07/04/2008 - Para ello acaba de fichar al entrenador Juan Manuel Llop, al que la empresa a cargo del club presentó a la plantilla en las últimas horas casi en secreto, para evitar que los hinchas más exaltados por la grave situación del equipo irrumpieran en el estadio y provocaran incidentes.
Llop, despedido por la directiva del Banfield hace dos semanas, disconformes con su tarea, se reunió con los jugadores de Racing y habló con ellos durante una hora y media. "Todos están con muchas ganas y alegría", dijo al finalizar el encuentro.
El equipo albiceleste de Avellaneda, que no ha logrado una sola victoria en ocho partidos y tiene otro suspendido ante Estudiantes a los 77 minutos con una desventaja de 1-2, está en la zona de Promoción y muy cerca de los dos últimos puestos que sentencian, en forma directa, al descenso de categoría.
A esta situación ha llegado por su pobre rendimiento en las tres últimas temporadas, lo que le ha puesto al borde del abismo por el bajo porcentaje de puntos obtenidos, ya que esa es la causa de los descensos en Argentina.
Comparte ese casillero con Colón de Santa Fe y debajo, en el cadalso, están Gimnasia de Jujuy y Olimpo, equipo éste que tiene más posibilidades de zafar porque ascendió en junio pasado, razón por la cual cada punto que obtenga tendrá doble valor.
El descenso por bajo promedio de puntos fue puesto en práctica hace más de dos décadas para beneficiar a los equipos más poderosos, a los 'grandes' como Boca Juniors, River Plate, Independiente, San Lorenzo y Racing. Un 'grande' puede ser colista un año, pero difícilmente repita tres malas temporadas.
Los primeros tres nunca descendieron y los dos últimos sí en la década de los años ochenta. San Lorenzo en 1981 (regresó a la división de honor al año siguiente) y Racing en 1983 (ascendió en 1985).
Y ahora a Racing, el primer equipo argentino en ganar la Copa Intercontinental (1967), cuna de campeones y de relevantes figuras del fútbol mundial en sus 105 años de historia, los números vuelven a ponerlo en una situación límite.
Cuatro derrotas, cuatro empates y un partido prácticamente perdido en el Clausura generan inquietud entre sus hinchas, la mayoría opositores a la empresa Blanquiceleste Sociedad Anónima, que tiene a su cargo desde 2001 la explotación del fútbol del club, tras su quiebra en 1999.
Los socios y simpatizantes, que se han manifestado numerosas veces en Buenos Aires en los últimos meses para que Blanquiceleste se vaya del club y se convoque a elecciones. También han reclamado al ex presidente argentino Néstor Kirchner, simpatizante del Racing, su intervención en el asunto.
La última marcha de hinchas reunió a unos 4.000 en las calles de Buenos Aires.
Informaciones publicadas en esta capital hace dos semanas indican que Kirchner tiene la intención de impulsar un proyecto privado para salvar a Racing, que contempla el desplazamiento de Fernando De Tomaso, presidente de Blanquiceleste.
Blanquiceleste, cuya gestión debería finalizar en 2010, tiene problemas económicos y financieros y una petición de quiebra por falta de pago de su contrato, presentada en la justicia por el entrenador Reinaldo Merlo, que dirigió al equipo que ganó la Liga en 2001 y también en 2006-2007.
Pero de momento lo que Racing necesita con mayor urgencia es vencer a Arsenal el próximo domingo. EFE