FRANCISCO ARIAS SOLIS Home | Perfil | Archivos | Amigos
Promoción de la paz, la libertad, la cultura y la tolerancia.

Carmen Martín Gaite ~ Francisco Arias Solís16/7/2010
 

CARMEN MARTÍN GAITE

(1925-2000)


De la misma manera que las mujeres y los hombres, tendrían

que verse menos como seres enfrentados, el realismo y la fantasía

tendrían que ir más de la mano, porque la vida es una cantera

de surrealismo y gracias a eso se aguanta la llamada realidad,

esa llamada prosa de la vida.”

Carmen Martín Gaite.


LA VOZ SOBRESALIENTE DE LA NARRATIVA ESPAÑOLA


Carmen Martín Gaite es una escritora representativa de la llamada “generación del medio siglo”, cultivadora del realismo social y una de las figuras más sobresalientes de la narrativa española. Sus novelas recuperan el mundo de la infancia y adolescencia en ambientes pequeños, pero creando grandes universos narrativos.


Carmen Martín Gaite nace en Salamanca el 8 de diciembre de 1925. En la Universidad de Salamanca se licencia en Filosofía y Letras, allí conoce a Ignacio a Aldecoa y a Agustín García Calvo y participa como actriz en varias obras teatrales. Colabora en las revistas Trabajo y Días en Salamanca y Revista Nueva en Madrid, ciudad a la que llega en 1950, doctorándose en la Universidad de Madrid con la tesis Usos amorosos del XVIII en España. Ignacio Aldecoa la introduce en su círculo literario, donde conoce a Josefina Aldecoa, Juan Benet, Medardo Fraile, Jesús Fernández Santos, Alfonso Sastre y Rafael Sánchez Ferlosio, con quien contrajo matrimonio en 1954, y del que se separó transcurrido unos años. Carmen Martín Gaite muere en Madrid el 23 de julio de 2000.


Martín Gaite se dio a conocer con El balneario (1955) que obtiene el prestigioso Premio Café Gijón, revalidándose después con la que sería su obra señera Entre visillos (1958, Premio Nadal), novela en la que cuenta las experiencias de unas jóvenes provincianas españolas de clase media, texto crítico de la condición femenina donde operan los recuerdos de la autora. Considerada una de las máximas exponentes de la narrativa española contemporánea, lleva a cabo una detenida meditación sobre la sociedad humana y la carencia de horizontes en obras como Retahílas (1974), estructurada en un diálogo-coloquio que durante una noche mantiene la nieta y el sobrino de una anciana moribunda, entre recuerdos, historias y atmósferas misteriosas, como desahogo de su propia intimidad, Fragmentos del interior (1976), nos traslada al ambiente de una familia madrileña de clase media, y El cuarto de atrás (1978, Premio Nacional de Narrativa), relato que intensifica el aspecto misterioso y onírico a través de ensoñaciones fantásticas de la narradora, que se basan en la recuperación de la infancia y la expresión espontánea de las vivencias más elementales de su vida personal. La reflexión metanarrativa y autobiográfica dominan el discurso de El cuento de nunca acabar (1983) y Desde la ventana (1987), libros que fluctúan continuamente entre la ficción y el ensayo. Otros textos debido a su pluma son las investigaciones históricas El proceso de Macanaz (1969), Usos amorosos del siglo XVIII español (1972) y Usos amorosos de la posguerra española (1987), el libro de poemas A rachas (1976), el drama A palo seco (1988), los relatos para jóvenes El castillo de las tres murallas y El pastel del diablo, recogidos en el volumen Dos relatos (1989), y las novelas Caperucita en Manhattan (1988), en la que explora la relación existente entre los motivos de los cuentos infantiles y la simbología hollywoodense, Nubosidad variable (1992), historia de dos mujeres, amigas de la infancia, que se encuentran al pasar el tiempo, y La reina de las nieves (1994), que se vale de las claves de la narrativa folletinesca. Su libro Esperando el porvenir. Homenaje a Ignacio Aldecoa (1994) reúne las cuatro conferencias que, sobre la vida y la obras del este escritor, dictó Martín Gaite en la Universidad de Salamanca. En 1988 le fue concedido el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, compartido con José Ángel Valente, y en 1994 el Premio Nacional de las Letras. En sus últimos años ha publicado dos éxitos de crítica y público, Lo raro es vivir (1997) e Irse de casa (1998). Y como dijo la escritora salmantina: “Siempre hay uno que sufre y otro que hace sufrir”.



Francisco Arias Solís


La libertad no la tienen los que no tienen su sed.


Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.


URL: http://www.internautasporlapaz.org



0 Comentarios | Publicar Comentario | Link Permanente

José Ángel Valente ~ Francisco Arias Solís13/7/2010
 
JOSÉ ÁNGEL VALENTE

(OURENSE, 1929-GINEBRA, 2000)


No reivindicaron

más privilegio que el de morir

para que el aire fuese

más libre en las alturas

y los hombres más libres.”

José Ángel Valente.


LA VOZ DE UN SOLITARIO


El poeta –decía Valente- no escribe en principio para nadie, y escribe de hecho para una inmensa mayoría, de la cual es el primero en formar parte. Porque a quien en primer lugar tal conocimiento se comunica es al poeta, en el acto mismo de la creación”.


Valente es una de las voces más intensas de la poesía española de la segunda mitad de los cincuenta, reivindicó su trabajo como la “carrera del corredor solitario”. Y desde su soledad se enfrentó a la vida, lejos de capillas literarias. En un “trabajo radicalmente solitario“ ajustó su voz a las de otros solitarios ejemplares como san Juan de la Cruz, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. Valente fue siempre consciente de que la aventura del poeta es la del solitario. La verdadera solidaridad sólo es posible entre solitarios, nos dejó dicho otro gran solitario.


Lenta, pero seguramente, con un caudal lírico no siempre sobreabundante, impuso un modo peculiar de hacer poesía. Al margen de la poesía “pura” y sin caer en la angustia estereotipada de otros poetas de su contexto testimonial, a ratos solidario, acusando con sensible registro el signo controvertido de nuestro tiempo. ¿Cómo ha podido conseguirlo? Sencillamente, a través de las concentración expresiva del idioma. “Mientras unos poetas –escribía José Luis Cano- proceden por la acumulación de recursos expresivos, Valente lo hace por eliminación, cubriendo el hueso del poema con la piel –la palabra- justa y necesaria”. Todo ello caracteriza a un poeta más intelectual que emotivo, por temperamento y voluntad. Según dice en un poema propio las cosas que se le imponen “con atributos de claridad”, y de ahí que sus preocupaciones recojan la realidad –el “tiempo de miseria”- para aislarla y abstraerla de sentimentalismos pasajeros.


Con un lenguaje preciso, rítmico y de gran belleza, su obra poética, cercana en sus comienzos al realismo social característico de la generación del 50, evolucionó hacia un profundo lirismo intelectual y a la consideración de la poesía como una labor de búsqueda y conocimiento de lo esencial de la experiencia humana, cobrando particular relevancia la influencia de la mística y la reflexión sobre la palabra poética. Su personalidad poética se ha mantenido como una de las más valoradas entre las de su generación y con una poderosa influencia sobre las actuales corrientes de la poesía española.


José Ángel Valente nace en Ourense el 25 de abril de 1929. Hizo sus primeros estudios universitarios en la Facultad de Derecho de Santiago de Compostela. En 1947 se trasladó a Madrid, en cuya Universidad se licenció en Filología Románica. De 1955 a 1958 fue miembro del Departamento de Español de la Universidad de Oxford. En 1958 se trasladó a Ginebra, donde ejerció como profesor y como traductor de organizaciones internacionales, y, posteriormente, a París, donde dirigió un servicio de la Unesco. Ha traducido poemas de Hopkins, Cavafis y Montale, entre otros autores. En 1954 obtuvo el premio Adonais por su libro A modo de esperanza y en 1984 el premio de la Fundación Pablo Iglesias. En 1986 regresó a España y se instaló en Almería. En 1988 obtuvo, junto con Carmen Martín Gaite, el premio Príncipe de Asturias de las Letras y en 1993 el premio Nacional de Literatura. En 1972, fue sometido a Consejo de Guerra por su cuento “El uniforme del general”, acusado de alusiones ofensivas al ejército. José Ángel Valente murió en Ginebra el 18 de julio de 2000.


Entre los títulos más relevantes de su obra poética se cuentan: A modo de esperanza (1954), Poemas de Lázaro (1960, premio de la Crítica catalana), la recopilación Sobre el lugar del cántico (1953-1963), La memoria y los signos (1966), Siete representaciones (1967), Breve son (1968), Presentación y memoria para un monumento (1970) y El inocente (1970), reunidos en Punto cero (1972 y 1980), Interior con figuras (1977), Material memoria (1979), Tres lecciones de tinieblas (1981; premio de la Crítica), Estancias (1981), el poemario en gallego Sete cantigas de alén (1981; ampliado en 1990 con el título Cantigas de alén), Mandorla (1982), El fulgor (1984), Entrada en materia (1985), Al dios del lugar (1989), No amanece el cantor (1992, premio Nacional de Literatura 1993), Material memoria (1979-1989), nueva recopilación editada en 1992, y Fragmentos de un libro futuro (2000). Entre sus ensayos se cuentan Las palabras de la tribu (1971), en el que se recopila sus artículos de crítica literaria, La piedra y el centro (1983), Ensayos sobre Miguel de Molinos (1974), Los ojos deseados (1990) y Variaciones sobre el pájaro y la red (1991). Su narrativa y su prosa poética están recogidas en El fin de la edad de plata (1973) y Nueve enunciaciones (1982).


Valente ha conseguido una gran pureza de expresión en su pensamiento poético. En verdadero poeta, el sentir viene clarificado por el saber. Habiendo conseguido llevarse en su antorcha de corredor solitario una de las llamaradas más depuradas de la tradición poética. Y como dijo nuestro poeta: “Sólo yo que he tocado / el sol, la rosa, el día / y he creído, / soy capaz de morir”.


Francisco Arias Solís


Jamás hubo una guerra buena o una paz mala.


Portal de Internautas por la Paz y la Libertad y de Foro Libre.


URL: http://www.internautasporlapaz.org

0 Comentarios | Publicar Comentario | Link Permanente

Página 3 de 161
Página Anterior | Página Siguiente