“Cristina Sanchez: El primer día que fui a Provida, pensaba que todo iba a ser fácil, que solo eran chicos carenciados que venían a tomar la leche y comer algunas galletitas.
Al principio me incomodaba involucrarme con los nenes, veía como no aceptaban mi forma de ser con ellos, no lograba involucrarme con ellos, comencé a ocupar el tiempo en hacer cosas para que pase el tiempo.
Muy de a poco comencé a darme cuenta que los nenes necesitaban contención, sonrisas y buena predisposición de mi parte.
Una noche me encontré tres hermanitos en la calle y uno de ellos me abrazó con mucho amor. Lo que fue el momento en que me di cuenta que tenía que entregar mi corazón.
Y fue así como empecé a mostrar mi corazón a los nenes y mi relación en ellos cambio notablemente.
El último día no podía dejar de llorar por saber que se acababa una etapa.
Esto hizo que hoy no evada situaciones donde un niño de la calle me pide una moneda, por el contrario, hago todo para demostrar que puedo seguir haciendo una diferencia, por pequeña que sea.
Me siento un ser increíble al saber que puedo dar sin esperar nada a cambio. Siento orgullo de haber hecho algo que hace meses atrás jamás se me hubiera cruzado por la cabeza.
Estoy totalmente convencido que me ayudó a crecer como persona y como padre.
Gracias a laFundación Corriente Cálida y Humanísticay por sobre todo aCristina Sanchez: por darme esta oportunidad.
A partir de ahora miVisión de Vidaes darle importancia a aquello que me haga bien y que yo pueda hacer bien. “
Testimonio de Alejandro Lobeto, en el marco de la Experiencia Comunitaria de colaboradores de Fundación Corriente Cálida Humanística, en el merendero PROVIDA de Merlo, Pcia. de Buenos Aires.
Experiencia Comunitaria de colaboradores de Fundación Corriente Cálida Humanística, de Cristina Sanchez,en el hogar San Martín de Morón, Pcia. de Buenos Aires.
“Me llevo en mi corazón mucha alegría y una experiencia maravillosa de los abuelos del Hogar San Martín,Cristina Sanchez.
Mi ingreso al Hogar San Martín fue una experiencia única, hermosa. Vi a todos los ancianos y por mi cabeza pasaban miles de preguntas, de saber cómo debería actuar, que decir. Entré y comencé a saludar uno por uno, algunos me hablaban, otros solamente me miraban y otros ni estaban enterados de que estaba ahí.
Se me ocurrió poner una película y la verdad es que todos se aburrieron ese día y no sabía cómo hacer para que la pasen bien, mi cabeza daba vueltas y vueltas sin saber qué hacer. En un momento me pregunté ¿qué haría yo en esa situación?, ¿cómo me sentiría? Y sentí que eso era una sala de espera, mirando nada, solo esperando que el tiempo pasara. Comencé de a poco a abrir mi corazón y a sacarles una sonrisa y comencé a sentirme pleno, fue una experiencia mágica. Se sentían comprendidos, se reían, les brillaba los ojos. Fui a dar amor y me llevé más del que di. Me llevé recuerdos hermosos de ellos y todo esto que me pasó se lo quiero agradecer aCristina Sanchezpor darme la oportunidad hermosa y única.”
Testimonio de Lautaro Benavidez, cuya visión de vidaahora es distinta.