Sociedad | Salud
Cada minuto cuenta: Alertan sobre el aumento de ACV en bonaerenses y destacan la preparación hospitalaria
En la provincia de Buenos Aires, unas 12 mil personas por año sufren un ACV, y el tiempo de atención es clave para evitar secuelas graves. El ministro de Salud, Nicolás Kreplak, destacó la inversión en unidades especializadas y alertó sobre la importancia de reconocer los sÃntomas a tiempo.
Hace 10 horas.
El reciente fallecimiento de Alejandra “Locomotora” Oliveras tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) reavivó el debate sobre esta grave problemática de salud pública que, según datos oficiales, afecta a unas 120 mil personas al año en Argentina, de las cuales 12 mil son bonaerenses.
El ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Nicolás Kreplak, advirtió que “2 de cada 100 personas mayores de 40 años” tienen alguna secuela derivada de un ACV y subrayó la preparación hospitalaria del sistema público para atender estos eventos de urgencia.
“En 2020 realizamos una categorización hospitalaria y montamos unidades específicas para ACV en hospitales clave como el Eva Perón de San Martín, el Penna de Bahía Blanca y el San Martín de La Plata”, señaló el ministro. Además, mencionó la incorporación de profesionales en neurología, tomógrafos, medicación específica y equipos interdisciplinarios para atención especializada.
El mayor desafío, según los especialistas, es la demora en llegar al hospital. Para tratar un ACV isquémico —el más común—, se puede administrar un tratamiento trombolítico que rompe los coágulos, pero debe aplicarse dentro de las 4 horas y media desde el inicio de los síntomas.
¿Cómo detectar un ACV a tiempo?
La campaña de concientización impulsada por el ministerio —con la participación de Piñón Fijo— destaca síntomas clave:
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Dificultad para hablar o entender
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Pérdida de fuerza o sensibilidad en brazos, piernas o cara
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Sonrisa asimétrica
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Dolor de cabeza súbito e intenso
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Alteraciones visuales o de coordinación
Los ACV pueden ser isquémicos o hemorrágicos, según si la arteria se tapa o se rompe. En ambos casos, el tiempo de reacción es fundamental para minimizar las secuelas o salvar la vida del paciente.
Por último, desde el ministerio remarcan que la prevención sigue siendo el arma más poderosa, ya que los desencadenantes más frecuentes —hipertensión, tabaquismo, diabetes, alcoholismo— pueden ser evitados o controlados con hábitos saludables.