Florecer en San Isidro

 



En el corazón de la localidad. Con un balcón inmejorable a lo más cercano que tenemos a Notre Dame en la ciudad, Blosoom explora una experiencia de espacio con una gastronomía que acompaña. 

Una primera Capilla de ladrillos y techo de tejas, de exiguas proporciones, fue inaugurada el 27 de mayo de 1708 y fue la piedra basal de una de las mejores vistas de San Isidro. Hoy ocupa 1.300 metros cuadrados. La altura interior es de 19 m. y su torre alcanza los 68,65 m. Fueron arquitectos de este templo neogótico Jacques Dunant y Charles Paquin, suizo el primero y francés el segundo. Ambos habían estudiado en París. Paquin murió en Buenos Aires en enero de 1898 y Dunant terminó la obra solo. Pedro Biasca y sus hijos fueron los constructores. Un campanario de 6 piezas crea melodía para manzanas a la redonda. El estilo neogótico surgió a fines del siglo XVIII. La planta de este templo tiene forma de cruz latina en tres naves y un ábside circular. En la parte posterior está adosada la casa parroquial en el mismo estilo. Vale la pena circular con tranquilidad en torno a la Catedral y admirar los múltiples detalles que la convierten en una de las más bellas del país, recordando que la belleza es uno de los atributos del Creador y que vestigios de ella se pueden hallar en todas las cosas.
En esa recorrida emerge con presencia preponderante Blossom, una propuesta gastronómica que va por su cuarto local que  promete ser un “spot” obligado para hacer una pausa. Desayunos, almuerzos, brunch, meriendas, propuestas para el after office; todo se combina en una bella casona refaccionada de dos pisos con espacios al aire libre, terrazas que se escalonan para ir desde el espacio dulce al disfrute del tercer nivel, incluyendo un estacionamiento, tan valorado en la zona..
Mesas y sombrillas balconean a Catedral de San Isidro. El sitio está pensado con sobremesa. La escenografía baja los decibeles, conecta con la gastronomía y con el goce. La carta abarca un sinfín de propuestas a partir de ingredientes frescos. Los platos de la cocina ofrecen opciones para todos los gustos, necesidades y momentos. Es posible realizar un almuerzo al paso o bien una cena completa de la mano de platos abundantes y cuidadosamente pensados.
Las Onion Rings (aros de cebolla crocantes servidos con salsa BBQ Bourbon) se llevan todas mis miradas. Pero también hay Quesadilla Tex Mex (con guacamole, pollo asado, mozzarella, tomates asados y cebolla crispy); ensaladas completas, como la Panko Chicken (hojas verdes, supremitas de pollo rebozadas en panko, tomates asados, vegetales al horno de barro, cebolla crocante y vinagreta cítrica) o la de salmón a la plancha (con huevo soft, almendras tostadas, mix de verdes, pepinos dulces, cebolla crocante y tomates).
Las pastas caseras, las especialidades al horno de barro y la variedad de rostis (gran base de rosti de papa para soñar). Algunos sugeridos son los malfatti de verdura, ricota y mozzarella con salsa rosa, pesto genovés y gratén de parmesano y provolone; el costillar de novillo a la leña con papas rústicas, champignones al verdeo y ensalada fresca; la bondiola braseada con barbacoa casera al bourbon, vegetales asados y papas cuña; la rosti con vegetales al quebracho, queso blanco con ciboulette y escamas de parmesano; y la rosti con langostinos apanados en coco, cream-cheese con zest de limón y tomates dulces. Además, milanesas a la napolitana o de estilo tex-mex, fish & chips, carnes y pescados grillados y muchísimo más.
Para el paso, pero con sustancia, hay empanadas, pizzas hamburguesas, wraps y sándwiches complementan la fiesta de sabores y son ideales para compartir en encuentros informales. 
La joya final, antes de partir, unas cuantas horas luego de llegar, es la propuesta de pastelería 100% artesanal incluye una mini-cake de Red Velvet (capas de bizcocho rojo rellenas con butter-cream, crema de queso con chantillí y coulis de frutos rojos), flan al caramelo y panqueques caseros, barritas heladas… Hay tanta belleza en el espacio y en la resolución arquitectónica que hay que animarse a cometir con la cocia. Blosoom lo hace. Se parte pensando en dónde uno va experimentar y con qué la próxima vuelta.