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Enigmas develados

Cristina Kirchner, Jorge Bergolio y el Papa Francisco5/6/2014

Cristina Kirchner, Jorge Bergoglio y la Iglesia Católica

LOS PUNTOS SOBRE LAS ÍES
por Horacio Velmont

grupo.obnosis @ gmail.com

“Nuestra lucha no es contra la carne ni contra la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del mal que están en las alturas” (San Pablo, ef.:6,12)..
Para comprender lo que sucede en el planeta hay que conocer ciertas cosas básicas, comenzando por quiénes son los amos del mundo, que no son los líderes que presiden o están a cargo de los países –ellos son meros títeres–, ni tampoco el llamado “gobierno de las sombras” del que tanto se habla.
Los verdaderos amos del mundo son seres no humanos, tanto terrestres como extraterrestres.
Si usted pega un salto al leer esto pensando que me he vuelto loco y deliro, es porque lisa y llanamente está en pañales respecto a lo que ocurre.
Y voy a revelarle algo para que usted mismo pruebe si tiene la mente abierta como para seguir leyendo, diciéndole, con toda crueldad pero también con toda verdad, que la raza humana es alimento de otros seres, que no son humanos, de la misma forma que los animales son también nuestro alimento. La raza humana, pues, forma parte de la cadena alimenticia.
¿Sigue leyendo? Pues entonces sí que usted tiene la mente abierta. ¡Enhorabuena! Y si sigue leyendo por curiosidad, bueno, también es un buen principio.
Todos hemos escuchado aquello de que “somos el alimento de los dioses”, pero en nuestra ignorancia hemos tomado esa frase como algo simbólico. No, no es una frase simbólica, sino que es algo que representa una trágica verdad, algo muy siniestro, porque resulta que esos dioses no son dioses, sino seres de carne y huesos, mandíbulas y dientes muy, pero muy, afilados. Y para sobrevivir tienen necesidad de la raza humana.

Piense en esto: miles de personas desaparecen diariamente del planeta sin que jamás se los vuelva a ver. Y la mitad de los que desaparecen son niños. ¿Se acuerda del famoso cuento conocido como “El flautista de Hamelín”. ¿Usted cree que es solo un cuento? ¿No habrá detrás una trágica historia? ¡Piénselo!
Desde tiempos inmemoriales conviven en nuestro planeta diversas razas que no son humanas, de las cuales algunas son terrestres y otras extraterrestres. Algunas de estas razas son benévolas y otras malévolas. Algunas de las razas malévolas directamente se alimentan de carne humana mientras que para otras su alimento no es nuestra carne sino nuestras emociones, sea de dolor, angustia, y todos los pesares que nos son tan conocidos.
¿Por qué cree que Yahvé o Jehová o como quiera llamarle ordenaba a ”su” pueblo provocar matanzas de otros pueblos inocentes o les enseñaba la forma de carnear a los animales?
Los famosos “dioses” de la Biblia eran precisamente ellos. ¿Por qué “dioses”? Porque para los humanos de aquella época, que todavía cazaban con arco y flecha, ellos eran como dioses. Pero no eran dioses en el sentido religioso, eso fue un invento posterior.
Ellos nos crearon a su imagen y semejanza, lo que significa que es un error atribuir dicha creación a los reptiles extraterrestres de Nibiru, ya que Jehová era originario de la Tierra hueca, una civilización de humanos primordiales inmortales. Pero esto es harina de otra costal.  
Todo esto lo han explicado magistralmente Salvador Freixedo, que perteneció a la orden de los jesuitas, casualmente la misma orden a la que pertenece Jorge Bergoglio, el actual papa Francisco, y David Icke. El primero con el libro “Defendámonos de los dioses” y el segundo con “El mayor secreto, el libro que cambiará el mundo”.
¿Pero entonces quiénes son los “dioses” con mandíbulas que utilizan nuestra carne como alimento? Pues son los llamados draconianos, que viven desde hace miles de años debajo de la superficie de nuestro planeta, en enormes ciudades ocultas.
Muchas personas que se adentraron en cuevas para explorar han desaparecido después de toparse sorpresivamente con estos seres. Ya uno se puede imaginar que no fueron invitados a comer por los draconiamos, sino que por el contrario fueron el plato principal. Y pido disculpas por ser tan sarcástico.
A estas alturas el lector que haya seguido leyendo hasta aquí se preguntará qué relación tienen estos hechos con la presidente –o presidenta, si se prefiere–, de los argentinos, Cristina Kirchner, el papa Francisco y la Iglesia Católica. Pues tiene que ver todo.
Cristina Kirchner, junto con su esposo Néstor Kirchner en su momento, han promovido más odio que ningún otro gobierno de la Argentina. Si alguien lo duda puede hacer la comprobación acudiendo a los diversos diarios y leer los comentarios de los lectores a los artículos en los que se alude de alguna manera a Néstor o a Cristina.
No se trata de la expresión de alguien enojado que escribe un comentario adverso. No, se trata de algo más profundo, de un odio visceral, a tal grado extremo que la única explicación es que alguien lo está promoviendo o influenciando desde las sombras.
Los seres humanos, en nuestra esencia, somos bondadosos, solidarios, comunicativos, dialoguistas, si se quiere. Nuestra maldad no es natural, sino provocada por quienes se aprovechan de las emociones negativas que esas manifestaciones de odios provocan.
¿Se da usted cuenta ahora de dónde proviene todo ese odio, o mejor dicho quiénes los provocan? ¿Usted cree que eso sucedía solo en la antigüedad con Yahvé? ¡Yahvé y sus secuaces siguen vivos alimentándose de ese odio, que no forma parte de nosotros.
El odio promovido por el gobierno contra Jorge Bergoglio también tuvo ese origen. Ahora, por razones meramente políticas, se transformó en amor. En amor público, por supuesto, no en el fondo, porque esos seres no humanos siguen provocándolo porque forman parte de su supervivencia.
Claro está que se trata de una supervivencia retrógrada, algo así como si nosotros para sobrevivir acudiéramos al canibalismo.
Pero no solo estos seres no humanos se alimentan de nuestras energías, sino también de las energías de los vegetales. ¿Quién cree usted que provoca los incendios forestales? ¿Acaso campistas descuidados? ¿Algun cristal que actuó como lupa y concentró los rayos solares provocando el fuego? ¡Vamos, a estas alturas usted no puede pensar en algo tan inverosímil! Trate de prenderle fuego a un bosque y no lo logrará ni utilizando un lanzallamas.
Hay muchos videos en Youtuve donde se ven Ovnis revoloteando sobre los incendios de bosques. Incluso en uno de ellos se ve como un Ovni destruye un bolsón de agua que llevaba un helicóptero para evitar que apague el fuego. ¿Acaso necesita más pruebas?
Volviendo, entonces, a Cristina y a Néstor, y por supuesto a todos los funcionarios que forman parte actual del gobierno argentino, su odio y desprecio a todos los que no piensen como ellos no es natural sino artificial y solo le están haciendo el juego, sin saberlo por supuesto, a esos seres no humanos a los que la emoción del odio los alimenta.
Es importante aclarar que la razón de que nuestras emociones les sirvan de alimento, es que esos seres no humanos no pertenecen al plano físico como nosotros, sino a la cuarta dimensión o densidad, y las emociones les sirven para tomar forma física en este plano y así poder utilizarlo.
Desde ya que están, como adelantamos, en retroceso evolutivo, pero esto es otra historia y no forma parte de esta nota.
Una cuestión interesante es la circuncisión impuesta por Yahvé a los israelitas. ¡Vaya si le resultó un manjar, tanto a él como a sus secuaces, el dolor que les provocó! ¿Quiénes creen que se alimentan en la actualidad del dolor de las circuncisiones, que no tiene nada que ver con la higiene ni tampoco con lo sagrado? ¿Ya va entendiendo cómo es la cosa?
El ahora papa Francisco es un buen hombre que por circunstancias que no vamos a abordar aquí pertenece a uno de los cultos más siniestros de nuestro planeta, siendo la pedofilia, aunque parezca increíble, uno de los males menores.
Las religiones, cualquiera sean, no son de la esencia de los seres humanos, sino que han sido promovidas por esos seres inhumanos con la finalidad de manipularnos.
Si la religión fuera una necesidad para llegar a Dios, entonces Jesús la hubiera impuesto. Sin embargo, él dijo claramente que no había venido a fundar ninguna religión, porque cada uno se salvaría según sus obras, es decir, siendo altruista, no necesitando para esa salvación de ningún intermediario.
Pero el astuto Pedro y sus discípulos, desoyendo las enseñanzas del Maestro, y “oyendo” las sugerencias de esos seres nefastos, inventaron la iglesia. Como Jesús sabía lo que iban a hacer, lo advirtió con sus conocidas palabras: “Vendrán lobos disfrazados de corderos que hablarán en mi nombre”. Y eso continúa hasta ahora.
La influencia de estos seres no humanos –reiteramos que decimos “seres no humanos” y no extraterrestres porque no todos son de fuera de nuestro planeta–, se extiende no solo a las altas esferas –por ejemplo promoviendo guerras, ¿quiénes creen que promueven las guerras?–, sino incluso a las rencillas domésticas. Cualquier emoción es alimento para estos seres y por eso las provocan continuamente.
Junto con la Iglesia Católica hay que poner a la Masonería, otra organización perversa cuya cúpula –no los ingenuos seguidores de esta secta– practica sacrificios humanos (especialmente niños) en beneficios de los “dioses”, de los cuales recibe, en retribución, muchos beneficios.
¿Recuerda a Jack el Destripador, del que tanto se ha hablado como un asesino serial? ¡Pues nada que ver! Jack el Destripador fue solamente una pantalla para cubrir sacrificios humanos en rituales masónicos, cuyo líder era el médico y cirujano William Gull. También estaba involucrado el príncipe Víctor Alberto, nieto de la reina Victoria. La policía londinense sabía quiénes estaban detrás de los asesinatos, pero no podía hacer nada porque la misma corona los protegía.
Es posible que algunos lectores que nos hayan seguido hasta aquí aún piensen que estas cosas pertenecen al reino de la fantasía, pero eso es porque no han armado bien el rompecabezas.

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