25/09/2006 - Buenos Aires - Modificar la Carta Magna "es una idea que el presidente (Néstor Kirchner) siempre plantea", sostuvo el jefe del Gabinete, Alberto Fernández, quien aclaró que "no es una discusión para este mandato y es un debate en el que debe involucrarse toda la sociedad".
La última reforma constitucional, de 1994, redujo de seis a cuatro años cada periodo de gobierno e introdujo la posibilidad de un segundo mandato presidencial.
"La reforma de 1994 no sé si ha sido buena en ese punto", señaló el domingo Fernández, quien no descartó la posibilidad de "volver a un plazo presidencial más largo, que supondría revisar el caso de la reelección".
El diputado opositor Mauricio Macri, líder de la fuerza conservadora Propuesta Republicana, planteó suspicacias sobre la intención del Ejecutivo de generar un debate sobre un tema que "no es oportuno ni necesario".
"Este gobierno maneja bien el tema de correr los ejes de la discusión", indicó el también presidente del club de fútbol Boca Juniors en declaraciones a la emisora local Radio La Red.
Por su parte, el diputado socialista Hermes Binner consideró que en lugar de hablar de una reforma de la Constitución "hay que poner la energía en políticas activas para sacar de la pobreza a un tercio de la población del país".
En tanto, el constitucionalista Daniel Sabsay opinó que "hay un mensaje contradictorio porque por un lado se habla de un solo proceso sin reelección y por otro Kirchner apoya la reelección (de gobernadores) en las provincias y uno queda incrédulo y se pregunta qué se esconde detrás de esto".
El experto recordó que tanto Kirchner como la primera dama, Cristina Fernández, participaron como convencionales constituyentes en la reforma de 1994, que al año siguiente le permitió ser reelegido al entonces presidente del país, Carlos Menem (1989-1999).
"Creo que es un globo de ensayo que se ha lanzado, pero no le veo viabilidad. Se trata, más bien, de una alquimia electoral", manifestó a su vez el experto en derecho constitucional Eduardo Barcesat.
Además, estimó que "la Constitución no se debe manipular en función de expectativas personales y esto no es saludable". EFE