Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Cuando las limitaciones se prolongan y la incertidumbre se apodera del espíritu hay que alimentar alma y estómago con nobleza. Icedrean le pone alma al pan en una transformación corporativa digna de flexibilidad nacional.
Que el día a día siga transitando con cierta cadencia amorosa en medio de la cuarentena es algo que aporta para sumar espíritu al sacrificio colectivo. Icedream preparó ideas con mucha dedicación para vencer el encierro sin olvidar en cuidarte en calidad y trayectoria.
El más geniuino de todos los alimentos es símbolo de muchas metáforas: es el sustento, la mesa llena, el olor a hogar, lo que acompaña el despeertar con energía, se combina amablemente con la comida rápida o con un almuerzo de larga sobremesa, se tuesta esperando con amor la manteca de la merienda o se doblega frente a un chori que lo llena. Es la saciedad de cualquier momento de vacío y el hermano ideal que completa lo que falta a cualquier alimento.
En Ocedream creen que aunque sea industrial, el pan debe ser fiel a su identidad, alimentar honestamente todos eso mitos con algo más que agua, harina, sal y levadura. El pan es el símbolo de lo sano, lo noble, lo bueno, y para que su esencia no se pierda, hay que hacerlo con pasión.
El origen de las masas
El pan recién horneado que pone perfume de hogar a la vida de cualquier casa, fue antes sólo destinado a nutrir empredimientos gastronómcios, pero con agilidad reconvirtieron su realidad, para empezar a llegar de manera directa al público.
Pan de campo, brioche, de queso, de hamburguesas, flautas, medialunas y palmeritas, palitos de queso y criollitos… Sigilosamente controlan la no interrupción de la cadena de frío, hasta el punto de su utilización. Un pan que se mantiene fresco y que da la bella oportunidad de disfrutar de los aromas de la infancia en la propia cocina. Un lujo para hacer de este tiempo uno más amable, compartiendo con buenas migas todas las comidas.