El Romancero Gitano

Glosa de la añoranza

Eres el mar de pasiones

que en estas playas tan solas

esparce sus recias olas

bajo un sol con nubarrones.

Eres caudal de ilusiones

que la piel sutil encubre,

mas, si la pena te cubre

con su frazada ominosa

desde tu alma bondadosa

el sollozo te descubre.

El ímpetu y la premura

forjaron cual artesano,

con el cincel de lo insano,

desconsuelo en tu alma pura.

Se ligaron en conjura

realidad y cuentos de hadas

y quedaron atrapadas

en ti, la niña y mujer

cuando te mostró el placer

sus sitibundas entradas.

No hay pininos ya. Es mujer.

Ha dejado de ser niña;

el tiempo un ojo le guiña

incitándola a correr.

Encontró un nuevo quehacer

anotado en su cuaderno:

el mandato sempiterno

con fidelidad por  nombre

porque eres sombra del hombre

y eres un péndulo alterno.

En carrusel van girando

los recuerdos de tu infancia

y te vas triste a la estancia

con mil cosas preguntando.

Surgen el “por qué” y el “cuándo”

como dos puntas de lanzas.

Y entre la fe que no alcanzas

y un amor falaz y exiguo 

te vuelven un cofre antiguo

de remotas añoranzas.

10Mar07; 01:04

Soneto para una niña que ha crecido

a Francis Fernández, que sigue (y seguirá) siendo una hermosa niña grande 

Te adueñaste de la palabra entrega,

y el sacrificio coronó en tus sienes

el laurel amargo de los desdenes

que cobrara tu amor en la refriega.

Recorriste el mundo cual fiel labriega

y en cada surco ansiaste hallar los bienes

que a tu amor compensara sin vaivenes

una entrega total: alfa y omega.

Amaneció, ya ves. Es otro día,

y el alba poquito a poco ha mostrado

en tu ventana el sol que Dios te ha enviado.

Y así, negando el mundo que has hallado

abriendo vas tus ojos en porfía…

… la niña ya es mujer; ha despertado.

La Candelaria- Caracas; 26/05/06; 23:29