La presbicia es un defecto ocular que provoca una visión borrosa de cerca y que coloquialmente conocemos como vista cansada.
Es importante no confundir estos problemas de presbicia o vista cansada con un problema mucho menos grave como es la fatiga visual. La fatiga o irritación de los ojos se produce por someter a nuestra vista a un sobreesfuerzo o a una exposición continuada a una radiación como a luz azul de las pantallas de dispositivos electrónicos como ordenadores, tabletas o, incluso, smartphones. Este artículo de Miriam Marta Andrés Calleja trata sobre este problema así como de posibles soluciones y alivio a los síntomas provocados por la irritación de ojos. La presbicia, es uno de los problemas visuales más comunes entre la población adulta apareciendo los primeros síntomas entre los 40 y 45 años. De hecho, la vista cansada es un problema refractivo que se asocia de manera directa al paso del tiempo.
Para entender en qué consiste la presbicia es importante conocer que en el ojo tenemos dos lentes: la córnea y el cristalino. Para poder enfocar los objetos el cristalino cambia de forma. Para ver objetos lejanos, esta lente se pone muy plana mientras que para los objetos más próximos el cristalino se comba. Este cambio de forma para enfocar los objetos a distintas distancias se conoce como acomodamiento y la vista cansada no es otra cosa que una perdida en la flexibilidad del cristalino que pierde esta capacidad.
En los primeros años de la vida, el ojo humano cuenta con una enorme capacidad de acomodamiento pero esta se va perdiendo y degenerando a medida que vamos cumpliendo años. Se estima que entre los 40 y 45 años pueden comenzar los primeros sintomas de presbicia y que entorno a los 65 años este proceso degenerativo alcanza sus cotas máximas.
Síntomas de la presbicia
La vista cansada no es un problema especialmente grave y se puede tratar de forma muy efectiva pero es importante conocer sus síntomas.
Entre los primeros síntomas que se experimentan en las etapas iniciales de la presbicia destaca la sensación de visión borrosa en los objetos próximos y la necesidad de una iluminación cada vez mayor, aún en condiciones de iluminación suficiente. Estos síntomas se acompañan de otras molestias como dolor de cabeza que se deriva del sobreesfuerzo que se hace para tratar de ver bien.
Los primeros síntomas de la presbicia pueden ser detectados por el propio afectado. Tareas sencillas y rutinarias como leer se hacen muy costosas y dado a los problemas para enfocar los objetos cercanos se tiende a alejar el texto en un movimiento instintivo de estirar los brazos lo máximo posible. Este geste se conoce como “síndrome de los brazos largos” y es una clara muestra de que se experimenta este defecto en la vista.
A pesar de que los síntomas son muy claros, no conviene autodiagnosticarse y recurrir a una solución como las gafas para vista cansada disponibles en farmacias o cualquier otra soluciónn sin la supervisión de un profesional.
Lo recomendable es que al comenzar experimentar estos síntomas se recurra a un especialista de la vista para que se realicen los chequeos oportunos y se haga un diagnóstico acertado. Los síntomas de la presbicia podrían ocultar otro tipo de problema visual que solo un oftalmólogo sería capaz de detectar con las revisiones adecuadas.
Tratamientos para la presbicia o vista cansada
Los tratamientos para la presbicia se puede clasificar en dos grandes grupos: el uso de elementos ópticos externos como gafas o lentes de contacto o una intervención quirúrgica. Actualmente, las operaciones para presbicia ofrecen unos resultados muy buenos y debe ser una opción muy a tener en cuenta.
Las gafas graduadas (y/o lentes de contacto) ofrecen una solución correctora para la vista cansada. En las primeras etapas de la presbicia ofrecen una buena solución: son económicas y permiten que el afectado pueda tener una calidad visual adecuada.
El problema es que el uso de estos elementos ópticos no soluciona el problema y con el paso de los años, el proceso degenerativo del ojo sigue su progreso por lo que es necesario que cada cierto tiempo se ajuste la graduación de las lentes.
El paciente puede utilizar gafas, lentes de contacto o combinar el uso de ambas dependiendo tanto del criterio personal como lo que resulte más cómodo. La única recomendación que se puede hacer en este sentido es que, sea cual sea la elección, esté supervisado y aconsejado por un profesional de la salud visual en todo momento. Aquellas personas que no se sientan cómodas con el uso de estas lentes pueden recurrir a la cirugía. Una intervención de presbicia permite evitar la dependencia de las gafas para poder ver bien.
Al hablar de cirugía para presbicia también se tienen que hacer dos distinciones ya que se puede recurrir a una operación láser que actúe sobre la córnea o atacar el problema de raíz con un implante intraocular.
La operación láser para corregir la vista cansada se trata de un tipo de cirugía donde se persigue el rejuvenecimiento del ojo. Con ayuda del láser, el cirujano actúa sobre la córnea consiguiendo que el paciente recupere una calidad visual adecuada.
Este tipo de operación es la más empleada para solucionar la presbicia siendo una intervención indolora, rápida y que no requiere hospitalización. Además, el tiempo de recuperación es ínfimo y prácticamente al día siguiente se puede hacer una vida totalmente normal.
Los efectos de esta intervención quirúrgica son muy duraderos pero la degeneración del cristalino no se detiene por lo que es posible que con el paso de los años se requiera de algún nuevo retoque.
Para encontrar una solución definitiva es necesario recurrir a un implante con lente intraocular. Este tipo de operación para presbicia consiste en el reemplazo del cristalino envejecido del ojo por una lente intraocular. Dicho así, puede parecer un tratamiento muy complejo pero como en el caso anterior, se trata de una operación rápida, indolora y que no requiere hospitalización.
Además, el implante intraocular añade otras ventajas ya que corrige de manera definitiva la vista cansada y soluciona al mismo tiempo cualquier otro defecto refracto del ojo como la miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Como hemos visto, la presbicia o vista cansada no supone un problema excesivamente grave pero debe ser tratado de manera adecuada. Es muy recomendable realizarse un chequeo visual para detectar de manera temprana éste o cualquier otro problema que pueda aparecer.
En próximos artículos hablaremos sobre otros problemas visuales que aparecen a medida que cumplimos años.
Más información sobre los síntomas de la presbicia aquí.
También puedes ampliar los datos sobre tratamientos de la presbicia en este enlace o en este otro.
11:55 PM - 15/1/2015 - {0} -
La ambliopía, más conocida como ojo vago, consiste en una disminución de la agudeza visual sin que exista una lesión del ojo que la justifique. Normalmente, afecta a un solo ojo y se produce durante el periodo de desarrollo visual en la infancia.
La ambliopía se puede dar en pacientes con miopía pero este defecto refractivo no justifica la aparición del conocido como síndrome del ojo vago.
Y, si no responde a una lesión ocular ¿por qué se produce?
Una de las causas más habituales del ojo vago es el estrabismo. Aunque no es la única. Las cataratas infantiles pueden desembocar en la aparición de esta patología. Además, también se puede relacionar de alguna manera con defectos refractivos como miopía, hipermetropía y astigmatismo (diariomedico.com).
Diagnóstico del ojo vago
La ambliopía se puede detectar en un examen visual ordinario sin necesidad de recurrir a pruebas especiales. Es importante que los niños se sometan a una revisión oftalmológica en edades muy tempranas. Ideaalmene, esta revisión debería hacerse antes de los seis años.
En el chequeo, el oftalmólogo o especialista de la vista debe comprobar la agudeza visual de ambos ojos y establecer las causas de la ambliopía en caso de ser detectada así como si se acompaña de algún otro defecto refractivo (miopía, hipermetropía o astigmatismo como ya hemos comentado).
Tratamientos y soluciones para el ojo vago
El tratamiento debe iniciarse lo antes posible, justo tras el diagnóstico. Los niños menores de cinco años correctamente tratados suelen recuperar una visión normal aunque no es excesivamente raro que se mantengan algunos problemas relacionados con la percepción de la profundidad.
Normalmente, el uso de gafas graduadas con la ayuda de parches para tapar un ojo suele ser suficiente para reducir el problema y que el paciente pueda realizar una vida con toda normalidad.
El tratamiento no debería abandonarse antes de los diez años de edad del niño ya que existe riesgos de regresión.
En edades adultas se han conseguido buenos resultados en ensayos basados en diversos entrenamientos del ojo vago utilizando distintos estimulos visuales aunque lo deseable es que el problema se detecte en edades tempranas y se trate lo antes posible.
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Imagen: bebesymas.com
07:33 PM - 28/12/2014 - {0} -
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