| Juan Jose Alvarez hablo mas de si mismo que de Cromañon
 - Publicado a las 08:40 PM el 25/4/2013 por Juaj Jose Alvarez 
    Tanto la fiscalía como la   defensa del juicio político contra Aníbal Ibarra   esperaban más de la declaración del ahora diputado nacional   Juan José   Alvarez. Sin embargo, las dos partes quedaron   conformes con los testimonios del ex funcionario, a quien convocó   Aníbal Ibarra una semana después del trágico   accidente en el local República de Cromañón, tras la renuncia de   Juan Carlos López. Se esperaba que la   declaración del bonaerense actuara como bisagra en el proceso,   pero Alvarez habló más de sí mismo y sus   competencias que de Cromañón. Los ibarristas quizá   pretendían que el ex secretario aseverara que todo funcionaba   perfectamente al momento de su arribo y, en cambio, la oposición,   que todo era un caos.     En realidad, Alvarez se animó a defender más a   Ibarra, pero ya fuera del recinto donde se   llevan las audiencias, es decir, ante los medios. Por eso para la   oposición su testimonio perjudicó a Ibarra   porque «con las normas que ya existían pudo clausurar   locales». Para la defensa, habló bien del suspendido   jefe de Gobierno «porque dijo que lo acompañó en todo sin   restricciones».
    Alvarez, con largas respuestas que fundamentalmente versaron   sobre su manera de gestionar, aseguró que se presentó ante la   Sala Juzgadora (podía declarar por escrito) sin intenciones de   «inculpar ni exculpar a nadie», sino de explicar   los pasos para «recuperar la capacidad de fiscalización» en un   escenario de «crisis» en la Ciudad, luego de Cromañón.
    «Llegué a la Secretaría de Seguridad, a un lugar con una   enorme crisis», dijo el ex funcionario y aclaró: «Vine   a un gobierno con el cual no tenía ninguna relación   política, ni partidaria, de ningún tipo. Ni siquiera soy vecino   de la Ciudad».
    • Poder de clausurar
    Una de las cuestiones importantes que destacaron los fiscales es   que Juanjo   Alvarez demostró que «los inspectores tenían poder   de policía para clausurar con las normas en vigencia», pero que   no se aplicaron.
 
 «Con la normativa vigente al 7 de enero de 2005 -ocho   días después de la tragedia- se hicieron quinientas clausuras. El   poder de policía no se interpretaba, se aplicaba»,   afirmó Alvarez -quien condujo el área de Seguridad durante cuatro   meses-, lo que fue interpretado como que la gestión anterior era   deficiente, teniendo en cuenta que el local República de Cromañón   carecía de la habilitación por medidas de seguridad contra   incendios que otorgan los Bomberos de la Policía Federal.
    Antes de Alvarez declaró su sucesor en el cargo,   el actual secretario de Seguridad, Diego Gorgal,   y también afirmó que la falencia de certificación o el   vencimiento del certificado de Bomberos era una causal de   clausura. Eso resultó para la fiscalía casi la evidencia que   estaban buscando para adjudicar a Ibarra mal   desempeño, aunque inspectores que declararon en audiencias   anteriores aseguraron que la normativa no les permitía clausurar,   sino intimar.
    Les preguntaron si los inspectores pueden consultar por handy, en   medio de un operativo, si clausuran o no, como habían narrado   otros testigos: «A un inspector no se le puede dar una   potestad a medias. No hay limitación para eso», dijo   Alvarez -«No». y Gorgal fue rotundo: Para la defensa de   Ibarra, que el área funcionara con   irregularidades no implica que el jefe de Gobierno sea acusado de   mal desempeño. En cambio, para los acusadores es   suficiente.
    Por otra parte, Gorgal reveló que separó   momentáneamente de su cargo a Paula Trunso, la   funcionaria que supuestamente organizó una reunión entre   Ibarra y un inspector que debía declarar como   testigo en la Sala Juzgadora. Eso cayó mal en la defensa, que   viene desestimando el episodio.
 
   Además, afirmó que hay 70 mil establecimientos     críticos y que durante 2005 hubo 10 denuncias por     corrupción y que los inspectores sospechados fueron separados     preventivamente del cargo.
 
 Después de los funcionarios llegaron a la sala otros testigos,     entre ellos el que condujo la troupe de inspectores que Ibarra     desalojó acusándolos de « focazo de     corrupción», en 2003. Alejandro     Kampelmacher respondió sobre una inspección al     Reventón (luego convertido en República de Cromañón), que     supuestamente debía haber sido clausurado, pero no lo fue. Sin     embargo, esa respuesta favoreció a Ibarra ya     que a todo ese plantel lo desplazó sospechándolo de     corrupción.
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