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Un aire a Ushuaia

 



Nada mejor que tomar perspectiva para aprovechar la belleza. Heliushuaia te pone en el aire del fin del mundo en una experiencia para no olvidar.

Los primeros testimonios históricos de Ushuaia coinciden con las incursiones de audaces navegantes europeos a partir del Siglo XIX. Los yámanas son sorprendidos por el Bergantín Beagle, surcando las aguas del Canal, al que posteriormente se daría el nombre de esa nave. Así se inician los primeros contactos con el hombre blanco. Luego de más de 6.000 años de vida en la zona, los habitantes más australes de la tierra comienzan a recibir expedicionarios europeos.
El 12 de Octubre de 1884 el Coronel Augusto Lasserre deja inaugurada la primera Sub-Prefectura en estos territorios.
Sin embargo Ushuaia no nació ni fue fundada en esa fecha, pero sí se marca en ese momento una bisagra para la localidad. En líneas generales, lo esencial no sufrió cambios. La Misión venía funcionando desde 1869 y habría de continuar por 22 años más, al amparo de las autoridades argentinas. Por otra parte, ya desde 1810 había antecedentes de la presencia argentina. No fue esta la primera Sub-Prefectura en Tierra del Fuego, ya que la expedición venía a establecer otra en San Juan de Salvamento. Tampoco fue el primer izamiento del pabellón, pues en Isla de los Estados ya flameaba desde Mayo. La importancia de la fundación de la Sub-Prefectura de la Ciudad de Ushuaia se debía a que era la última de la cadena de estas instituciones establecidas para afirmar la soberanía nacional en nuestras costas.
Este acto de fundación fue acompañado por la tripulación de la Cañonera Paraná, por Juan Lawrence, maestro de la Misión; Robert W. Whaits, misionero que compartía la tarea de enseñanza y un grupo de 330 indios, en donde se encontraba Jorge Okkoko, el más veterano, ya que había ido con los misioneros a las Malvinas en 1858. Okkoko fue el primer maestro de su idioma que tuvo Bridges, ahora maestro de los suyos. También lo era Jorge Lauaia, esposo de Hester, hija del célebre Jimmy Button (llevado por Fitz Roy a Inglaterra en 1830); Sisoi, el cantor de la Misión; Cushinjiz, novio del primer casamiento en Tierra del Fuego; Maracol, considerado capitalista por tener varios vacunos; Clemente Wiyellin, quien sería el último de los sobrevivientes después de la hecatombe social que arrasó con los suyos.
Sobrevolar Ushuaia es una invitación a sentirte, al menos por un rato, una de las gaviotas que se agitan en la costa de esta bahía tan austral. Abrochate el cinturón que el despegue en helicóptero te lleva hacia el oeste para apreciar el Canal Beagle desde una perspectiva única. Virando al este, florece la ciudad en todo su esplendor, enmarcada por la imponente cordillera de los Andes, el Glaciar Martial, el Monte Cinco Hermanos y el emblemático Monte Olivia. Una postal frente a tus ojos. Pero no todo es majestuosidad natural: durante el vuelo, podrás ver cómo la ciudad se inserta en este escenario único, divisando el casco céntrico con sus característicos edificios como el Presidio y el puerto local.
¿Alguna vez imaginaste contemplar la Cordillera de los Andes desde la cima? Cuando menos lo esperas, estarás aterrizando en el corazón de la Cordillera, para brindar con champagne en una montaña. Un paisaje único en el mundo, tan cerca que se siente al alcance de tu mano.
En esta experiencia sobrrecogedora, justo cuando la inmensidad comienza a quitarte el aliento, vas a divisar el Valle Carbajal, con su particular composición de turba formada a lo largo de miles de años. Albergado en un segundo cordón montañoso, como una gran joya natural, el espejo de agua: Laguna Esmeralda, debido a su extraordinario color, que se destaca principalmente durante el verano.
A lo largo del Valle, el recorrido continúa, con un paisaje único en el mundo: centros de actividades invernales entre los que se destaca el del Cerro Castor, el centro de esquí más austral del mundo. Unos minutos más tarde, atravesado el Valle del Río Encajonado, llega una parada para contemplar, en medio de esa quietud extremadamente fría, un entorno mágico desde el que se desprenden las más increíbles y australes imágenes. En este emocionante momento, un brindis con champagne antes de volver a despegar con destino a Ushuaia. Un brindis que es un choque de mundos entre la inmensidad conquistada por el vuelo y el paisaje de millones de años de dibujo del puño de los glaciares.