La cautela reaparece siempre que se habla de la candidatura como   algo concreto. Pero no esconden que trabajan con obsesión en el   plan Lavagna 2007. "Debemos respetarle los tiempos. No confundan   nuestros pensamientos o acciones con los de él", dice Alvarez.   Enseguida concede: "Nosotros tenemos que ayudar a que existan las   condiciones que él espera para lanzar la candidatura". 
     
   ¿Qué significa eso? Negociar el apoyo de otras fuerzas, como el   socialismo, y hablar con otros sectores del PJ que no siguen a   Kirchner, con empresarios y con sectores sociales. Ellos aportan   know-how en el armado político, pero cero en estructura   partidaria. Entonces, ¿dependerá todo de los radicales?, ¿no   terminarán armando otra alianza como la del 99? 
     
   Camaño replica: "¡Pero si las figuras de la Alianza están en el   Gobierno! Chacho Alvarez, Nilda Garré, Darío Alessandro...".   Sarghini acota: "Eso de los viejos fantasmas es absurdo: qué   político puede decir hoy que alguna vez no se referenció en   Alfonsín, Menem o Duhalde, si fueron las figuras dominantes de   los últimos 30 años". 
     
   El diálogo de los cuatro diputados con Lavagna empezó primero en   forma secreta y, tras una serie de disertaciones moderadamente   críticas del economista, concretaron una reunión que se dio a   publicidad. Kirchner repudió en el acto a su ex ministro. 
     
   La ofensiva oficial estalló unos días después y llevó a Lavagna   al umbral de una postulación presidencial. "El Gobierno lo   instaló como candidato y ha acelerado los tiempos de manera   increíble", dice Sarghini. 
     
   De apuro 
     
   Los cuatro coinciden en que el apuro de Mauricio Macri por   sugerir que peleará la presidencia responde al impacto de las   noticias sobre Lavagna. 
     
      Alvarez, siempre el más locuaz, se apura: "Macri   será la opción de la derecha y eso está bien. El oficialismo   tendrá seguramente al Presidente. Nosotros nos propusimos   construir un espacio superador, que tenga como cabeza a un   peronista". Se pisan otra vez. Sarghini dice: "Será una propuesta   de centro, moderada y progresista, como dice Roberto" 
 
     
   ¿Hay un Lavagna distinto en los últimos días? "Seguro. Sin dudas   leyó la reacción que tienen sus palabras en la sociedad", añade   Sarghini. Con más o menos convicción, los cuatro dicen que se le   puede ganar a Kirchner en un ballottage, pero cortan el tema:   falta mucho tiempo. 
     
   Camaño no quiere callarse tan rápido: "Lo que es seguro es que no   nos vamos a achicar. Le vamos a responder todo al Gobierno. El   año pasado nos entretuvieron con un acuerdo en el peronismo y   después nos sorprendieron con la ruptura". Se sonríe: "Esta vez   los sorprendimos nosotros." 
     
   Una última pregunta: ¿de verdad no está Duhalde detrás del plan?   Esta vez se lo toman mejor. Responde Alvarez: "Los barones del   duhaldismo están con Kirchner. El Gobierno puso el Jordán y   purificó a los que cruzaron. Incluso a muchos menemistas: falta   que pongan el Barón B con pizza y listo".