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| Juanjo Alvarez, un tipo rápido que hoy saborea la revancha
 - Publicado a las 10:33 PM el 28/4/2013 por Juaj Jose Alvarez Será porque nació un 25 de Mayo,   porque lo trae en la sangre o porque lo aprendió en la vida,      Juanjo Alvarez tiene el aire del tipo que se siente   destinado para las grandes cosas.
 
 No será Gardel, pero está convencido de que a su lado puede   lucirse sin desentonar, como ya lo hizo en su época su tío   abuelo, Tito Lusiardo. A lo mejor heredó de él sus modos de   porteño rápido y un poquito sobrador. Pero esa confianza en sí   mismo es un insumo que siempre empuja mucho. Y más todavía en la   política, que es un campeonato abierto de egos sin límite.
 
 Este hombre, al que llamaron de urgencia entre los estruendos y   dolores de la tragedia, para hacerse cargo de la seguridad en la   Ciudad de Buenos Aires, nació hace 49 años en Hurlingham. Abogado   por la Universidad Católica, casado y con cinco hijos, es hincha   de River hasta más allá del fanatismo. Pero como lo cortés no   quita lo valiente, además es socio en la propiedad del pase de   Fernando Cavenaghi, joven goleador riverplatense y de la   Selección, que ahora anda juntando plata en el fútbol de   Rusia.
 
 Peronista desde siempre y duhaldista con pretensión de juego   propio en la interna, Alvarez llegó a intendente de su pueblo   hace una década. Y aunque el progreso social lo llevó a ser   vecino de Pilar, siempre conservó a buen resguardo su poder   territorial originario, allí donde asoma la Argentina   profunda.
 
 Desde aquella intendencia se proyectó a los planos altos de la   política. Primero se cargó a la espalda la Seguridad bonaerense   con Ruckauf como gobernador. Acompañó el brevísimo relumbrón de   Rodríguez Saá como secretario de Seguridad nacional, y después   fue ministro con Duhalde como presidente. Fue ésta una etapa   tremenda, con el país hecho un tembladeral de furia, las   instituciones flameando con destino incierto, y el asesinato de   dos piqueteros en Avellaneda que terminó de jaquear al Gobierno y   apuró la salida electoral.
 
 Ninguno de los que tuvo protagonismo salió sin daño de esos   largos meses de incertidumbre. Pero se ha dicho, con razón, que   buena parte del encarrilamiento que logró la gestión de Duhalde   estuvo apoyado en las gestiones de Roberto Lavagna y del propio   Juanjo Alvarez.
 
 Nuestro hombre creyó, quizá con ingenuidad impropia de él, que   tanto afán tendría recompensa inmediata. Su almohada sabe que se   soñó vicepresidente de Kirchner, ministro al menos, o candidato a   gobernador con la bendición de Duhalde. Amarga es la vida: nada   de eso se le dio, y terminó recalando en el octavo lugar de la   lista de diputados del peronismo bonaerense. Desde entonces   empezó a rumiar su inquina y a esperar la revancha.
 
 Pareció que ese momento llegaba cuando en una nueva crisis de   seguridad, Felipe Solá lo convocó para reemplazar, con su mezcla   de autoridad y picardía, el estilo predicador de Juan Pablo   Cafiero. Le fue mal y duró poco. Los malandras lo recibieron con   un cascoteo de secuestros y delitos violentos que estallaron en   cuanto se anunció su designación. Y desde la Casa Rosada, en   cuanto pudieron, le sacaron tarjeta roja.
 
 Ahora, la tragedia de Cromañón y la necesidad de Ibarra de   aferrarse a un salvavidas peronista para seguir flotando lo   convocaron de nuevo a escena. En todo esto hay una dosis de   venganza que Alvarez saborea con deleite: la breve ingeniería de   su regreso se armó a través de la Casa Rosada y terminaron   llamándolo desde los mismos despachos donde se había operado para   su descabezamiento.
 
 Esta vez buscó asegurarse todos los flancos: antes de aceptar el   cargo lo llamó a Mauricio Macri para sondear si el jefe opositor   porteño iba a petardearlo de entrada. Escuchó esta respuesta: "Te   vamos a apoyar en la gestión, pero si tratás de tapar lo que pasó   vamos a tener problemas". Con eso le alcanzó para sentirse   razonablemente seguro y darle el sí a Ibarra.
 
 Le toca hacerse cargo de la seguridad en un distrito que no tiene   Policía. Justo él, que había aprendido al dedillo cómo manejarse   con la Bonaerense y la Federal, donde había hecho buenos amigos   que después fueron barridos con feas acusaciones por las purgas   de la era kirchnerista. Va a tener que lidiar con los inspectores   porteños, que tampoco son nenes de pecho: no andarán armados,   pero ya se demostró cuánto son capaces de matar la desidia y la   corrupción.
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| Juan José Alvarez insiste en que la Ciudad tenga policía propia.
 - Publicado a las 10:32 PM el 28/4/2013 por Juaj Jose Alvarez El flamante secretario de Justicia y   Seguridad Urbana porteño, Juan José   Alvarez, aseguró el domingo que "es el momento" de   que la Ciudad de Buenos Aires cuente con bomberos y policía   propia, luego de la tragedia en el boliche "República Cromañón",   que se cobró hasta hoy 191 víctimas fatales.
 
 En tanto, el Gobierno de Aníbal Ibarra informó que 180 personas   permanecían internadas en diversos centros asistenciales de la   Capital y el Gran Buenos Aires, mientras no se habían producido   nuevos fallecimientos ni altas médicas por el devastador incendio   en el local de Once.
 
 Según se consignó, 82 se encontraban en hospitales públicos de la   ciudad, 11 en el Hospital de Clínicas, un paciente en la unidad   de terapia intensiva del Garrahan, 13 en hospitales de la   provincia de Buenos Aires y 73 en hospitales privados.
 
 Sin embargo, el director del SAME, Germán Fernández indicó que el   número de internados era de 177, de los que 79 seguían en salas   de terapia intensiva (3 en estado crítico), mientras otras 98   continuaban en salas generales.
 
 En tanto, Alvarez, quien llegó al cargo en lugar del renunciante   Juan Carlos López, volvió hoy a apuntar a un viejo anhelo de   Ibarra: que la Ciudad tenga una policía propia, además de un   cuerpo de bomberos.
 
 "Es el momento de plantearlo seriamente", sostuvo el funcionario,   quien indicó que "no se puede explicar que una ciudad de las   características de Buenos Aires no tenga su propia policía y   bomberos".
 
 Por otro lado, comentó que mañana el equipo con el que trabaja va   "a poder dar muestra de que la Ciudad va a controlar no solamente   los boliches, sino también algunas otras actividades", para lo   que se está trazando un "mapa de riesgo" local.
 
 Asimismo, Pedro D´Attoli, abogado defensor de Omar Chabán,   imputado por la tragedia del 30 de diciembre pasado, reiteró que   su cliente debe ser "condenado" por su responsabilidad en el   episodio.
 
 Chabán gerenciaba el local donde en la fatídica noche se   presentaba el grupo de rock "Callejeros", y fue detenido un día   después del incendio en el boliche.
 
 D´Attoli advirtió también que Ibarra y otros funcionarios   municipales deben abandonar su "cobardía" y poner "los huevos   sobre la mesa", presentándose a declarar espontáneamente ante la   jueza María Angélica Crotto.
 
 A todo esto, continuaron hoy las multas y clausuras en boliches   de diversos puntos del país, como consecuencia de un   endurecimiento de los controles tras el siniestro en "República   Cromañón".
 
 En la localidad neuquina de San Martín de los Andes, Neuquén, fue   cerrada preventivamente la disco "Black", "porque no había   cumplido con algunas de las recomendaciones que hizo la comuna en   noviembre último", según confirmó el intendente Jorge Carro.
 
 Lo propio ocurrió en la ciudad balnearia de Mar del Plata, donde   se clausuraron los locales bailables céntricos "La Morena" y "El   Torbellino" por presuntas fallas en las medidas de seguridad para   prevenir siniestros y porque personal de ambos locales habría   sido sorprendido cuando vendía alcohol a menores de edad, según   informó la Policía.
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