estos demonios son parásitos. Es decir, toman una parte de la mente analítica y la separan. Un demonio puede pensar solo tan bien como pueda pensar la mente de la persona. No hay poder extra. No hay beneficio. Todo es pérdida.

Es posible transformar a toda la computadora mental en un circuito demonio y dejar el "yo" en una estantería diminuta y abandonada. Esto, en apariencia, es un truco muy bueno. Hace que sea posible para la mente analítica completa elaborar computaciones sin ser molestada y transmitir la respuesta al "yo". Pero en la práctica es muy malo, pues el "yo" es la voluntad, la fuerza determinante del organismo, la consciencia; y muy pronto el "yo" se vuelve tan dependiente de este circuito que el circuito comienza a absorberlo.

Cualquier circuito así, para durar, tendría que tener dolor y ser crónico. Tendría que tener, en definitiva, un engrama. Por lo tanto, tendría que ser reductor del intelecto y sacrificaría al poseedor enfermándolo, a la larga, de un modo u otro.

De todos los circuitos demonios engrámicos encontrados y eliminados, aquéllos que contenían una entidad exterior, aparentemente todopoderosa, que resolvería todos los problemas y respondería a cualquier deseo, eran los más peligrosos. Cuanto más se restimulaba el engrama, más convertía al "yo" en una marioneta sin carácter. Si a esto se le suma la existencia de otros engramas en restimulación, ya puede imaginarse el tipo grave de demencia que podría provocar.    

Hay otros tipos de demonios, los demonios de oclusión, los demonios que obstruyen las cosas. No son demonios propiamente dichos porque no hablan. Un demonio que se precie de serlo es el que da voz a los pensamientos, se hace eco de la palabra hablada interiormente o da todo tipo de consejos complicados, como una voz exterior, viva y real (las personas que oyen voces tienen demonios vocales exteriores, circuitos que han atado sus circuitos de imaginación). El demonio de oclusión no tiene nada que decir. Lo que él no permite que se diga o haga es precisamente lo que crea el trastorno mental.

Un demonio de oclusión puede existir para una única palabra. Por ejemplo, un niño está jugando y pierde el equilibrio. Al caer se golpea la cabeza y se desmaya. Como consecuencia recibe un engrama. Su madre trata de ayudarlo. Él sigue inconsciente pero moviéndose, y balbucea que no se puede mover (un viejo engrama en funcionamiento). La madre le dice, alegremente, "¡nuca digas no puedo!". Algún tiempo después, el niño tiene una experiencia a nivel consciente, como otra caída pero sin lesión.

Seguimos mencionando este segundo paso necesario, el candado, porque es lo que los antiguos místicos pensaban que estaba causando todo el problema; es "angustia mental".

Ahora él tiene dificultad, en cumplimiento de la orden engrámica, para decir "no puedo". Peligroso en cualquier caso. ¿Qué sucedería si él tuviera esa expresión engrámica normal: "¡nunca digas no!"?

Los demonios de oclusión ocultan cosas al "yo". Esto es tan fácil como para que uno de ellos disfrace muchas palabras. El individuo, al tener uno, omitirá entonces estas palabras, las alterará o las pronunciará mal, y cometerá errores con ellas. El demonio no es el único motivo de que éstas sean alteradas, sino que es un caso específico. Un demonio de oclusión puede tener una fuerza y una extensión mucho mayores. Puede ser creado con las frases "¡no hables!", "¡nunca contestes a tus mayores!" o ¡"no puedes hablar aquí! ¿Quién te dijo que podías hablar?". Cualquiera de estas frases podría producir un tartamudo.

Se pueden ocluir otras cosas además de la palabra. Cualquier capacidad de la mente puede ser ocluida por un demonio destinado específicamente a obstruir esa capacidad. "¡No puedes ver!" ocluirá el recuerdo visual. "¡No puedes oír!" ocluirá el recuerdo auditivo. "¡No puedes sentir!" ocluye el dolor y el recuerdo táctil (que son homónimos).

Cualquier percepción puede ser ocluida en el recuerdo; y siempre que sea ocluida en el recuerdo afecta la percepción real y también al órgano de la percepción. "¡!No puedes ver!" puede reducir no solamente el recuerdo, sino la capacidad orgánica real de los ojos, como en el caso del astigmatismo (defecto en el ojo o en el cristalino que impide fenfocar correctamente) o la miopía.

Uno puede imaginarse, con todo el idioma castellano (o en otros países con otras lenguas; con cualquier idioma) susceptible de ser incluido en los engramas, cuántas capacidades de funcionamiento de la mente pueden ocluirse. Una, frecuente en extremo, es: "¡No puedes pensar!".

En rigor, las oraciones más destructivas son las que van en primera persona: "No puedo sentir nada", "no puedo pensar", "no puedo recordar". Éstas y sus miles y miles de variaciones, cuando se dicen dentro del alcance auditivo de una persona "inconsciente", son aplicables a ella misma cuando el engrama es activado y entra en funcionamiento.

El uso de la segunda persona posee varios efectos. La afirmación "no vales nada", hecha a una persona despierta, hace que la persona se sienta bastante enojada, tal vez, en caso de que tenga un engrama con respecto a eso. En su interior, posiblemente sienta que la gente piensa que ella no vale nada. Puede que tenga un demonio que le dice que no vale nada. Y dramatizará diciendo a otras personas que no valen nada.

Una persona que tiene un engrama en el sentido de que es estéril sexualmente, por ejemplo, les dirá a los demás que ellos son estériles sexualmente ("no hagas lo que yo hago, haz lo que yo digo").

Si tiene un engrama que dice "no vales nada, tienes que comer con tu cuchillo", puede que coma con su cuchillo, pero se pondra nervioso respecto a que la gente coma con sus cuchillos, y se enojará mucho si alguien le dijera que comiera con su cuchillo. Así, hay "demonios de compulsión", demonios de confusión", etc.

El engrama tiene valor de mandato. En la mente reactiva hay un poder de elección que se ejerce respecto a qué engramas se usarán. Pero cualquier engrama, restimulado con la suficiente fuerza, saldrá a la superficie para ser dramatizado. Y si la dramatización es bloqueada se volverá contra el individuo, de forma temporal o crónica.

La literalidad de esta mente reactiva en su interpretación de las órdenes, y la literalidad de la accióln de éstas en la pobre y atormentada mente analítica, es algo extraño en sí mismo. "No se puede concebir nada tan horrible" podría interpretarse en el sentido de que un bebé estaba en tan mala condición que más le valdría no haber sido concebido.

Hay miles de frases hechas en cada idioma, las cuales, cuando se toman literalmente, significan todo lo contrario a lo que pretende el que habla.

El banco reactiva de engramas las atrapa, las almacena junto con dolor, emoción e  "inconsciencia" y, con literalidad idiota, los entrega para que sean ley y mandato para la mente analítica. Y cuando el pequeñoñ idiota feliz que dirige el banco de engramas ve posible utilizar algunos circuitos de la mente analítica con algunos de estos malditos demonios, lo hace. 

Se puede ver, entonces, que la mente analítica está sometida a otra forma más de desgaste. Sus circuitos, normalmente diseñados para una computación rápida y fluida, se encuentran inmovilizados y sobrecargados con artilugios demoníacos. Los demonios son parásitos. Son piezas de la mente analítica, compartimentadas y a las que se niega una computación más grande.

¿Es de extrañar que cuando estos demonios son borrados el coeficiente intelectual aumente tanto como se ha observado que lo hace un "clear"?

Añádase los circuitos demonios a la suspensión analítica causada por la restimulación y se podrá ver la autenticidad de la creencia de que la gente funciona al cinco por ciento de su poder mental.

La investigación y la tabulación científica indican que, con el factor de "inconsciencia" y los circuitos demonios borrados del banco de engramas, y con los datos devueltos al banco estándar como experiencia, donde deben de estar, alrededor del noventa y nueve por ciento de la mente ha sido puesta al servicio del "yo", lo que nunca podría usar como aberrado.

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Apuntes sobre la mente humana VII2/10/2011

APUNTES SOBRE LA MENTE HUMANA VII

BASADOS EN LOS DESCUBRIMIENTOS DE L. RONALD HUBBARD

por Horacio Velmont

Sigamos investigando el ejemplo del sujeto que se saca o se pone la chaqueta según que el operador se toque o se suelte la nariz. La señal para quitarse la chaqueta era muy precisa. El operador se tocaba la corbata. Esto es equivalente a todas y cada una de las percepciones que recibía el pez y que le hicieron retroceder. El tocarse la corbata pudo haber sido una docena de cosas. Cualquiera de las doce cosas pudo haber sido la señal para quitarse la chaqueta.

En el caso de la mujer que quedó inconsciente por el golpe, cualquier percepción en el engrama que recibió tiene un grado de restimulación. El agua saliendo de un grifo podría no haberla afectado en gran medida. Pero el agua saliendo del grifo, más un coche que pasa podrían haber iniciado cierta reactivación del engrama, una vaga molestia en las áreas en que fue golpeada, aunque aún no lo suficiente como para causarle verdadero dolor; pero de todos modos está ahí.

Al agua saliendo y al coche pasando agregamos la estrepitosa caída de una silla y la mujer experimenta una conmoción de leves proporciones. Agregamos ahora el olor y la voz del hombre que la agredió y el dolor empieza a aumentar. El mecanismo le está diciendo que ella se encuentra en terreno peligroso, que debería irse. Pero ella no es un pez, sino un ser altamente sensible; según lo que sabemos, la más compleja estructura mental que ha evolucionado hasta ahora en la Tierra: el organismo de la especie humana.

Hay muchos otros factores en el problema aparte de este engrama específico. Ella se queda. Los dolores en las áreas en que fue maltratada se transforman en una predisposición a la enfermedad o son enfermedad crónica en sí mismos; cierto que de menor importancica en el caso de este incidente, pero enfermedad de todos modos.

Su afinidad por el hombre que la golpeó puede ser tan alta que el nivel analítico, ayudado por un tono general normalmente alto, puede contrarrestar estos dolores. Pero si ese nivel es bajo, sin mucho que lo apoye, entonces los dolores pueden hacerse mayores.

El pez que fue lastimado y que recibió un engrama no repudió a los camarones. Puede ser que después perdiese un poco su entusiasmo por los camarones, pero el potencial de supervivencia de comer camarones hacía que identificara a los camarones mucho más con el placer que con el dolor.

Un vida agradable y esperanzada en general --y nunca pienses que insinuamos que la mujer se queda solamente por la comida, digan lo que digan los humoristas respecto de las mujeres-- tiene un alto potencial de supervivencia, y eso puede vencer una gran cantidad de dolor.

Sin embargo, según disminuye el potencial de supervivencia, nos acercamos más estrechamente al nivel del dolor, y tal engrama podría empezar a ser severamente reactivado.

Aquí hay, sin embargo, otro factor además del dolor; de hecho varios factores más. Si al individuo que se quita la chaqueta se le hubiese dado una de las sugestiones imperativas neuróticas que se enlistaron hace unas pocas páginas, habría reaccionado a ella al recibir la señal.

El engrama que esta mujer ha recibido contiene una sugestión imperativa neurótica, además de los restimuladores genereales, tales como el grifo, el coche y la silla derribada. Se le ha dicho que es una farsante, que no es buena y que siempre está cambiando de parecer. Cuando el engrama es reestimulado en una de las muchas formas posibles, ella tiene la "sensación" de que no es buena, de que es una farsante, y cambiará de parecer.

Esto no es teoría, son hechos científicos comprobados. En un caso real, una mujer había sido golpeada severamente muchas veces habiéndosele dicho una cosa similar cada vez, todas ellas  invalidantes. El contenido infería que era de moral muy relajada y que cohabitaba con cualquiera. Su padre, que la trajo como caso --ella se había divorciado--, se quejaba de que era de moral muy relajada y había cohabitado con varios hombres en otras tantas semanas. Ella misma admitió que esto era cierto, que no podía comprenderlo, que le preocupaba, pero que simplemente "parecía no poder evitarlo".

Un examen de los engramas en su banco reactivo permitió descubrir una larga seire de palizas con ese contenido. Dado que este era un asunto de investigación y no de tratamiento --aunque éste le fue administrado-- se enctró en contacto con su ex esposo. Un examen, del que ella no supo, demostró que la dramatización iracunda del hombre contenía estas mismas palabras. Le había pegado a su esposa hasta convertirla en una mujer de moral relajada, porque él temía a las mujeres de moral relajada.

Todos los casos examinados en esta investigación fueron verificados cotejando los engramas del paciente con los engramas del que los proporcionó. Los contenidos de los incidentes se comprobaron siempre que ello fue posible, y se encontró que concordaban uniformemente. Se tomaron todas las medidas para evitar otro medio de comunicación entre el que los proporcionó y el paciente. Se descubrió que todo lo hallado en los períodos"inconscientes" de cada paciente era exacto cuando se cotejaba con otras fuentes.

La analogía entre el hipnotismo y la aberración resulta buena. Mediante sugestión imperativa el hipnotismo introduce una u otra forma de demencia. Generalmente es de efecto temporal, pero a veces la sugestión hipnótica no se "soltará" o se eliminará de forma deseable para el hipnotizador. El peligro de efectuar experimentos con hipnotismo en pacientes no aclarados se encuentra en otro mecanismo de la mente reactiva. 

Cuando existe un engrama como el de nuestro ejemplo anterior, la mujer obviamente estaba "inconsciente" en el momento de recibir el engrama. Ella no poseía un recuerdo (registro) del incidente en el banco estándar, aparte de saber que el hombre la había dejado inconsciente. Por lo tanto, el engrama no era una experiencia, tal y como entendemos la palabra. Podía actuar desde abajo para aberrar sus procesos pensantes. Podía ocasionarle extraños dolores --que ella atribuía a alguna otra cosa-- en las áreas lastimadas. Pero era desconocido para ella.

Pero era necesario que el engrama se restimulara para ponerlo en marcha. Un tiempo después, encontrándose cansada, el hombre la amenazó con pegarle de nuevo y la insultó. Esta fue una experiencia a nivel consciente. Ella la encontró "mentalmente dolorosa". Y era "mentalmente dolorosa" solamente porque por debajo de esta experiencia había dolor físico, vivo y real, oculto, que había sido activado por la experiencia consciente. La segunda experiencia era un candado

Un candado es un momento analítico en que hay una semejanza con las percepciones del engrama, restimulándose así el engrama o poniéndose en acción, al ser interpretados erróneamente por la mente reactiva los percépticos de tiempo presente, entendiendo que la misma condición que produjo el dolor físico en una ocasión anterior se encuentran ahora a mano.

Ese candado era en realidad un recuerdo, pero tenía una nueva clase de acción en los bancos estándares. Tenía demasiado poder y ese poder lo obtuvo de un golpe físico pasado. La mente reactiva no es demasiado cuidadosa en cuanto a su reloj medidor del tiempo. De hecho, no puede distinguir entre la edad de un año y la de novenda, cuando se inicia una activación. El engrama real surgió por debajo del banco estándar.

Ella cree que está preocupada por lo que él le dijo en la experiencia del candado. En realidad está preocupada por el engrama. De esta forma, los recuerdos se hacen "dolorosos". Pero el dolor no se almacena en los bancos estándares. No hay espacio para el dolor en ese banco. Ningún espacio. Hay un lugar para el concepto del dolor, y estos conceptos de lo que es doloroso son lo bastante buenos para mantener a ese organismo sensible llamado hombre alejado de todo el dolor que él cree que es realmente peligroso.

En un "clear" (liberado de engramas) no existen recuerdos que induzcan al dolor, porque no se ha dejado ningún registro de dolor físico en el banco de la mente reactiva que eche a perder la maquinaria.

El individuo que se quita la chaqueta no sabía qué era lo que le preocupaba o qué le obligaba a hacer lo que hacía. La persona con un engrama no sabe qué es lo que le preocupa. Piensa que es el candado, pero el candado puede encontrarse a una distancia muy remota de cualquier cosa que se parezca a un engrama. El candado puede tener un contenido similar de percepciones; pero puede ser sobre un asunto completamente diferente.

No es muy complicado comprender qué es lo que son y que hacen estos engramas. Simplemente son momentos de dolor físico lo bastante fuertes comño para desconectar una parte o la totalidad de la maquinaría analítica; son antagonismo hacioa la supervivencia dsel organismoñ o falsa compasión para la supervivencia del organismo.Ésa es la definición completa. "Inconsciencia" grande o pequeña, dolor físico, contenido de percépticos y datos contra supervivencia oo prosupervivencia. Son manejados por la mente reactiva, que piensa exclusivamente en identidades de que todo es igual a todo. Y ellos imponen sus órdenes al organismo blandiendo el látigo del dolor físico.

Si el organismo no hace exactamente lo que ellos dicen (y cualquier "clear" dirá que es imposible hacerlo), se conecta el dolor físico. Ellos dirigen a una persona como un domador dirige a un tigre; y durante el proceso pueden convertir a un hombre en un tigre sin mucha dificultad y además contagiarle la sarna.

Si el hombre no hubiese inventado el lenguaje o si sus lenguajes fuesen un poco menos homonímicos y más específicos con sus pronombres personales, los engramas aún sería datos de supervivencia y el mecanismoñ funcionaría. Pero el hombre ha sobrepasado la utilidad de estos engramas. Eligió entre lenguaje y locura potencial, y por los vastos beneficios del primero recibió la maldición de la segunda.

El engrama es la única y exclusiva fuente de la aberración y de los trastornos mentales. Se ha examinando una enorme cantidad de datos. No se ha encontrado una sola excepción. En "personas normales", en el neurótico y el demente la eliminación total o parcial de estos engramas, sin otra terapia, ha producido de manera uniforme un estado muy superior a la norma actual.

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