Ponerle paso a la historia

Los antecedentes no venían bien, sin embargo, de pronto, elegir una ruta distinta, cambiar el paisaje y crear hizo de Casbel Shoes un proyecto que, en medio de la pandemia, se empezó a convertir en éxito.

La documentación más antigua conocida alusiva al calzado tiene más de 15.000 años. Se trata de unas pinturas rupestres halladas en una primitiva cueva. De forma esquemática aparecen hombres con una especie de botines y una mujer que calza algo parecido a unas botas de piel.
El origen del calzado fueron las sandalias.  En el Antiguo Egipto se confeccionaban con paja trenzada o láminas de hoja de palmera. Eran de uso masculino del que estaban excluidas mujeres y esclavos. Su uso era ceremonial, ya que la tendencia a ir descalzo perduró durante muchos siglos.
En esos casos el faraón o cualquier alto dignatario caminaba seguido por un servidor que llevaba las zapatillas de su señor en una bandeja.
Las sandalias dejaron de ser artículo de lujo en Mesopotamia, cuna de la civilización sumeria, donde fue el calzado por antonomasia.

En la Antigua Grecia, Homero describe a los héroes calzando lujosas sandalias. Mientras tanto en la antigua Persiase imponía las persikai, calzado cómodo para mujeres y ancianos. Se conocía el borceguí o zapato de caza o calzado de viaje, así como las botas lazadas llamadas endromides.
Los ciudadanos del imperio romano llevaban sandalias en casa: las solae, o simples suelas de cuero unidas al pie mediante correas y sujetas con lazos y cintajos.
El calzado solía combinar con el atuendo, por ejemplo, con la toga se usaba el calceus o especie de borceguí, de empeine recortado en varias tiras de cuero que se anudaban sobre el tobillo, que suele encontrarse en la mayoría de las estatuas.
Los patricios calzaban el mulleus de cuero rojo, anudado a la pantorrilla, con su media luna decorativa sobre el cuello del pie. En el siglo III, las mujeres pudientes de la Antigua Roma lucían lujosos calzados en los que no faltaban las perlas y piedras preciosas.
De lo chato a lo más alto
Entre los siglos VII al X el calzado occidental se transformó. Son célebres por su elegancia los zapatos de Carlomagno. La Edad Media impuso nuevos derroteros. Triunfa el zapato en punta curva, moda sorprendente por lo poco práctico que resultaba, sobre todo cuando empezó a exagerarse.
Surgió el zapato de punta retorcida como distintivo de clase social: mientras más centímetros medía la punta, mayor prestigio social denotaba quien lo calzaba. Se llegó al absurdo, de modo que a menudo era imposible caminar con tales artefactos, pero en vez de renunciar a tan absurdo aditamento lo que se hizo fue sujetar la punta a la rodilla mediante una cadenita.
Una moda de origen español revolucionó el calzado a finales de la Edad Media: la de los chapines, moda que triunfó en Venecia y Florencia donde hicieron furor los zapatos de plataforma, de madera ligera forrados de tisú o cuero.
Otro ciclo revolucionario en la historia del calzado se inicia en 1600 con la resurrección del tacón.
Cuando la bota se convirtió en pieza palaciega se constató que el tacón daba prestancia a la figura, realzaba el porte y elevaba la estatura. El tacón desempeñó función psicológica a partir del siglo XVII, en que comenzó a hacer furor en Francia.
En la elegante Francia del XVIII, se puso de moda lo que se llamó la fine fleur de las damas de la Corte, moda consistente en caminar sobre zapatitos de estrechez increíble, con los que apenas se podía avanzar unos cuantos metros antes de dejarse caer sobre los suntuosos sillones.
Con la inspiración del diseño
Laura Castro tuvo un año complicado en el pasado. Y, como si fuera poco, a eso le llegó la pandemia. Su IFE y el de su hermano, más algo de ahorros de sueldos de trabajos anteriores que se discontinuaron producto de este tiempo fueron la semilla fértil que dieron vida a Casbel Shoes. Con la velocidad creativa de una catarata, su producción deslumbra por lo mucho que ha generado.
«Soy diseñadora -cuenta Laura-, decidí apostar y producir, se potenció la venta online y como profesional de dar cursos de venta, las cosas salieron muy bien». Montó su showroom con fuerza y dedicación. Creó sus propias piezas y rediseño otros modelos. Sus propuestas son a base de cuero o ecocuero, todo con tratamiento anti cuarteo, que evita que se marque. Las suelas, por lo común, son de PVC antideslizante.
A la guerra que se planteó para avanzar y que viene ganando fuerte, creó su Instagram comercial, a la par que se capacita en marketing digital. La buena vibra continúa, a tal punto que se viene el showroom mayorista.
La pisada en tu vida determina tu camino. La de Laura no sólo la ha convertido en una emprendedora de 42 años con pasión de adolescente, sino que le ha dado sentido al proyecto. A la historia no tan amable, su andar le cambió el rumbo. Le puso zapatos nuevos y ahora tiene decenas de diseños que podrán cambiarle el rumbo a los que se animen.