La pasión de nuestra gente se ha fortalecido en las malas y   continúa creciendo. Ella, debe representar la plataforma ideal de   despegue rumbo al “volver a ser” pero de ninguna manera   convertirse en el único estandarte de orgullo. River es eso,   claro, pero es mucho más. Y quienes hemos vivido los años de   gloria sabemos de qué se trata, así como también nuestros padres   y abuelos supieron lo mismo. 
Dijo además Matías   Patanian: Si todos los que formamos parte de   este sentimiento no entendemos que River no es esto que nos toca   vivir sino aquello que mamamos desde que nacimos y nos hizo ser   diferentes al resto.
   Nuestro amado club se basó históricamente en dos pilares que   fueron la nave insignia de su enorme grandeza : EXIGENCIA y   EXCELENCIA (la doble E). La izquierda del mediocampo sufre un   Rojas al que la adaptación a la camiseta más grande parece   haberle costado más de la cuenta y directamente River no tiene   plan B en ese sector. 
   Y poror último la generación… tantas veces reclamada, tantas   veces necesitada y aún sin solución a la vista. Lanzini y   Cazares, de 19 y 20 años respectivamente, son dos opciones que no   han gozado de continuidad y sin ella todo se hace más difícil,   enfatizo Matías Patanian. 
   La consecuencia es un equipo con pocos triunfos. Un equipo que no   gana los partidos ganables , al que le empatan los partidos   ganados y que pierde los partidos empatables. 
   Al mismo tiempo se sigue hablando de objetivos tristes y   mediocres como “25 puntos” y el camino a la exigencia se extingue   de inmediato.