Tecnología de barrio

Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello

La cuarentena jaquea a los comercios más pequeños con dificultades inesperadas. Cuando la acción colectiva y la tecnología se unen, gana toda la cadena. Aquí un caso de éxito formidable.

Cuando se comparte se multiplica. Esa es una de las leyes antimatemáticas que la realidad de hoy nos enseña. En términos personales y de negocios. Encontrar el modo de apoyar a los comercios pequeños y cercanos, a aquellos que siempre hacen las cosas bien y que se esfuerzan por llevar a sus clientes calidad… y, a la par, reunir a consumidores serios con comercios responsables a través de las herramientas que la tecnología aporta es un combo excelente que nos va a quedar de costumbre luego de la cuarentena.
MandaleFruta es una plataforma de pedidos de productos frescos oline que conecta consumidores con locales que ofrecen el servicio de envío a domicilio y enrega en el local (pick-up). Btinda un espacio virtual donde se pueden encontrar todos los productos que actualmente se ofrecen en los locales con servicio de entrega en la zona del consumidor.
Para optar por esta acción se ingresa el domicilio y se elige el local de preferencia. El siguiente paso es elegir los productos que se necesitan que irán apareciendo en la solapa «mi pedido». Se puede seleccionar la forma de envío. MandaleFruta se encarga de transmitir el pedido al local para que tenga todo prepaado. De inmediato que se termina la requisitoria un mail llega con el detalle del pedido y los datos del vendedor para que todo llegue correctamente en el rango horario adecuado.
El pedido por la plataforma no tiene costo extra para el usuario. Dentro de ella se pueden encontrar verdulerías, almacenes, pescaderías, dieteticas, granjas y se seguirán sumando productos frescos. Existe grarantía de devolución y hasta cuatro horas antes del horario convenido de entraga se puede cancelar el pedido de forma telefónica.
Un dato que nos dejará este proceso es que la calidad está al alcance de la mano y los consumidores serán más exigentes ahora que aprendieron que las herramientas están allí para darles lo que esperan. Sólo es cuestión de que las empresas entiendan este nuevo idioma colaborativo de trabajo: juntos más que solos.