Una nueva polémica envuelve al exgobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, tras conocerse que durante su última gestión gastó $290 millones en la compra de un colectivo en condiciones deplorables.
La operación, que ocurrió horas antes de dejar el cargo, está siendo investigada por la Justicia provincial y presenta múltiples irregularidades. Según el fiscal Santiago Calderón Salomón, el monto pagado “está totalmente inflado” y no se corresponde con el valor real del vehículo.
Las pericias técnicas determinaron que el colectivo está "fundido", mezcla aceite con agua, tiene casi un millón de kilómetros recorridos y su valor de mercado actual ronda los 114 millones de pesos. Además, fue adquirido a una empresa que no se dedica a la venta de vehículos, lo que levanta aún más sospechas sobre la transparencia de la transacción.
La denuncia llegó a la Fiscalía de Estado luego de que un nuevo funcionario advirtiera la compra sospechosa. Calderón Salomón no descartó que los funcionarios salientes se hayan beneficiado económicamente con la diferencia entre el precio real y el pagado.
Un dato que agrava la situación es que el colectivo fue destinado a un club deportivo y si esta entidad cierra, el vehículo podría pasar a ser propiedad privada de los involucrados.
Este caso se suma a otros escándalos de corrupción denunciados en la provincia, alimentando el malestar ciudadano por el uso de fondos públicos.
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