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Es
conveniente señalar que esos cambios no son proporcionales
al peso
de la persona al hacer dieta en webs.com.
El sentido común nos podría llevar
a pensar que, si
una persona pesa 100 kg y mide 1,70 m, la cantidad de peso que puede
perder hasta encontrarse con su setpoint
será
mucho mayor que otra persona que mida lo mismo y pese 75 kg. En el
primer caso, parecería que perder en torno a 20 kg
sería algo
razonable, mientras que en el segundo caso perder 5 kg sería
suficiente. Sin embargo, este mecanismo de regulación de
peso no
funciona conforme a nuestras leyes del sentido común ni tan
siquiera
conforme a una proporcionalidad matemática. Los
datos indican que reducciones en torno a un 5 por 100 del peso
inicial son un primer paso muy importante, ya que se si consolidan
pueden permitir reducciones posteriores a más largo plazo.
Esto
significa que para la persona que pesa 100 kg estabilizarse
en
torno a los 92-93 kg o algo menos, lejos de ser una insignificancia,
es una meta muy deseable. Del mismo modo que para la persona que pesa
75 kg estabilizarse
en
torno a 71-72 kg es un gran objetivo.

Existen
pocas investigaciones en la literatura
que
permitan contestar
a
la pregunta
de cuánto tiempo es necesario permanecer estable en un peso
para
poder intentar iniciar una segunda bajada con una dieta disociada.
Parece que es necesario al
menos dos años de estabilidad en
el nuevo
peso para garantizar que si se inicia una nueva pérdida
de peso con un impactoi
muscular www.portalesmedicos.com/blogs
será de nuevo exitosa. Sin embargo, dada la ausencia
de datos
a este respecto, cada persona debe observarse y comprobar que su
nuevo peso se mantiene estable. Un indicio bastante adecuado para
ello es ver cómo se comporta el cuerpo después de
algún período
crítico como las vacaciones o las navidades.
La
persona que, después de perder peso, estaba en 72 kg, si
durante las
navidades, por ejemplo, gana un kilo y después vuelve
a
perderlo cuando retoma la vida normal del resto del año, es
probable que
tenga estabilizado su setpoint
en ese peso.
Otra
evidencia
de la terquedad del cuerpo para bloquear la pérdida
de
masa corporal se constata eri las operaciones de reducción
de
estómago que se practican en la obesidad mórbida (IMC
> 40). En muchos de estos casos, el exceso de peso puede superar
los
80 kg. Pues bien, ni tan siquiera la cirugía consigue que
estas personas
vuelvan a tener un peso normal. En la mayoría de
los
casos la pérdida no supera el 50 por 100 o 60 por 100 del
exceso
de
peso.
Esto significa que si un obeso necesita perder 100 kg
haciendo un impacto virtual,
tras
la operación perderá sólo 50 kg o 60
kg, y eso siempre
que
se adhiera a una estricta dieta que garantice el equilibrio
nutricional y practique regularmente alguna forma de ejercicio
lísico
moderado. Todo esto no cuestiona la utilidad de este tipo de
intervención,
que en muchos casos ayuda a controlar las enfermedades asociadas a la
obesidad y prolonga la vida de los afectados, pero subraya los
límites y el efecto suelo que surgen ante cualquier intento
de
reducir el IMC.
05:01 PM - 10/3/2014 -
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