La Confusión Milenaria (Cuento)
George Smith caminaba con paso apurado por las ardientes arenas del desierto. Sus botas crujían con el roce de los finos granos y por su cabeza pasaban un sinnúmero de pensamientos y recuerdos.-
Hacía ya veinte largos años que recorría estos parajes buscando restos de la civilización egipcia y solo había rescatado algunas momias sin mayor importancia arqueológica, y encontrado unos pocos artefactos de oro de gente común.-
Pero, su discípulo y amigo egipcio Abdul, lo había llamado de urgencia desde el yacimiento diciéndole:
- ¡Profesor! ¡Venga rápido, creo que encontramos algo que usted esperaba desde hace tiempo!
- ¡Voy urgente para allá! –contestó él.-
Siempre soñó con encontrar la tumba de un faraón o al menos la
de algún sacerdote y tenía la corazonada de que esta vez se le presentaba alguna de esas posibilidades.-
Al llegar al lugar, su ayudante lo esperaba con una extraña sonrisa y le dijo:
- A que no sabe en donde está la entrada de la tumba que encontré.-
- No, no tengo idea –respondió Smith.-
- Ahí –señaló Abdul.-
- ¡No puede ser! ¡Pasamos por aquí cientos de veces! –gritó el profesor.-
- No solo nosotros, este es lugar de paso de casi todas las expediciones arqueológicas que vienen a Egipto –agregó Abdul.-
- ¡Y nadie nunca la vio! –dijo Smith.-
- Tampoco fue profanada, venga entremos a la bóveda y le mostraré.-
Entraron a la tumba por un pequeño hoyo en el suelo. Abdul ya había dispuesto un tubo fluorescente como iluminación. El asombro del profesor Smith no se hizo esperar:
- ¡Esto es increíble! ¡Está todo intacto!
- Así es y por la cantidad de objetos de oro que hay aquí, se presume que es de algún sacerdote de importancia –comentó Abdul.-
- Abramos el sarcófago –dijo el profesor.-
- Si, veamos en que estado está la momia.-
Lentamente y con mucho esfuerzo ambos científicos lograron levantar la tapa del ataúd.-
- ¡Mira que excelente estado! –gritó Smith.-
- ¡Jamás vi una tan bien conservada! –agregó Abdul.-
Pasaron horas mirando y estudiando el lugar y cada tanto hacían algún comentario de lo que iban encontrando, hasta que Abdul exclamó:
- Miré profesor, encontré estos papiros en este cofre de oro.-
- Y que bien conservados se encuentran, tampoco están enrollados –dijo el otro.-
- La tinta aún está firme y se puede leer perfectamente –comentó Abdul.-
- Si voy a intentar traducir algo. Mmm. Parece estar dirigida al faraón y dice :... No mejor la enviaré a El Cairo así no perderemos tiempo aquí, una traducción puede llevarme días.-
Sacaron fotografías papiro por papiro tratando de iluminar bien el lugar para que luego sea legible y se las enviaron a un especialista en jeroglíficos llamado Alexander Molotov que tenía su estudio en la capital egipcia.-
Al cabo de tres días llegó un paquete al campamento cuyo remitente pertenecía al citado traductor. En su interior se encontraba un informe textual sobre lo que decían los papiros y una carta personal que Smith dejó de lado para leer la traducción que decía:
“Mi señor: en mi último viaje, atravesé el mar tal como me lo ordenaste y tomé contacto con otros pueblos. Hablé con los griegos, especialmente con un funcionario llamado Solón y con un filósofo llamado Platón. Como me lo ordenaste, conté con grandes detalles sobre la Atlántida...”
- ¡Abdul! ¡Esta es la fuente de información de la que hablaba Platón en sus famosos diálogos de Timeo y Crítias donde le contaban de la isla perdida de la Atlántida! –exclamó el profesor Smith.-
- ¡Sí! ¡La conozco perfectamente! –respondió Abdul.-
- ¡No lo puedo creer! ¡Qué gran descubrimiento!
- ¡Siga leyendo, por favor! –insistió el ayudante.-
“Pero lamentablemente unos días después de cumplir tu orden, comencé a escuchar en los mercados griegos una historia diferente y creo que se trató de una cuestión idiomática. Los griegos mencionados entendieron al revez lo que les conté y la dieron a conocer como un hecho del pasado, y yo le juro, mi señor, que aclaré que se trataba de una predicción del Faraón de Egipto. Y ruego que me disculpes pero cuando quise darme cuenta, los griegos conocían dicha historia contada a su manera, he incluso este filósofo la incluyó como parte de su obra...”
Ambos arqueólogos quedaron inmóviles por la sorpresa, la incertidumbre, sobre todo la de que hacer con esta información, los invadió al unísono, se miraron y Smith dijo:
- Tantos años creyendo en la posibilidad de una isla que se hundió en el Atlántico con una civilización avanzadísima sobre ella y ahora resulta que aún no sucedió.-
- ¿Qué diremos ahora, profesor?-dijo Abdul.-
- Diremos la verdad, Abdul, presentaremos un trabajo en un congreso internacional y veremos que pasa, de todos modos estamos perfectamente documentados –dijo Smith.-
- Ahora queda la intriga de que, si es una predicción, algo que aún no ocurrió, y en el caso de que ocurriese, ¿cual será la verdadera Atlántida? ¿Estados Unidos?. No es una isla. Pero si lo es Nueva York.- –especulaba el ayudante.-
- No sé, pero siempre se habló de una gran civilización que se volvió soberbia y arrogante, o sea que coincide con todo el mundo actual, tal vez todos somos atlantes –contestó Smith.-
Observaron juntos el ocaso con las pirámides de fondo, parecía increíble lo que habían vivido en estos días de trabajo arqueológico. Si no hubieran encontrado nada, hubiese sido un día más, un fracaso más, pero no, un sacerdote egipcio que vivió algunos miles de años atrás quiso que sus vidas cambiaran para siempre.-
Pappo's Blues
Bueno, es el primer comentario sobre música que hago en mi blog, pero yo no soy músico, lo pretendí ser en la adolescencia cuando rascaba una guitarra y gritaba mis propias canciones. Pero esa es otra historia. Pero en esa época, entre otros exponentes del rock nacional, conocí el blues a travez de Pappo's Blues, y si bien me gustan casi todos los estilos musicales, el blues pasó a estar un escalon más arriba que el resto.
Hoy recordaba a pappo y ví un video por internet, y recordé que debe haber sido el único que cantó una canción (¿A donde está la libertad?) prohibida en la época de los militares casi en la cara y sin irse del país. Quizás fue porque no era tan popular en aquel entonces como lo eran otros artistas que si se tuvieron que ir para salvar sus vidas y las de su familia, pero en el caso de él no fue así. Pero, en fin, lo cierto es que el blues que nos regaló es muy bueno. Aunque un poco desprolijo, este comentario intenta ser una especie de homenaje a este guitarrista fantástico que un día allá lejos y hace tiempo logró que el blues entrara en mi para quedarse.
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