El plan de cierre de la mina fue diseñado con un completo programa de seguimiento ambiental en conjunto con los servicios públicos y representantes de la zona, en el que la prioridad es el monitoreo de la estabilidad física y química de las aguas del río Malo y la estabilidad física de las estructuras mineras localizadas en el sector rehabilitado del valle, que se controla todos los meses y se registran en informes mensuales.
El cierre de una mina es un punto de inflexión en cualquier proyecto minero. La minería no sólo controla los impactos al medioambiente durante su producción, sino que además al finalizar sus actividades, continúa evaluando los impactos para su remediación. En el caso del plan de cierre de El Indio, la minera canadiense Barrick lleva invertidos ya unos US$70 millones, aunque la cifra podría ser mayor dado que no existe una proyección definitiva.