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El neerlandés ganó con autoridad y recortó puntos en la pelea por el campeonato, mientras Franco Colapinto terminó 17° tras un toque en la largada, daños en su Alpine y un auto "imposible de manejar".
En una noche electrizante en el GP de Las Vegas, Max Verstappen se quedó con un triunfo tan sólido como necesario para seguir vivo en la lucha por el título. Con 20 segundos de ventaja y dominio absoluto, el neerlandés no cedió la punta ni siquiera en su paso por boxes. Detrás, completaron el podio Lando Norris y George Russell, en una carrera marcada por maniobras al límite y decisiones estratégicas que definieron el resultado.
Con esta victoria, Verstappen le descontó puntos clave a Norris, actual líder del Mundial, que aún conserva una ventaja importante a tan solo dos fechas del cierre.
Para Franco Colapinto, la historia fue completamente distinta. Desde la largada, un toque del Williams de Alex Albon dañó el difusor trasero de su Alpine y condicionó su ritmo durante toda la carrera. Sin grip, con un auto “indócil” y obligado a defenderse constantemente, el piloto argentino quedó atrapado en el fondo y cruzó la meta en el puesto 17.
En diálogo con ESPN, Colapinto fue categórico: “Nada positivo. El auto era un desastre, no podía doblar ni acelerar. No sé si fueron los daños, pero fue una carrera mala. Muy mala”.
El caos del inicio dejó múltiples incidentes: choques entre Hadjar y Piastri, entre Alonso y Leclerc, el bloqueo de Albon que terminó impactando al Alpine del argentino y el error grosero de Bortoleto que eliminó a Stroll. En ese escenario, Colapinto pudo avanzar parcialmente, pero la falta de rendimiento lo devolvió al fondo del clasificador.
Al llegar al corralito de prensa, el argentino también mostró su fastidio por los fuegos artificiales que cubrieron la noche de Las Vegas: “No te escucho nada, boludo... ¿Sabés lo que valen los fuegos artificiales? La guita que se gastan en esa pelotudez”, lanzó con ironía.
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