08/08/2006 - Sao Paulo (EFE).- La nueva ola de violencia, que las autoridades atribuyen a la mafia de presos Primer Comando de la Capital (PCC), disminuyó en la madrugada de hoy en la ciudad de Sao Paulo y la mayoría de los ataques fueron perpetrados en municipios del interior del estado homónimo.
Tres individuos que atacaron oficinas públicas murieron en un tiroteo con policías en Cotia, municipio del extrarradio de Sao Paulo, y un cuarto fue abatido en circunstancias similares en la vecina ciudad de Diadema, según la policía.
De acuerdo con la policía, dos de los abatidos esta madrugada en Cotia eran los presos Celso Alves da Silva y Fabio Santana de Souza, que cumplían condena en régimen semi-abierto y debían presentarse anoche en la cárcel de Franco da Rocha para dormir tras las rejas.
Entre la noche del lunes y la madrugada de hoy al menos diez autobuses fueron incendiados en Sao Paulo y las ciudades de Cotia, Sorocaba, Embu Guacú e Itapecerica da Serra, pese a lo cual las autoridades señalaron que el transporte público en la mayor ciudad brasileña funciona hoy con normalidad.
Desde la madrugada del lunes, cuando el PCC comenzó una nueva ola de violencia en Sao Paulo se han registrado más de un centenar de ataques contra edificios públicos, bancos y comercios, y más de cincuenta autobuses han sido incendiados.
Los delincuentes también atacaron anoche un agencia bancaria y un puesto de gasolina en Cotia, mientras que en la vecina localidad de Ferraz de Vasconcelos dispararon contra un cuartel de la Policía Militar.
En Miguelópolis, 460 kilómetros al noroeste de Sao Paulo, desconocidos lanzaron una bomba incendiaria contra unas oficinas de la alcaldía y otra contra el local donde funciona la Iglesia Internacional de la Gracia de Dios, según la policía.
También se registraron ataques en Limeira, 154 kilómetros al noroeste de Sao Paulo, donde varios hombres dispararon contra las oficinas de un diario local y de la TV Jornal de Limeira, así como contra una comisaría de policía y la sede de la administración de impuestos, sin causar víctimas.
En Sumaré, a unos 120 kilómetros de Sao Paulo, delincuentes lanzaron esta madrugada una bomba incendiaria contra la sede del Consejo Municipal, pero los bomberos controlaron el fuego, y en Piracicaba, 160 kilómetros al noroeste de Sao Paulo, fue atacado a tiros un puesto de la Guardia Civil.
En Hortolandia, situada en la misma región, fueron tiroteadas una comisaría policial, un banco y la casa de un miembro de la Guardia Municipal, sin que se registraran víctimas.
Igualmente fue tiroteada una comisaría de policía en Sorocaba, 107 kilómetros al oeste de Sao Paulo, y en Araraquara, 240 kilómetros al noroeste, un hombre disparó contra la antigua sede de un tribunal, mientras que otro lanzó una bomba incendiaria contra una agencia bancaria.
La ola de violencia actual es la tercera atribuida al PCC en apenas tres meses, pues a mediados de mayo integrantes de la banda lanzaron una serie de ataques que dejaron 133 muertos, en represalia por el traslado de sus cabecillas a cárceles de máxima seguridad, y en julio pasado ocho personas murieron en una nueva ofensiva del crimen organizado. EFE
