27/08/2006 - Buenos Aires - El encuentro, que finalizó hoy en la ciudad argentina de Rosario, no contó con la asistencia de los dirigentes radicales que apoyan al presidente Néstor Kirchner, lo que permitió traslucir la fractura interna de la agrupación.
El documento final de la convención, de la que participaron más de 270 radicales, facultó al titular partidario, Roberto Iglesias, a iniciar el diálogo con otras fuerzas políticas para establecer "acuerdos programáticos".
Miembros del partido aspiran a acompañar la postulación a presidente del peronista Roberto Lavagna, quien dimitió en noviembre pasado como ministro de Economía y ahora mantiene un público enfrentamiento con el Gobierno.
La convención nacional, la máxima instancia de deliberación de la fuerza política fundada en 1891, dispuso además que los distritos del partido que no acaten las decisiones de este encuentro "no podrán representar a la UCR".
Los dirigentes acordaron que en esos casos solicitarán a la Justicia argentina la intervención de esos distritos, en una señal hacia los radicales que apoyan al Gobierno actual, entre los que se encuentran cinco de los seis gobernadores radicales, 183 alcaldes y un centenar de concejales.
De todas formas, durante el encuentro no se definieron candidaturas para los comicios del año próximo.
"Los que no acepten los alineamientos del partido no están en la UCR. Decimos basta a quienes se dicen radicales y van a la Casa Rosada a seguir directivas", sostuvo Iglesias al término de la convención.
"Basta a aquellos que están en un lado y otro confundiendo a la gente. Los que vayan atrás de otros procesos electorales, con propuestas extrañas, no están en el radicalismo, se acabó", insistió el titular de la fuerza política.
En tanto, el presidente de la convención, Adolfo Stubrin, indicó que el radicalismo iniciará contactos con Roberto Lavagna, el socialismo y el ARI, liderado por Elisa Carrió.
Para evaluar los diálogos establecidos con los posibles aliados, los dirigentes también acordaron realizar una nueva convención en 60 ó 90 días.
La reunión comenzó ayer, viernes, en Rosario, 300 kilómetros al norte de Buenos Aires, y contó con la presencia del ex presidente argentino Raúl Alfonsín (1983-1989).
Los grandes ausentes, que se ganaron el mote de "radicales K", pretenden que su partido les dé "libertad de acción" para decidir a qué candidato respaldar en los comicios generales de 2007.
Entre los "radicales K" destaca la figura del gobernador de la provincia de Mendoza, Julio Cobos, a quien muchos ven como un posible candidato para acompañar a Kirchner en una fórmula presidencial.
Los dirigentes radicales oficialistas apoyan la convocatoria propuesta este año por Kirchner para formar una "concertación" de partidos y organizaciones con miras a las elecciones.
La UCR, que sufrió dos grandes procesos de escisión en 1924 y 1956, vivió en los últimos comicios presidenciales, en abril del 2003, el peor revés electoral de su historia cuando su candidato, Leopoldo Moreau, quedó en el sexto puesto con sólo un 2,3 por ciento de los votos.
La derrota fue considerada una consecuencia del desprestigio en el que fue cayendo el partido tras las salidas anticipadas del gobierno de Alfonsín y de Fernando de la Rúa (1999-2001), esta última en medio de un estallido social que dejó una treintena de muertos. EFE