Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Washington es la mole de los sueños hechos realidad. Los monumentos que recuerdan los hechos norteamericanos clave de la historia que construyeron su hoy están ahí como cuentas de un collar. Todo enorme, pantagruélico para la mirada. La ciudad tiene un ajetreo estridente pero contenido, el visitante no se llega a subir a la vorágine porque los locales no la transmiten.
Sin embargo, se siente muy pequeño frente a los parques más grandes que la vista, el Potomac que parece inalcanzable al otro lado, en Virginia, y las cientos de ventanas que abren los edificios al exterior como con muchos ojos para ver la ciudad. Para sentirse cobijado hay que escaparse un poquito más allá y acercarse a Georgetown.
Hace más de 400 años, la Nación India Algonquin se asentó en el área mucho antes de la primera visita del Capitán James Cook en 1618. Antes de esos asentamientos documentados, existe una creciente evidencia de restos arqueológicos de que Washington DC y Georgetown (GT) podrían haber sido su hogar. a los paleoindios desde hace 12.000 años.
Antes de la llegada de los europeos, la tribu anacostiana vivía aquí , a lo largo del río Potomac, cerca de Rock Creek. El Capitán John Smith fue uno de los primeros en registrar el paisaje y estos habitantes nativos americanos. Según Thomas Jefferson, Georgetown se convirtió en un lugar de reunión central para casi 40 tribus indias. La colonización fue inevitable ya que el suelo fértil, el clima y el río proporcionaron las condiciones más ideales para el asentamiento del Nuevo Mundo. Muchos inmigrantes escoceses y alemanes viajaron aquí para reclamar como su nuevo hogar.
La Segunda Guerra Mundial trajo nuevos residentes a GT y DC, lo que ayudó a transformarla en una ciudad más sofisticada. El desarrollo comercial se había afianzado en el paseo marítimo. Durante la expansión, se aprobó la Ley de Old Georgetown de 1950 para evitar que el desarrollo comercial consuma sus vecindarios históricos. En 1967, GT fue declarado Monumento Histórico Nacional. Sus encantos del siglo XVIII y XIX se han conservado en su arquitectura, calles, casas y comercios.
Allí, en el corazón del patio trasero de Washington, la intimidad de una casa de huéspedes eleva la alegría y se convierte en un creador de experiencias acogedoras y vanguardista que resalta en cualquier estadía cercana. Renovado con una elegancia moderna habitable y refinada, arraigando los gustos mundanos en el histórico y establecido vecindario East Village de Georgetown, Washington DC.
La floreciente belleza del lugar más icónico de DC, se yergue la casa de huéspedes en Georgetown es el lugar perfecto para llamar hogar, con comodidades, tiendas y restaurantes a una corta distancia a pie.
The Poppy Georgetown Guesthouse and Gardens, de propiedad y administración local, habla como un viejo amigo que nunca pierde el ritmo. La mejor escapada con la combinación perfecta de encanto de vecindario, hermosa vegetación y chispa social. Mezclate con las facturas de la mañana en el salón o disfrutá un poco de champán en el jardín secreto. Los anfitriones de la casa de huéspedes y jardines de Georgetown son Nico y John. Curando experiencias memorables con la cantidad justa de estilo y dinamismo. No te sorprendas si recuerdan tu nombre.
Cada habitación es única en The Poppy Georgetown, pero en todas ellas hay toques de color, papel tapiz a medida, ropa de cama lujosa y telas seleccionadas con elegancia y diversión. Mínimo alboroto con un guiño a la personalidad histórica del barrio.
The Poppy Georgetown goza de una ubicación céntrica en Washington, a 15 minutos a pie de Old Stone House y del parque Georgetown Waterfront. Te vas a sentir como en casa en una de las 15 habitaciones decoradas individualmente. Abrís la puerta roja de tu pequeña mansión, y todo está previsto para que te sientas un rato inquilino de la zona. Afuera esperan el parque, las casas bellas, las calles tranquilas, el saludo de todos los transeúntes y el mercado de los miércoles donde comprarte una pizza hecha allí mismo para llevar a casa.
