05/10/2006 - Buenos Aires - La policía no suministró cifras, pero cálculos de asistentes calcularon en miles de personas los participantes en ambas manifestaciones.
En la primera de las manifestaciones participaron representantes de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y de Argentinos por la Memoria Completa, agrupaciones que reúnen a militares retirados y familiares de víctimas de la guerrilla durante el gobierno de facto (1976-1983).
Bajo una fortísima custodia policial y convocados para conmemorar el "Día nacional de los muertos por el terrorismo subversivo", José María Sacheri, titular de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y uno de los oradores, reclamó una amnistía para los militares y policías que actuaron en la dictadura.
"En los años 70 se vivió una guerra interna. Que el Gobierno dicte una amnistía lo más amplia posible", señaló Sacheri antes de homenajear a "quienes dieron su vida por la patria".
"Y no estamos hablando sólo de militares -continuó-. Los que más hablan de derechos humanos son los que menos coraje tuvieron y lucran con el dolor y la sangre ajena".
En mayo pasado, en la Plaza San Martín, el mismo escenario de hoy, unas 3.000 personas rindieron homenaje a los militares y civiles asesinados por la guerrilla en los años setenta en un acto organizado por Argentinos por la Memoria Completa.
Aquel episodio, que el Gobierno consideró reivindicatorio del terrorismo de Estado, acabó con cinco oficiales expulsados del Ejército por haber asistido al acto con sus uniformes y sumarios para otros seis coroneles retirados.
El acto de hoy se celebró dos días después de que se conociera una carta del ex dictador Reynaldo Bignone, el último presidente de la dictadura, en la que instó a los jóvenes a terminar "la tarea" que su generación "no pudo" acabar, sin precisar de qué se trataba.
Bignone admitió este miércoles haber escrito la carta, tildada de "despreciable" por el Gobierno, pero aclaró que con ella no pretendió "alentar nada" sino "ponderar" la acción de los jóvenes que "luchan para que la memoria sea completa".
La tensión en la manifestación de hoy fue extrema porque a pocos metros de distancia se concentraron agrupaciones izquierdistas lideradas por Convergencia Socialista, un grupo trotskista que convocó a esta "contramarcha" para exigir la aparición de un albañil que en septiembre testificó contra un represor de la dictadura.
Jorge López, de 77 años, desapareció hace 18 días de su casa, situada cerca de la ciudad de La Plata, a unos 50 kilómetros al sur de Buenos Aires, después de declarar contra el ex policía Miguel Etchecolatz, que luego fue condenado a prisión perpetua por "genocidio".
El septuagenario se ha convertido por estos días en el hombre más buscado del país y se ha ofrecido una recompensa de unos 64.000 dólares a quien aporte datos certeros sobre su paradero.
Las autoridades no han descartado la posibilidad de que detrás de su desaparición "estén implicados policías", aunque también se maneja la hipótesis de que López, que padece mal de Parkinson, esté perdido a causa de una "crisis emocional".
Juan Carlos Beica, dirigente de Convergencia Socialista, dijo que la marcha perseguía el objetivo de "repudiar el acto de quienes defienden el genocidio" y denunciar que "entre ellos están los que secuestraron a López o sus instigadores".
También criticó la política de derechos humanos del Gobierno y el hecho de que "cientos de policías protejan a los genocidas" en la otra manifestación y "no los encierren en la cárcel".
Las marchas se llevaron a cabo en medio de un clima enrarecido por las amenazas que una treintena de jueces, fiscales y defensores de los derechos humanos recibieron en los últimos días para que no sigan investigando causas relacionadas con los crímenes de la dictadura, entre ellos los magistrados que condenaron a Etchecolatz.
Según datos oficiales, unas 18.000 personas desaparecieron durante el último gobierno militar, pero los organismos de derechos humanos elevan la cifra a 30.000. EFE