PolÃtica | Provincia de Buenos Aires
¿Crisis por falta de fondos o por falta de gestión? Municipios en alerta por el pago de sueldos
Mientras el Gobierno nacional impulsa un modelo de responsabilidad fiscal, varios municipios bonaerenses se enfrentan a serias dificultades para cumplir con el pago de salarios y aguinaldos. La Provincia admite el problema, pero muchos intendentes aún no ajustaron sus administraciones a las nuevas reglas del juego.
Hace 10 horas.
En medio de una política nacional que exige austeridad, equilibrio fiscal y eficiencia en la gestión pública, la provincia de Buenos Aires reconoció que numerosos municipios están en aprietos para afrontar el pago de salarios y medio aguinaldo. La advertencia llegó por parte del ministro de Gobierno bonaerense, Carlos Bianco, quien aseguró que “hay municipios que vienen pagando en cuotas y están muy preocupados por el pago del aguinaldo”.
Estas declaraciones coinciden con el pedido del gobernador Axel Kicillof a la Legislatura para endeudarse por el equivalente a U$S 1.045 millones, además de suspender deudas contraídas durante la pandemia. La pregunta que surge es si los municipios están atravesando una verdadera crisis de recursos o si, más bien, están pagando el precio de no haber adoptado una lógica de administración responsable y adaptada a los nuevos tiempos.
Mientras la coparticipación cayó en marzo a $911.000 millones, frente a los casi $1,1 billones de enero, muchos distritos siguen mostrando estructuras rígidas, gastos fijos abultados y poca autonomía financiera. Lejos de avanzar en la optimización de recursos, varios gobiernos locales no han ajustado sus gastos al nivel de sus ingresos, algo esencial en el nuevo paradigma de gestión pública.
El ministro de Hacienda, Pablo López, admitió que el contexto es complejo, pero sostuvo que el endeudamiento solicitado representa apenas un tercio del promedio de los años 2016 a 2019. A su vez, criticó el recorte de las transferencias nacionales y el retiro de la Nación de funciones que antes cubría.
Sin embargo, lo cierto es que varios intendentes ya comenzaron a aplicar medidas que el Gobierno nacional viene impulsando desde diciembre:
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En Saavedra, el vecinalista Matías Nebot anunció una reducción del 13% en los sueldos de funcionarios y concejales, y propuso algo similar para los empleados municipales.
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En Villa Gesell, el peronista Gustavo Barrera decretó el estado de emergencia administrativa para ganar margen de maniobra.
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En Guaminí, se congelaron sueldos políticos, se suspendieron subsidios y se limitaron las horas extra.
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En Coronel Rosales, el jefe comunal reconoció que el escenario es difícil y pidió austeridad para garantizar el pago del aguinaldo.
Estos casos muestran que algunos distritos comienzan, tardíamente, a entender que gastar más de lo que entra no es sostenible. El cambio de época exige a los municipios productividad, eficiencia y autonomía financiera, valores que marcarán la diferencia entre la crisis y la estabilidad.
En este nuevo escenario, los municipios que se adapten, ajusten y optimicen sus recursos podrán seguir cumpliendo con sus obligaciones. Los que no, seguirán dependiendo de salvavidas provinciales o nacionales que ya no están garantizados.