02/10/2006 - Brasilia - "Faltó un voto para ganar en el primer turno, pero no va a faltar para el segundo, apenas va a demorar un poco más la victoria", afirmó Lula en una inusual comparecencia ante la prensa, en el palacio de gobierno de Planalto, su primera tras las elecciones presidenciales del domingo.
Lula dijo que negociará alianzas con otros partidos para buscar los votos que necesita para la reelección y evitó una confrontación directa con la prensa.
"Hubo una votación significativa, obviamente a todos los candidatos les gustaría haber ganando en el primer turno, pero no siempre la sabiduría popular permite que eso ocurra", dijo.
Con casi el 100 por ciento de los votos escrutados, el presidente obtuvo 48,61, contra 41,64 de Alckmin, pero no logró la mayoría perceptiva de la mitad más uno de los sufragios válidos para imponerse en la primera vuelta.
"No tengo problema en ir a una segunda vuelta. Alencar (José, el vicepresidente y compañero de fórmula) y yo estamos dispuestos a salir a la calle", dijo Lula.
El mandatario aludió a un reciente escándalo de corrupción que salpicó a dirigentes de su Partido de los Trabajadores (PT) y arrastró en la caída hasta a su jefe de campaña, Ricardo Berzoini.
Según analistas políticos el caso le impidió coronar un triunfo que todas las encuestas daban por seguro hasta hace pocas semanas.
"No hay elección ganada. Aunque respete mucho las encuestas nunca las llevo al pie de la letra, son como una fotografía que depende de la hora, el día el momento en que es emitida", aseguró.
También defendió al PT en el caso de la compra fraudulenta de un falso dossier que incriminaba a Alckmin.
Condenar al PT, dijo, "equivale a condenar a toda una familia cuando uno de sus miembros comete un desatino". Pero no economizó críticas a sus compañeros de partido involucrados en ese caso.
"Quien acepta negociar con bandido se convierte en bandido. Por por eso pido a Dios que sea esclarecido todo lo que ocurrió. Es una cosa inexplicable", dijo el presidente.
Dijo confiar en autoridad en la Policía Federal para emprender investigaciones serias y contar a la población brasileña lo que ocurrió.
Sobre la campaña para la segunda vuelta, que según las autoridades electorales comenzará este jueves, dijo preferir esta fase porque permite "hacer un esfuerzo intelectual mayor, discutiendo y comparando cosas".
En sus cuatro años como presidente han sido raras las comparecencias de Lula ante la prensa y esta vez ha sido una de las pocas ocasiones en las que ha aceptado preguntas de los periodistas.
Pese a que miembros de su partido han culpado a la prensa de haberse ensañado contra el presidente, Lula no comulgó con esta afirmación.
"Todo el mundo se queja de la prensa, habitualmente. El hecho es que la prensa tienen papel importante en la conquista de la democracia", dijo al afirmar que no obstante las acusaciones deben ser probadas.
Sobre la tesis de que la campaña puede polarizarse con él como el candidato de los pobres y Alckmin como el de los ricos, Lula dijo que si el asunto fuese así de simple él habría ganado las elecciones ya.
"La sociedad y la cultura brasileña no acepta esa división", pero afirmó que su política social dará prioridad a los pobres de entre los 186 millones de brasileños. EFE