14/08/2006 - Buenos Aires - La medida, establecida mediante un decreto firmado hace un año por el presidente argentino, Néstor Kirchner, comenzó a ser instrumentada por la Dirección Nacional de Migraciones en pasos fronterizos y puertos de todo el país.
La tasa cuesta 5 pesos (1,6 dólares) para las salidas por vía terrestre o fluvial y 30 pesos (9,7 dólares) para las marítimas, mientras que seguirá vigente la de 25 pesos (8 dólares) para vuelos internacionales.
Sólo quedarán exentos del tributo los menores de dos años, los habitantes de zonas fronterizas, quienes realicen navegación deportiva a vela y los turistas que se hospeden en ciudades limítrofes de Argentina y sus países vecinos.
Las autoridades extenderán una tarjeta de tránsito vecinal fronterizo, que habilita a circular sin pagar la tasa a quienes vivan hasta a 50 kilómetros de los 73 pasos internacionales hacia Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
El decreto establece que "cuando las particularidades de la zona y el flujo del tránsito en el paso fronterizo así lo justifiquen" se podrá incluir en la excepción a los habitantes de localidades situadas fuera de ese límite.
El Ministerio del Interior informó de que el dinero recaudado por este tributo "servirá para incorporar personal y tecnología al control fronterizo, que se ha duplicado en los últimos tres años", hasta llegar a los 40 millones de viajeros en el 2005.
El titular de la Dirección de Migraciones, Ricardo Rodríguez, calculó hoy que el Estado recaudará unos 10 millones de pesos (3,2 millones de dólares) anuales más por la extensión del pago de la tasa migratoria. EFE