La ensalada no es un lío

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

Mantener el consumo equilibrado de alimentos es una de las grandes preocupaciones en estos tiempos diferentes. Amigarnos con ciertas costumbres anteriores es una caricia a la incertidumbre. Sueño Verde ahora llega a casa con su gama de colores esperanza.

El consumo de platos semejantes a las actuales ensaladas data del Imperio Persa, allá por el año 600 AC. Sin embargo, la ensalada nació como un plato de extracción popular en la antigua Roma. Básicamente, consistía en comer distintas hortalizas que se aliñaban con agua y sal. Si bien en los primeros momentos solo era un consumo de las clases trabajadoras, acabó convirtiéndose en un plato para todos.
Los romanos fueron especialistas en los aliños. Crearon salsas específicas como las  saladas, el garum o el oximiel, una especie de salmuera en la que se zambullían las hortalizas. Con la caída de Roma, no se dejó de consumir este plato. A veces, por simple necesidad de subsistencia, otras, como especialidad gourmet. También hay que señalar que se ha consumido por prescripción facultativa. Aunque es un plato que se da mejor en verano, también se consumía en invierno si había hortalizas disponibles.
Durante la Edad Media, y ya en la Edad Moderna, en Occidente se siguió el mismo principio: las ensaladas como aperitivo. Posteriormente, se han paseado como guarnición del segundo plato en los menús de restaurante, como entrada para deslumbrar en pequeñas raciones, o como opción de fondo. Se convirtieron en una vía láctea de interminables combinaciones y un máster de ingenio en la combinación de todo lo que hay en la heladera.
Hoy casi no se concibe la presencia de las verduras (cocidas o crudas) en el corazón de la alimentación.

En el cajón de tu refri

Hace más de 20 años que Sueño Verde elige sus hortalizas y verduras con ojo de experto. Lo que le ha ganado la preferencia de los restaurantes y hoteles más importantes de Buenos Aires, porque llegan a las manos de los grandes chef con la variedad y la calidad que ellos prefieren. Es el resultado de una producción supervisada diariamente por los ingenieros agrónomos de la empresa, desde la simiente hasta el momento de cosecha, para luego ser seleccionada y acondicionada en su planta de empaque certificada por IRAM en buenas prácticas de manufactura sin interrumpir la cadena de frío, manteniendo así, intacta la frescura y el aroma de lo recién cortado.
Contar con distribución propia les permite llegar a todos los puntos del país en el menor tiempo, controlando de este modo toda la cadena de proceso hasta la puerta del cliente, maximizando la calidad. Una opción que en estos tiempos permitieron una reinvención sencilla para los tiempos de confinamiento. Con su delivery a domicilios particulares ahora llega a la puerta de casa, brindando seguridad alimentaria. En sus cajas (se puede elegir en tres presentaciones) se codean desde la clásica espinaca, la rúcula selvática, una variedad de mix de verdes, pencas de acelga como las de la abuela, vegetales baby (mini mini) y lo mejor de la temporada. En estos tiempos, muy de otoño ¡gírgolas! en todas las cajas, flores comestibles y albahaca morada en la versión gourmet.
Una empatía de mercado impecable para que hacerte una ensalada diferente cada día no represente ningún lío.