27/08/2006 - Buenos Aires - "Tiene que impulsarse (la concertación) para que este proyecto no se vuelva atrás y nos encontremos todos los que queremos que Argentina no se frustre y siga en este camino de progreso que está evidenciando", sostuvo Fernández en declaraciones a radio La Red.
El alto funcionario consideró que el Gobierno peronista de Néstor Kirchner se vincula con otras fuerzas políticas "más allá de las identidades partidarias", porque "hay políticos que son consecuentes con la gente y otros que ponen por encima sus intereses partidarios".
"Argentina está en un punto de inflexión y tiene una oportunidad maravillosa para corregir cosas que en el pasado causaron cosas malas", enfatizó.
De esta manera, Fernández se defendió de las críticas lanzadas este fin de semana por la convención de la Unión Cívica Radical (UCR) a los dirigentes de sus filas que apoyan a Kirchner con vistas a los comicios presidenciales del 2007.
"Los que no acepten los alineamientos del partido no están en la UCR. Decimos basta a quienes se dicen radicales y van a la Casa Rosada a seguir directivas", dijo el titular de la UCR, Roberto Iglesias, al término de la convención realizada el viernes y sábado en la ciudad de Rosario, 300 kilómetros al norte de Buenos Aires.
En el encuentro se dispuso además que los distritos del partido que no acaten las decisiones de esta reunión "no podrán representar a la UCR", por lo que en esos casos los dirigentes solicitarán a la Justicia argentina la intervención de esos distritos.
De todas formas, los radicales se abstuvieron durante el encuentro de quebrar formalmente los lazos con los denominados "radicales K", que apoyan la "concertación" y entre los que se encuentran cinco de los seis gobernadores radicales, 183 alcaldes y un centenar de concejales.
La convención nacional, la máxima instancia de deliberación de la fuerza política fundada en 1891, aprobó así un documento que ratificó su perfil opositor al acusar al presidente Kirchner de actuar "como si el voto popular le autorizara al ejercicio ilimitado de poder".
Pero más allá de las críticas lanzadas al Ejecutivo, el encuentro nacional abrió paso para la concreción de una alianza con el peronista Roberto Lavagna, quien dimitió en noviembre pasado como ministro de Economía y ahora mantiene un público enfrentamiento con el Gobierno.
En este sentido, el documento final de la convención, de la que participaron más de 270 radicales, facultó a Iglesias a iniciar el diálogo con otras fuerzas políticas para establecer "acuerdos programáticos".
Fuentes vinculadas al partido señalaron que la intención de la UCR es establecer una alianza para acompañar la postulación a presidente del peronista Roberto Lavagna y lograr que la fórmula se complete con un radical.
"Lavagna se instaló con fuerza porque es el que puede producir la polarización más clara con el Gobierno. Es el autor intelectual y el ejecutor del modelo económico de crecimiento que es el mayor capital político del oficialismo", consideró hoy el diputado radical Federico Storani, en declaraciones a la agencia estatal Télam.
Sin embargo, la UCR no es la única interesada en establecer un acuerdo con Lavagna, ya que algunas versiones afirman que dirigentes del partido de centroderecha PRO iniciaron contactos con colaboradores del ex ministro de Economía.
El objetivo de la oposición es hacerle frente a Kirchner, cuyos niveles de popularidad rondan el 60 por ciento, lo que aumenta las posibilidades de que el presidente argentino apueste a una reelección en los comicios del año próximo. EFE