El Gobierno nacional oficializó dos movimientos contundentes en su Gabinete, marcando el primer reordenamiento tras las elecciones del 26 de octubre. La renuncia de Patricia Bullrich en Seguridad abre paso a Alejandra Monteoliva, su segunda al mando y figura clave dentro de la denominada “Doctrina Bullrich”. Con un perfil igual de rígido, Monteoliva fue ministra de Seguridad de Córdoba durante la recordada rebelión policial y es considerada una operadora fundamental en la estrategia contra el narcoterrorismo y el crimen organizado.
Desde Casa Rosada destacaron que la nueva titular de Seguridad garantizará la continuidad de una política centrada en el orden, la ley y la presencia del Estado en las calles.
Presti y un hecho sin antecedentes desde el retorno democrático
El otro anuncio marca un quiebre histórico: el teniente general Juan Carlos Presti asumirá como ministro de Defensa y se convertirá en el primer militar en actividad en ocupar ese cargo desde la recuperación democrática en 1983. El Ejecutivo lo describe como un oficial con “intachable carrera”, y afirma que su nombramiento inaugura una tradición que esperan que la dirigencia política sostenga en adelante.
El comunicado presidencial subraya que esta decisión busca “dar por finalizada la demonización de nuestros oficiales, suboficiales y soldados”, en alusión directa a las consecuencias institucionales derivadas del terrorismo de Estado y al rol que las Fuerzas Armadas tuvieron durante la última dictadura.
Agradecimientos y una visión estratégica hacia adelante
Milei agradeció públicamente el trabajo de Bullrich y Luis Petri, quienes ahora pasarán a desempeñarse en el Congreso. En su mensaje, Presidencia sostuvo que la Argentina que se proyecta requiere Fuerzas de Seguridad y Fuerzas Armadas firmes, profesionales y despolitizadas, bajo la conducción de especialistas en cada área.
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