07/05/2008 - Con un 80 por ciento del mercado interno, la compañía es en realidad un conglomerado integrado por Aerolíneas Argentinas (destinos internacionales y locales), Austral (vuelos domésticos), Jetpaq (cargas), Aerohandling (servicios de rampa) y Aerolíneas Argentinas Cargo (comercialización de las bodegas para cargas internacionales).
Siempre en el eje de las relaciones entre Argentina y España, la empresa perteneció al Estado argentino desde su fundación, a finales de 1950, hasta su venta a Iberia, en 1990.
En 1996 su gestión fue cedida a la aerolínea estadounidense American Airlines, de donde pasó un año más tarde a la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) de España.
En medio de la crisis financiera de Aerolíneas por millonarias pérdidas acumuladas, la SEPI vendió la empresa el 2 de octubre de 2001 al Grupo Marsans y a Air Plus Comet, y se nombró al frente de la gestión al entonces presidente de esta última, Antonio Mata.
El empresario español logró llegar a un acuerdo con los acreedores de la empresa y alcanzó balances con ganancias entre 2002 y 2004, pero su fuerte carácter no cuajó con el de los vehementes líderes de los siete sindicatos que agrupan a los 8.500 trabajadores de Aerolíneas.
Mata sumó como enemigo acérrimo a Ricardo Cirielli, subsecretario de Transporte Aerocomercial durante el Gobierno de Néstor Kirchner (2003-2007) y líder del sindicato de los técnicos de Aerolíneas, agrupación que ha denunciado el supuesto "vaciamiento" de la empresa de parte de los españoles y una situación "al borde de un nuevo cese de pagos".
El enfrentamiento supuso, además de la congelación de las tarifas y multas por deficiencias en las operaciones, que durante varios años los balances de Aerolíneas no fueran aprobados por el Estado argentino, que desde la privatización había retenido un 1,59 por ciento de las acciones de la compañía.
Mata dejó la dirección de Aerolíneas Argentinas en julio de 2006, tras las críticas que hizo al Gobierno argentino y que le valieron un enfrentamiento con sus socios en Marsans, Gonzalo Pascual Arias y Gerardo Díaz Ferrán, el primero presidente de la aerolínea Spanair y el segundo titular de la CEOE, la principal patronal española.
En agosto de 2006, ambos empresarios le compraron su parte del 30 por ciento a Mata en Marsans, lo que marcó la salida de este de la línea aérea de bandera argentina y de Air Plus Comet, sociedad que controla Aerolíneas y sus filiales y en la que Pascual y Díaz Ferrán ya poseían el 70 por ciento.
La salida de Mata logró dar un breve respiro al conflicto sindical, que regresó con fuerza el año pasado, con sucesivas huelgas y otras medidas de fuerza que dejaron a miles de pasajeros varados en los aeropuertos.
En este contexto, el Gobierno argentino negoció con Pascual y Díaz Ferrán un aumento de la participación estatal desde el 1,59 al cinco por ciento, lo que fue aprobado en noviembre de 2006 con la posibilidad de extender la misma.
En noviembre pasado, finalmente el Estado argentino resolvió hacer uso de la opción que le habilita a aumentar hasta un 20 por ciento su participación accionarial, pero la discusión sobre el porcentaje y los montos de la ampliación aún no se ha iniciado.
En los últimos meses, han circulado varios rumores en la prensa local sobre las intenciones del Gobierno de sumar socios argentinos a Aerolíneas.
Finalmente hoy se hizo público que el elegido para sumarse a Aerolíneas es el empresario argentino-uruguayo Juan Carlos López Mena, fundador, dueño y presidente de la naviera Buquebús, quien ahora tendrá por delante las complicadas negociaciones para determinar cuánto cuesta la participación del 35 por ciento que Marsans está dispuesto a venderle. EFE