Los activistas regresan a Argentina tras la protesta contra la papelera en Uruguay


Ambientalistas argentinos cruzaban hoy lentamente el puente fronterizo San Martín desde lado uruguayo hacia su país, luego de protestar en calma contra una papelera, frente al terreno donde se encuentra instalada.


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02/09/2007 - Gualeguaychú (EFE).- Más de un millar de argentinos cruzaron desde la ciudad argentina de Gualeguaychú hacia la uruguaya de Fray Bentos para protestar contra la planta de celulosa que está a punto de poner en funcionamiento la empresa finlandesa Botnia, a orillas del fronterizo río Uruguay.

La manifestación de los activistas argentinos, a los que se unieron algunos uruguayos, transcurrió en calma e incluyó críticas contra los gobiernos de los presidentes de Uruguay, Tabaré Vázquez, y Argentina, Néstor Kirchner, a los que responsabilizaron de "lo que puede suceder" en cuanto a contaminación ambiental en la zona.

"Fue una manifestación pacífica, pese a las provocaciones" de las fuerzas de seguridad de Uruguay, encargadas de realizar los estrictos controles de migraciones a los ambientalistas que cruzaban, sostuvo Gustavo Rivollier, de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, que convocó la marcha.

Por su parte, Jorge Fritzler, uno de los coordinadores de la Asamblea, dijo a Efe que el grupo de argentinos volverá a Uruguay "cuantas veces sea necesario" hasta que Botnia "desista (de construir la planta) y se marche".

Según comprobó Efe, unos 200 vehículos argentinos lograron cruzar el fronterizo puente General San Martín -que los ambientalistas mantienen bloqueado desde noviembre pasado-, mientras otros tantos tuvieron que permanecer en Argentina.

Aunque el cruce de la frontera empezó a primera hora, los controles realizados por los aduaneros uruguayos ralentizaron enormemente el cruce de la frontera.

En los controles solo se permitía el paso de banderas, a las que sin embargo se despojaba de los mástiles, además de confiscar máscaras quirúrgicas y calcomanías con leyendas en contra de Botnia.

De esta manera, la protesta ecologista devolvió hoy, por un día, el trabajo a la treintena de agentes aduaneros y de Migraciones de la frontera entre Gualeguaychú y Fray Bentos, a casi diez meses de cierre.

"Y para colmo, un domingo", se lamentó a Efe con resignada sonrisa un agente de migraciones uruguayo rodeado por decenas de argentinos que enarbolaban sus documentos deseosos de pasar cuanto antes hacia Fray Bentos.

Las demoras en el cruce de un país a otro, provocadas por los trámites y controles, hicieron que los miembros de la Asamblea Ambientalista decidieran empezar formalmente el acto de protesta, con la lectura de un manifiesto, antes de que llegaran todos los activistas.

Ana María Costa, una de las coordinadoras de la Asamblea Ambiental, fue la encargada de leer la proclama, que pidió que "los piratas (en alusión a Botnia) se vayan a Finlandia".

Al millar de argentinos se sumaron algunos ecologistas uruguayos y, juntos, cantaron los himnos nacionales de ambos países antes de empezar la lectura del manifiesto.

"Repudiamos la actitud del gobierno uruguayo de Tabaré Vázquez que le dio permiso para que Botnia robe y contamine el río Uruguay", señaló Costa en su lectura.

Mientras, los sandwiches, perros de seguridad, policías a caballo, otros equinos pastando ajenos a la situación y una actriz ligera de ropas paseando entre el público se entremezclaban en el acto de esta multicolor protesta.

Las empanadas, refrescos y alguna que otra cerveza también fueron pasando de mano en mano, mientras la actriz uruguaya Mónica Farro, miss Playboy local, se paseaba por el lugar con un diminuto pantaloncillo y una ajustada camiseta con la leyenda "No a los gomones".

La uruguaya Delia Villalba, residente en Fray Bentos y opuesta a la construcción de la planta, también leyó una proclama, en la que exhortó al "respeto de la opinión de los pueblos y su calidad de vida".

Las autoridades argentinas, vecinos de Entre Ríos y ecologistas uruguayos se oponen a la planta con el argumento de que causará daños al medio ambiente de la zona, lo que niega el gobierno uruguayo y la empresa.

Argentina y Uruguay viven su peor conflicto en décadas a raíz de la construcción de la planta, que ha supuesto una inversión de 1.200 millones de dólares, la mayor en la historia del país vecino. EFE

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