Estuvo en las entrañas del   duhaldismo y ahora armó la agrupación “El General” para enfrentar   al oficialismo dentro del PJ. Juan José   Alvarez explica las razones de la ruptura del bloque   del Justicialismo y de esta extraña confluencia de “no alineados”   ex duhaldistas, menemistas y seguidores de Adolfo Rodríguez Saá y   Ramón Puerta.  
     
   Por Fernando Amato
     En enero, Juan     José Alvarez, Jorge Sarghini, Francisco de Narváez     y Eduardo Camaño se juntaron en el restaurante El General para     formar una alternativa parlamentaria al oficialismo. Con el     apoyo de ex menemistas, la semana pasada los miembros del grupo     “El General” rompieron el Bloque Peronista Federal y sumaron     sectores justicialistas de otras provincias, como la gente de     los ex presidentes Adolfo Rodríguez Saá y Ramón Puerta, para     formar el Bloque Justicialista Nacional, que piensa dar batalla     por la conducción del justicialismo.    
         
     ¿Cómo se produjo la     ruptura con el Bloque Peronista Federal que comandaba José     María Díaz Bancalari?   
         
     Es que más allá de la buena     voluntad de muchos, no era una relación fácil y la ruptura era     inevitable. Nosotros ahora formamos el Bloque Justicialista     Nacional, donde todos somos de origen justicialista. A último     momento, al grupo “El General” se sumaron los compañeros de San     Luis y tenemos un bloque de 20 diputados.   
         
     ¿Cuál es el rol que los     legisladores del grupo “El General” pretenden sostener frente     al gobierno nacional?   
         
     Nosotros no sentimos que     tenemos que ser opositores y punto. Hay partidos que son una     clara oposición al gobierno, como los de Macri o Carrió, que se     ofrecieron a la ciudadanía como una oposición al gobierno y ese     no es nuestro caso.   
         
 
   Para nosotros, el Partido   Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, el punto es   intentar acompañar a aquello que creemos que está bien y tratar   de discutir sobre lo que creemos que está mal. No vamos a decir   que todo lo que viene del Gobierno está mal, pero queremos   discusión. De hecho, muchas de nuestras votaciones fueron   acompañando proyectos del Ejecutivo, porque realmente creímos que   teníamos que acompañarlo, Pero, por ejemplo, en el caso del   Consejo de la Magistratura, la mayoría de nosotros no estaba de   acuerdo. Pero también pasó que con la postergación de las   ejecuciones hipotecarias parecía una chicana en contra del   gobierno y el oficialismo terminó tomando como propio el   proyecto, igual que con el tema de los mínimos no imponibles en   Ganancias. Creemos que en la discusión política podeos   enriquecer. Por eso es que no nos queda cómodo el traje de   opositores. Nosotros no contrastamos con todas las políticas   oficiales.  
 
     Pero obviamente tampoco     son oficialistas.   
   
   No nos sentimos cómodos   levantando la mano a cualquier cosa que venga del oficialismo,   Creo que el del Consejo de la Magistratura es un buen ejemplo;   nosotros creíamos en la necesidad de hacer la reforma y que el   Consejo, así como estaba formado, no servía. Ahora si yo digo eso   y punto, es la posición del oficialismo,. Y es cierto, en eso   coincidíamos fuertemente con el oficialismo. Nosotros le decíamos   que en la reforma que ellos traían había una parte que era buena,   otra peor, otra la podíamos discutir, otra parte era mala y otra   parte faltaba. Y esa fue la discusión que se impidió y fue lo que   trajo las diferencias. Hay partidos de la oposición que dicen   directamente: “esto es malo”. El oficialismo dice: “la reforma   está toda bien”. Y estábamos de acuerdo con la idea de la   reforma, pero no con esa reforma. Nosotros, como legisladores,   queremos ser coherentes con lo que dijimos en la campaña. 
     
   Esta puede ser una posición   legislativa entendible, pero para construir política hace falta   dar otro paso. Ustedes no le pueden pedir a la sociedad que se   sume a un bloque legislativo. 
     
   Es cierto, nuestra idea es   comenzar con el armado de una agrupación o de un agrupamiento que   permita a quienes no forman parte del ámbito legislativo sumarse   a nuestras ideas, siempre dentro del Partido Justicialista. Una   cosa será el bloque que compartimos con los compañeros puntanos   dentro del Congreso y con los que tendremos puntos de acuerdo   fuera de lo legislativo, como la normalización de la conducción   del Partido Justicialista, y la otra es la “Agrupación El   General”, con la que intentaremos ser una opción en el PJ, más   allá de lo que haga Rodríguez Saá. 
     
   ¿Es cierto que estudian un   ofrecimiento para acercarse a Mauricio Macri? 
     
   En diciembre del año pasado se   debatió si nosotros como no éramos oficialismo podríamos ser la   pata peronista de algún armado de centroderecha como el de Macri,   y todo el tiempo pedimos que entiendan que si no nos gusta que el   Partido Justicialista sea un apéndice del Frente para la   Victoria, mucho menos podemos cometer el mismo error y ser algo   marginal de un armado no peronista. Nosotros somos un bloque   dentro del PJ y Macri tiene su propio bloque. Tuvimos una reunión   con él, pero como tenemos con todos. 
     
   ¿Podría darse una alianza   con Macri en el futuro? 
     
   Nuestro desarrollo tiene que   tener bien en claro la intención de ser una expresión, lo más   importante posible, dentro del justicialismo. Y cualquier   política de alianzas que hagamos tiene que tener al justicialismo   como protagonista y no como invitado. 
     
   ¿Y ahora se sumó el   menemismo? 
     
   Decir que el menemismo está con   nosotros es tan cierto como decir que muchos menemistas están con   Kirchner. Yo no creo que sea más menemista Alejandra Oviedo que   Lili Maza, y lo digo por respeto a los dos. Nosotros no somos el   menemismo más el duhaldismo. Yo no creo ser más duhaldista que   Pampuro, que ahora está con el presidente, o que Alejandro   Granados. No lo digo despectivamente. Evidentemente hubo un   pasado y en ese pasado unos y otros militábamos en distintos   lados, pero eso pasa en distintos agrupamientos. Yo no voy a   permitir que se validen políticas del pasado a las que yo me   enfrenté. Para estar juntos tenemos que mirar el presente con   vistas al futuro. Estamos con la mirada hacia delante y no con la   mirada hacia atrás, pues sería imposible. Pero que todo se mire   igual, porque si no parece que del lado del Gobierno está lo   supermoderno que mira hacia delante, y del otro lado un grupo de   viudas muy dolidas que miran hacia atrás. 
     
   Esta situación de que haya   duhaldistas en todos los bandos, ¿no es culpa de Eduardo   Duhalde? 
     
   Sí, creo que es el   responsable. 
     
   ¿Sería como una especie de   Chacho Alvarez que se fue y dejó a su tropa   desperdigada? 
     
   No, no es lo mismo a nivel   institucional. Tal vez sí a nivel interno partidario, y ahí   algunos optaron por un lugar o por otro; y algunos lo habrán   hecho por convicción, otros por oportunismo. La sociedad juzgará   nuestra actitud. 
     
   ¿Habló esto con   Duhalde? 
     
   La verdad que no. Porque tampoco   quiero ponerlo en la situación de que no me diga nada o que sea   solamente chamuyo. Como creo que realmente no se va a sentar y   decirme a mí cuáles fueron los verdaderos motivos de su decisión,   le evité y me evité esa circunstancia. Nosotros somos todos   muchachos grandes, y tenemos que asumir nuestras   responsabilidades y ver si somos capaces de construir y ser   coherentes con lo que pensamos. Pero Duhalde en esto no tiene   nada que ver. El duhaldismo es una etapa absolutamente superada y   terminada en la política argentina. Creo que una vez superada la   inmediatez habrá que hacer un balance y creo que el Duhalde del   2002 y 2003 va a ser reivindicado. 
     
   ¿Chiche Duhalde pertenece a   “El General”? 
     
   No. Ella no estuvo en el armado   original. Me arece que primero el grupo tiene que tener armada   una identidad y no ser una mera suma de dirigentes donde algunos,   por personalidad o peso específico como Chiche, le hubieran dado   su impronta inmediatamente. Primero el grupo se tiene que   conformar y después veremos. Si ella quiere formar parte de este   grupo será bienvenida, y si no será su decisión. 
     
   Igual imagino que lo debe   seguir de cerca porque es el grupo más afín a ella. 
     
   Sí, pero tengo muy poca relación   con ella. Hace tres meses que no me siento en una mesa con   ella. 
     
   ¿Cuál cree que será su   futuro político? 
     
   En los últimos años me la pasé   arriba de un patrullero. No me quejo pero tuve que ocuparme de   temas relacionados con la seguridad en la provincia varias veces,   y después en la ciudad de Buenos Aires con la desgracia de   Cromañón, o el 1º de mayo de 2003 que me llamaron de Santa Fe por   el tema de las inundaciones. Todos temas coyunturales. Ahora me   estoy ocupando de cosas de mediano plazo o más estructurales,   como la calidad institucional o el problema del agua. Con   respecto al tema cargos, lo importante es que crezca este nuevo   agrupamiento. Pero la lo fundamental para mí es que estoy donde   mis convicciones me dicen que debo estar. No creo que la política   sea siempre tener cargos de primer orden; creo que también es   bueno que quienes creen en algo sean consecuentes con   ello. 
     
   ¿Qué piensa de sus ex   compañeros como Alfredo Atanasof o Carlos Ruckauf, que ahora   apoyan al kirchnerismo? 
     
   Supongo que algunos de mis ex compañeros   habrán ido por convicción y estarán convencidos de lo equivocados   que estaban hasta hace cuatro meses; otros creen que les conviene   y otros lo habrán hecho por mero oportunismo. Yo no los juzgo. A   algunos los entiendo, a otros los entiendo menos y a otros me   parece que les primó el oportunismo. Yo me afeito todos los días   y me miro todos los días al espejo; otros no sé cómo lo   hacen.