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Hernán Castellano, el colonense que surca los cielos en helicóptero por la paz y la ciencia
El piloto de helicóptero de la Fuerza Aérea Argentina volvió a Colón tras cumplir dos destacadas misiones: una en la Antártida y otra bajo la bandera de la ONU en Chipre. En diálogo con Colón Media, compartió los desafÃos de su vocación, el valor de la preparación constante y cómo transita la distancia con sus afectos.
13-04-2025
“Sabemos cuándo nos vamos, pero no cuándo volvemos”, confiesa Hernán Castellano, piloto de helicóptero de la Fuerza Aérea Argentina, al recordar su reciente misión en la República de Chipre como parte del contingente de paz de la ONU. Tras seis intensos meses en la isla mediterránea, regresa a su ciudad natal, Colón, para disfrutar unos días de descanso junto a su familia y amigos.
La trayectoria de Castellano no es común. Su camino comenzó en la Escuela de Aviación Militar de Córdoba, donde se formó como oficial. Luego optó por la especialidad de aviación en helicópteros, capacitándose en Campo de Mayo y actualmente opera el Bell 212, una aeronave versátil y resistente que “vemos en muchas películas de Vietnam”, según describe.
Durante el verano pasado, participó de una de las tareas más extremas que afronta la Fuerza Aérea: la Campaña Antártica de Verano. “Allí somos un eslabón más de la cadena logística, transportamos personal, material y científicos entre bases y campamentos”, explicó, resaltando que las condiciones meteorológicas adversas son el principal riesgo: “El clima cambia de manera abrupta, lo que exige decisiones rápidas y precisas”.
En paralelo, su labor en Chipre, aunque en un contexto más calmo que en años anteriores, requiere el mismo grado de preparación y alerta. “Toda actividad aeronáutica tiene riesgos”, sostiene, y agrega que el entrenamiento constante es la base de la seguridad. De hecho, los pilotos como él deben realizar capacitaciones anuales, incluso en simuladores en Dallas, Texas, para mantener los estándares exigidos.
Más allá de la exigencia profesional, Hernán también compartió la dimensión humana de su trabajo. La distancia de los seres queridos es un aspecto difícil de sobrellevar, pero encuentra consuelo en los vínculos que se forman durante las misiones. “Estamos todos en la misma, lejos de casa. Así surgen amistades nuevas que ayudan a llevar el día a día”, señaló.
En la entrevista con Colón Media, Castellano también recordó a Marco Gattari, otro joven de Colón que se encuentra a punto de culminar su formación en la Fuerza Aérea. “Siempre que me preguntan, recomiendo esta carrera. La amo”, expresó con orgullo, reafirmando su compromiso con la vocación.